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Agosto 30, 2004

El chantaje

Tan sólo faltan unas horas para que se cumpla el ultimátum de un grupo terrorista iraquí que amenaza con matar a los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot. El precio que han puesto sobre su cabeza es la anulación de la llamada ley del velo que restringe el uso de símbolos religiosos en las escuelas públicas. La ley entra en vigor el próximo jueves.

El secuestro confirma un peligro que se ha ido desarrollando en los últimos meses: los grupos extremistas iraquíes han descubierto que el secuestro puede ser un arma mucho más rentable políticamente que el asesinato. No sé si los medios de comunicación han sabido reaccionar adecuadamente ante esta amenaza. Lo que sí está claro es que los periodistas son también un objetivo.

No conviene olvidar que el chantaje que supone un secuestro cometido por una organización terrorista sólo es efectivo si el chantajeado acepta las condiciones. Eso es lo que hizo el Gobierno filipino cuando aceptó adelantar la retirada de Irak de sus 50 irrelevantes soldados a cambio de salvar la vida del camionero Angelo de la Cruz. Si Francia siguiera el mismo camino, lo que no va a ocurrir, estaría garantizando a los secuestradores que su método funciona y que pueden volver a repetirlo con otros rehenes.

Frente a la actitud de Filipinas (rendirse al chantaje) y la del Gobierno italiano (negarse sin más a aceptarlo), las autoridades francesas han optado por otra más interesante: primero, negarse a cumplir las condiciones de los terroristas, (no pueden hacer otra cosa) y, después, movilizar a las organizaciones musulmanas para que sean ellas quienes manifiesten con más rotundidad su rechazo al asesinato anunciado de Chesnot y Malbrunot.

No se trata de que esta última solicitud sea más o menos efectiva que las declaraciones de los políticos franceses, sino de dejar claro que son los musulmanes los que pueden desenmascarar a los que quieren provocar una guerra de religión entre cristianos y musulmanes. Aquellos en cuyo nombre se ha secuestrado a dos periodistas son los que con más credibilidad pueden explicar que los terroristas sólo representan una versión deformada y criminal de su religión.

La guerra contra Al Qaeda y sus satélites no es el típico conflicto bélico que se gana con tanques y aviones. El campo de batalla está, obviamente, en aquellos lugares en los que se esconden los terroristas, pero si pensamos en que ése es el único lugar en el que hay que combatir, estaremos concediendo a nuestros enemigos una gran ventaja. Lo decía Richard Clarke hace unos meses y creo que se puede repetir otra vez:

One lesson is that even though we are the world's only remaining superpower, as we were before Sept. 11, 2001, we are seriously threatened by an ideological war within Islam. It is a civil war in which a radical Islamist faction is striking out at the West and at moderate Muslims. Once we recognize that the struggle within Islam, not a "clash of civilizations" between East and West, is the phenomenon with which we must grapple, we can begin to develop a strategy and tactics for doing so. It is a battle not only of bombs and bullets, but chiefly of ideas.

Y esto dicho por un hombre que dedicó los últimos 20 años de su vida profesional a luchar contra el terrorismo desde el Consejo de Seguridad Nacional de EEUU y que no dudó en promover el uso de la fuerza militar contra Al Qaeda.

Algunos políticos árabes pueden tener la tentación de defender la liberación de los periodistas con el argumento de que Francia se opuso a la invasión de Irak y que, por tanto, secuestrar a sus ciudadanos es un castigo injusto. Un portavoz de la Yihad Islámica palestina ha empleado un argumento similar. Sería como decir que estaría justificado secuestrar a un ciudadano de un país que sí hubiera apoyado los planes norteamericanos en Irak. Sería una demostración de que no han entendido nada y de que piensan que los grupos terroristas que secuestran periodistas, camioneros o guardaespaldas tienen la legitimidad necesaria para cometer sus crímenes, siempre que elijan a la víctima adecuada.

