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Septiembre 07, 2006

La revuelta contra Blair

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Gordon Brown ya no puede esperar más tiempo. Sólo han pasado 16 meses desde las últimas elecciones, pero necesita saber desesperadamente cuándo abandonará Blair el 10 de Downing Street y que éste lo comunique a la opinión pública para que no haya marcha atrás en el último momento.

El primer ministro británico parece empeñado en repetir en los laboristas el proceso que llevó a la liquidación de Margaret Thatcher. El líder idolatrado vuelve a convertirse en una rémora para las posibilidades electorales de sus correligionarios. Y en el Reino Unido, los partidos pueden ser muy crueles con sus líderes si creen que su tiempo ha pasado.

Blair ya había dicho que no completaría el mandato obtenido en las urnas. Era de prever que al menos cumpliría la mitad de la legislatura y podría retirarse tras haber pasado diez años al frente del Gobierno. Su desgaste, sin embargo, ha cobrado ya el carácter de hemorragia, y Brown quiere poner al paciente sobre la mesa de operaciones ahora mismo, con o sin anestesia.

La revuelta de ayer comenzó con la dimisión del viceministro de Defensa y un agrio intercambio de comunicados con Blair. Continuó con las dimisiones de un grupo de altos cargos de menor nivel. La infantería de Brown recibió órdenes de ponerse en marcha en lo que parecía un complot medido para provocar las crisis sin destruir al Gobierno. Un diputado del ala izquierda laborista lo describía en términos más crudos. Comentó que todo lo ocurrido en las dos últimas semanas se parecía mucho a un episodio de Los Soprano.

El último estallido de ira de los partidarios de Brown, según The Times, proviene del calendario manejado por Blair. La fecha de retirada no era una, sino dos: finales de mayo del 2007 para abandonar la jefatura del partido y finales de julio para dimitir como primer ministro.

El heredero de Blair quiere dejar huella en sus 100 primeros días al frente del Gobierno y desde el principio acabar, "Question Time" mediante, con la amenaza que supone el joven líder de los tories, David Cameron. La idea de entrar en el despacho en mitad de las vacaciones de verano, con la mayoría de los británicos pensando en las playas españolas y otros destinos turísticos, le habrá puesto al borde de un ataque de nervios.

Tampoco puede dar por hecho que su llegada a Downing Street será una coronación. Es el gran favorito, sin duda, pero hay dirigentes laboristas a los que los antiguos pactos entre Blair y Brown no les conciernen. Los ministros de Interior y Educación ya están en las quinielas. Los partidarios del primer ministro pueden hacer pagar a Brown su 'traición' con el apoyo a otros candidatos.

Se espera que dentro de unas horas Blair haga una declaración pública en la que anuncie los plazos de su dimisión. Algunos informan que Brown se ha salido con la suya y que la fecha será el 4 de mayo de 2007. No lo den por hecho.

Puede que Tony 'Blair' Soprano tenga que entregar las riendas de la familia. Pero algunos van a pagar la forma en que le han obligado a hacerlo.

Posted by Iñigo at Septiembre 7, 2006 01:28 PM

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Comments

Blair ya esta en una posición muy parecida a la de Thatcher en sus últimos días en el poder. Una amiga mía que trabaja para la BBC en Londres me dijo hace unos meses que los periodistas estaban como buitres esperando la muerte de un animal. Yo siempre he pensado que Blair quiere celebrar 10 años en el poder (en mayo o junio del año que viene), pero ya va a ser muy difícil sobrevivir otros 8 meses.

Posted by: Southofwatford at Septiembre 7, 2006 02:46 PM