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Febrero 11, 2005

A comerse el orgullo


Señor, qué cruz. Foto: AP.

España no puede prescindir de su relación con EEUU, al menos mientras continúe siendo miembro de la Unión Europea, la OTAN y tenga en su territorio la base de Rota. Y no parece que ninguno de estos tres requisitos vaya a cambiar. El Gobierno de Zapatero dice que está empeñado en normalizar sus relaciones con Washington. Es un buen propósito, pero sólo tendrá éxito si está preparado para tragar tanta quinina como para quedar inmunizado ante cualquier delirio de grandeza.

Qué tiempos aquellos cuando Zapatero declaró que con el tiempo la Unión Europea podía convertirse en una potencia mundial al mismo nivel que EEUU. En realidad, eso fue hace unos meses, pero ustedes me entienden.

Quien tiene que asumir el papel de penitente es el ministro de Exteriores. Hasta ahora, había asumido el rol con una cierta dignidad. Cuando Moratinos le robó unos minutos a Colin Powell, el ardid le sirvió para arrancar una imagen no muy airosa, pero al menos no humillante. Claro que ahí contaba con la cortesía de Colin Powell. El secretario de Estado le escuchó con respeto y sólo puso cara de estar ahí por imperativo legal. No parecía que le diera asco hablar con el ministro español.

Lo de Condi Rice ha sido un trago mucho más duro. La nueva secretaria de Estado ha llegado a Europa con la misión de repartir más sonrisas que las que se le vieron a Julia Roberts en "Pretty Woman". Hasta que llegó su hora (la de Moratinos). Y esta vez no coló. El ministro español tuvo que pasar por el apuro de obligar a Rice a escucharle. La diplomacia quedó congelada durante unos minutos. El rostro de Condi era un poema. Ni le miraba a los ojos. Casi parecía que iba a vomitar. ¿Me permite, señor ministro? Tengo que ir al baño a echar el desayuno.

Una vez que Moratinos dejó de darle la tabarra, Rice recuperó su sonrisa. Volvía al escenario Miss Simpatía. ¿Es usted francés? Encantada de conocerle. Adoro la cocina francesa, ¿sabe?

Quizá la vía más rápida de reparar las heridas sea la línea castiza de Bono. Se reúne con Donald Rumsfeld y, para romper el hielo, le suelta: "Parece más joven que la última vez que nos vimos". El jefe del Pentágono pide que le repitan la traducción (obviamente, no da crédito), se ríe y responde: "La vida es fácil". Quizá también se pueda traducir por: "La vida me ha tratado bien". (Ya ve, sólo tengo que dirigir tres guerras, en Irak, Afganistán y contra Al Qaeda, soy un privilegiado).

Ya dijo Bono que entre aliados no tiene sentido arrodillarse. Es mucho más rentable lanzarle piropos a un hombre de 70 años. Lo mismo sale un plan.

Posted by Iñigo at Febrero 11, 2005 12:27 AM

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Comments

Como todos los asuntos diplomáticos, es compleja la situación. Pero lo que debemos pensar es cuales eran las relaciones con USA (y abUSA) antes de la bajada de pantalones del anterior ejecutivo y la que tenemos ahora. Sí poruqe antes de q Aznar apoyara personalmente a Bush en su cruzada contra Irak, para el americano medio España no era sino el culo del mundo.Claro de pasar a codearte con el rey del mundo a q pasen olimpicamente de ti hay un rato, pero no creo q esto difiera mucho de la realciones antes de la guerra.En fin que si Europa se mostrara cohesionada y fuerte apoyaria a España frente a USA, opero aqui nadie se quiere quedar con el culo al aire así que ya sabe señor Moratinos: "al mal tiempo buena cara", y a ver lo que aguanta el pobre.Chau.

Posted by: sanatox at Febrero 11, 2005 10:38 AM

¿Alguien pensó que la retirada de tropas iba a salir gratis? No seamos primos. Si hay que pagar un precio, se paga y punto. Si no se esperaba , o no se soporta esta reacción de los americanos habia que haberlo pensado mejor. A lo hecho, pecho.

Posted by: casiopeo at Febrero 11, 2005 02:26 PM