Posted by Iñigo at Agosto 30, 2004 07:16 PM

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Comments

Estimado Iñigo: tu argumentación es impecable si te atienes al canon del pacifismo bienpensante. Sin embargo creo que elude el imprescindible análisis de por qué, por primera vez, se realiza en Iraq un acto terrorista con una reivindicación externa -una cuestión doméstica Francesa, ¿no?- y además, precisamente, contra un país que no tiene un solo soldado allí, que ha dicho en todo momento a grito pelado que no pensaba mandar un solo soldado. Eso es la cuestión.Terminas plantando árboles de juicios morales (el párrafo final sobre el argumento de "a Franceses no, a italianos sí") que me temo pueden impedir ver el bosque de una estrategia político-militar muy sofisticada. Como si eso fuera de recibo para esos enemigos, unos señores que quieren ganar su guerra y que ya han dicho que Aristóteles y Platón les irritan. ¿No dijo mao que la guerra no era una invitación a tomar el te?Lo de la guerra civil dentro del Islám es un espejismo si te pones en la perspectiva de al Qaeda. Ellos están en guerra contra los cristianos, los judíos y los musulmanes traidores que los apoyan. Son unas fieras, pero no son tontos en absoluto. De hecho, acaban de dar una lección, un jaque mate inolvidable, a esos dos alumnos aventajados de las grandes escuelas de la administración francesa, Chirac y Villepin.Si de sabios es cambiar de opinión y reconocer los propios errores es una forma de honestidad, Jacques Chirac y Dominique de Villepin son más bien tontos y claramente deshonestos.Aquí hay un error, un problema de base que puede costar la vida a esos dos profesionales de ver, oir y contarlo. Chirac y Villepin creyeron que su actitud en la etapa previa a la invasión de Iraq les inmunizaría de los ataques del jihadismo porque demostraban independencia hacia el imperio washingtoniano. Con suerte, a lo mejor hasta daban la impresión de liderazgo en Europa y de peso geoplítico propio. Pensaban los muy ilusos que su actuación les situaría en una posición de neutralidad de facto, reforzada cuando ni siquiera tras la transmisión de poderes a Allawi -que ellos siempre pusieron en duda y trataron con displicencia- aceptaron aportar la más mínima ayuda a Estados Unidos y sus aliados. Ellos iban a ser "la tercera vía", el "puente entre civilizaciones". Infelices.Decía Sun-Tzu que para ganar una guerra tienes que conocer bien a tu enemigo. Chirac y Villepin lo conocen tan poco que ni siquiera saben que es su enemigo. Para los jihadistas, Estados Unidos es el Gran satán y Francia el pequeño Satán. Si el Pequeño Satán se rebela contra el Gran Satán, en la percepción de al Qaeda, es porque tiene más miedo al daño que le puedan causar los heróicos jihadistas aspirantes al martirio que las represalias que pueda tomar el Gran Satán. Es una prueba de debilidad.En su análisis, Europa es tan enemiga como Estados Unidos o más, porque es mucho menos religiosa, más atea e "idólatra". Es una ilusión creer que van a dejar en paz a los mansos europeos, a los que se puede atacar sin miedo a represalias, máxime cuando tienen una agenda clara para Europa: conseguir estatutos que les sitúen fuera del ámbito jurídico de los no musulmanes, un poco al estilo de los millet y dhimmis otomanos, basados en la Shariah.Y si pueden desestabilizar a Francia amenazando con matar a dos periodistas, no hacerlo les parecería una locura imperdonable.Como Chirac y Villepin no conocen a su enemigo ni entienden la lógica -implacable, feroz, pero lógica- se quedan en un cartesianismo baratito de políticos en campaña permanente. Tratan de apaciguar a esas fieras concitando declaraciones de simpatía hacia Francia de unos líderes musulmanes que los jihadistas consideran, cuando menos, corruptos y apóstatas, marionetas del imperialismo judeocristiano. Hasta Arafat ha dejado por un momento sus negocios del cemento para hacer una llamamiento a sus "hermanos" secuestradores en favor de Francia. ¡Buen abogado!La miseria moral de esos dos Chirac y Villepin ha sido cuidadosamente puesta de relieve, encuadrada con esmero, por esas fieras que asesinaron a Enzo Baldoni el otro día principalmente para dar credibilidad a su amenaza. ¿Hizo acaso Francia la más mínima presión para salvar a ese periodista, compatriota europeo al fin? Los jihadistas juegan al ajedrez, sí, pero ellos ponen las reglas.Hay un silencio ominoso en todo occidente sobre el problema "de Francia" y alguno ha utilizado desdeñosas referencias al "petainismo". En Francia que las manifestaciones contra la guerra en Iraq reucieron centenares de miles de personas, las de hoy en apoyo de los periodistas secuestrados apenas han reunido 3,000 personas la del Trocadero en París y yo creo que la cifra es exagerada.Por cierto: Si yo estuviera en los zapatos de Zapatero -perdón por el chistecito involuntario- pondría mis barbas a remojar. Ese infeliz cree que puede mandar soldados a Afghanistán pra quedar bien con todo el mundo. No se lo van a consentir. El asunto del velo en Francia ha sido tomado como un espasmo de rebeldía de un enemigo rendio y por eso han echado el hordago que representa secuestrar a esos dos periodistas EN IRAQ, para demostrar que su lucha no tiene fronteras y que son la nueva Komintern. Mandar tropas a Afghanistán va a traer represalias en cuanto tengan un rato para ello...

Posted by: Juan A. Hervada at Agosto 31, 2004 04:41 AM

Estimado Iñigo: tu argumentación es impecable si te atienes al canon del pacifismo bienpensante. Sin embargo creo que elude el imprescindible análisis de por qué, por primera vez, se realiza en Iraq un acto terrorista con una reivindicación externa -una cuestión doméstica Francesa, ¿no?- y además, precisamente, contra un país que no tiene un solo soldado allí, que ha dicho en todo momento a grito pelado que no pensaba mandar un solo soldado. Eso es la cuestión.Terminas plantando árboles de juicios morales (el párrafo final sobre el argumento de "a Franceses no, a italianos sí") que me temo pueden impedir ver el bosque de una estrategia político-militar muy sofisticada. Como si eso fuera de recibo para esos enemigos, unos señores que quieren ganar su guerra y que ya han dicho que Aristóteles y Platón les irritan. ¿No dijo mao que la guerra no era una invitación a tomar el te?Lo de la guerra civil dentro del Islám es un espejismo si te pones en la perspectiva de al Qaeda. Ellos están en guerra contra los cristianos, los judíos y los musulmanes traidores que los apoyan. Son unas fieras, pero no son tontos en absoluto. De hecho, acaban de dar una lección, un jaque mate inolvidable, a esos dos alumnos aventajados de las grandes escuelas de la administración francesa, Chirac y Villepin.Si de sabios es cambiar de opinión y reconocer los propios errores es una forma de honestidad, Jacques Chirac y Dominique de Villepin son más bien tontos y claramente deshonestos.Aquí hay un error, un problema de base que puede costar la vida a esos dos profesionales de ver, oir y contarlo. Chirac y Villepin creyeron que su actitud en la etapa previa a la invasión de Iraq les inmunizaría de los ataques del jihadismo porque demostraban independencia hacia el imperio washingtoniano. Con suerte, a lo mejor hasta daban la impresión de liderazgo en Europa y de peso geoplítico propio. Pensaban los muy ilusos que su actuación les situaría en una posición de neutralidad de facto, reforzada cuando ni siquiera tras la transmisión de poderes a Allawi -que ellos siempre pusieron en duda y trataron con displicencia- aceptaron aportar la más mínima ayuda a Estados Unidos y sus aliados. Ellos iban a ser "la tercera vía", el "puente entre civilizaciones". Infelices.Decía Sun-Tzu que para ganar una guerra tienes que conocer bien a tu enemigo. Chirac y Villepin lo conocen tan poco que ni siquiera saben que es su enemigo. Para los jihadistas, Estados Unidos es el Gran satán y Francia el pequeño Satán. Si el Pequeño Satán se rebela contra el Gran Satán, en la percepción de al Qaeda, es porque tiene más miedo al daño que le puedan causar los heróicos jihadistas aspirantes al martirio que las represalias que pueda tomar el Gran Satán. Es una prueba de debilidad.En su análisis, Europa es tan enemiga como Estados Unidos o más, porque es mucho menos religiosa, más atea e "idólatra". Es una ilusión creer que van a dejar en paz a los mansos europeos, a los que se puede atacar sin miedo a represalias, máxime cuando tienen una agenda clara para Europa: conseguir estatutos que les sitúen fuera del ámbito jurídico de los no musulmanes, un poco al estilo de los millet y dhimmis otomanos, basados en la Shariah.Y si pueden desestabilizar a Francia amenazando con matar a dos periodistas, no hacerlo les parecería una locura imperdonable.Como Chirac y Villepin no conocen a su enemigo ni entienden la lógica -implacable, feroz, pero lógica- se quedan en un cartesianismo baratito de políticos en campaña permanente. Tratan de apaciguar a esas fieras concitando declaraciones de simpatía hacia Francia de unos líderes musulmanes que los jihadistas consideran, cuando menos, corruptos y apóstatas, marionetas del imperialismo judeocristiano. Hasta Arafat ha dejado por un momento sus negocios del cemento para hacer una llamamiento a sus "hermanos" secuestradores en favor de Francia. ¡Buen abogado!La miseria moral de esos dos Chirac y Villepin ha sido cuidadosamente puesta de relieve, encuadrada con esmero, por esas fieras que asesinaron a Enzo Baldoni el otro día principalmente para dar credibilidad a su amenaza. ¿Hizo acaso Francia la más mínima presión para salvar a ese periodista, compatriota europeo al fin? Los jihadistas juegan al ajedrez, sí, pero ellos ponen las reglas.Hay un silencio ominoso en todo occidente sobre el problema "de Francia" y alguno ha utilizado desdeñosas referencias al "petainismo". En Francia que las manifestaciones contra la guerra en Iraq reucieron centenares de miles de personas, las de hoy en apoyo de los periodistas secuestrados apenas han reunido 3,000 personas la del Trocadero en París y yo creo que la cifra es exagerada.Por cierto: Si yo estuviera en los zapatos de Zapatero -perdón por el chistecito involuntario- pondría mis barbas a remojar. Ese infeliz cree que puede mandar soldados a Afghanistán pra quedar bien con todo el mundo. No se lo van a consentir. El asunto del velo en Francia ha sido tomado como un espasmo de rebeldía de un enemigo rendio y por eso han echado el hordago que representa secuestrar a esos dos periodistas EN IRAQ, para demostrar que su lucha no tiene fronteras y que son la nueva Komintern. Mandar tropas a Afghanistán va a traer represalias en cuanto tengan un rato para ello...

Posted by: Juan A. Hervada at Agosto 31, 2004 04:42 AM

No hablo francés, me aburre lo que se suele llamar el típico cine francés, sólo he estado una vez en París y el concepto de "grandeur" me provoca tremendos ataques de risa. Nunca he sido, por tanto, un gran amante de Francia y de su cultura, pero me parece hilarante que gente como el primer ministro iraquí, Alawi, intente dar lecciones de democracia y libertad a los políticos franceses. Por petulantes y inaguantables que sean, tienen mejores credenciales que Alawi, que pasó sus tiernos años de universidad dando palizas a los estudiantes que no mostraban la adhesión necesaria al partido Baas. Y no olvidemos que la guerra contra el terrorismo, versión Alawi, incluye la pena de muerte, la expulsión de los periodistas de Al Jazeera y la detención a punta de fusil y durante unas horasen Nayaf de 50 periodistas extranjeros. Que cada uno elija en qué bando quiere estar. Si Irak se ha convertido en uno de los campos de batalla en la lucha contra el terrorismo, no ha sido precisamente por decisiones tomadas por Francia. Que yo sepa, el Gobierno de Chirac, ese político tan pagado de sí mismo, no manipuló los informes de los servicios de inteligencia ni mintió a la opinión pública para convencernos de que había que invadir Irak a la búsqueda de unas armas que ya no existían. Unos terroristas han secuestrado a unos periodistas franceses, ergo Bush tenía razón. Hasta Ansón sería capaz de producir razonamientos más inteligentes.

Posted by: Iñigo at Agosto 31, 2004 04:03 PM

Iñigo, yo en ningún caso he traído a colación las andanzas universitarias de Allawi. Me he limitado, por una parte, a intentar analizar una política francesa determinada, basada en un análisis concreto que Dominique de Villepin expuso in extenso en las Naciones Unidas. Por otra, he tratado de poner de relieve la diferencia entre la lógica geopolítica tradicional utilizada por Chirac y Villepin y la que manejan los jihadistas, mucho más acorde con la metriz conceptual de la realidad global, independientemente de valoraciones morales.Villepin y Chirac veían el mundo en términos de multilateralismo vs. el unilateralismo de Bush. Los jihadistas los ven en términos de guerra de religión, de Gran Satán y Pequeño Satán. Desde luego, no he dicho en ningún caso que Bush "tuviera razón". Creo que su análisis estaba hasta hace poco mediatizado por la geopolítica tradicional de superpotencias, potencias regionales, etc. y aún no veía al mundo en forma de redes entrecruzadas.Yo hoy pienso que voy a votar a Kerry porque creo que tiene mejores activos que Bush para ganar esta guerra, porque él y el equipo que se ha formado en torno a él son mucho conscientes de los condicionamientos de la guerra en red, particularmente en el terreno económico. Pero eso no quiere decir que caiga en la ridícula manía de ciertos periodistas españoles -no te incluyo- de verlo como un cowboy de gatillo fácil, un lerdo sin más.Siento que no leas francés. El primer análisis que puse en el blog sobre el secuestro lo escribí en ese idioma que por cierto es una gozada, aunque hoy tengo más hábito del inglés, y ya me han enviado un par de correos de España pidiéndome traducirlo, así que voy a hacerlo. De todas maneras tienes una (mala) traducción inglesa, hecha deprisa y corriendo AQUIPor cierto, ¿quién es Ansón?

Posted by: Juan A. Hervada at Agosto 31, 2004 05:57 PM

Un espectro del pasado.

Posted by: Iñigo at Septiembre 1, 2004 12:50 PM

Gracias por la información.

Posted by: Juan A. Hervada at Septiembre 1, 2004 08:48 PM