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Noviembre 13, 2006

Los sueños menguantes de victoria

El increíble presidente menguante

Lo malo para Bush es que su estatura no deja de menguar. Su índice de popularidad ya está en el 31%, según el último sondeo de Newsweek. El futuro tampoco es muy alentador. Dos de cada tres encuestados creen que no le queda mucho por hacer. Ya puede pasar todo el tiempo que quiera en su rancho de Texas:

Worst of all, most Americans are writing off the rest of Bush’s presidency; two thirds (66 percent) believe he will be unable to get much done, up from 56 percent in a mid-October poll; only 32 percent believe he can be effective. That’s unfortunate since 63 percent of Americans say they’re dissatisfied with the way things are going in the country; just 29 percent are satisfied, reports the poll of 1,006 adults conducted Thursday and Friday nights.

La opinión que los norteamericanos tienen de los demócratas tampoco es para echar cohetes. El sondeo dice que el 51% está muy preocupado ante la posibilidad de que los vencedores de las elecciones presionen con demasiada celeridad en favor de una retirada inmediata de las tropas de Irak.

Eso es precisamente lo que han hecho algunos congresistas demócratas en varias entrevistas de este fin de semana. Antes de nada, y para no exagerar la influencia de estas opiniones, hay que recordar que la política exterior es patrimonio exclusivo del presidente en EEUU, y no del legislativo. Lo que sí tiene la Cámara de Representantes es la llave del dinero, pero es poco probable que los demócratas le nieguen al Gobierno los fondos que necesita para financiar la guerra, es decir, para pertrechar a los pobres soldados.

Visto desde otro punto de vista, las declaraciones de los congresistas en favor del comienzo de una retirada en cuatro o seis meses tampoco son tan novedosas. Parecidos pronósticos ha hecho en el pasado el mando militar norteamericano, confiando en una mejora de la capacidad de las fuerzas militares y policales iraquíes de asumir las competencias de seguridad, y luego ha tenido que echarse atrás.

Los demócratas piden que Washington presione a las autoridades de Bagdad para que encuentren "una solución política" que haga posible la retirada. Aquí hay que contener la risa, porque eso mismo es lo que lleva un tiempo haciendo la Administración de Bush... con los resultados penosos que nos podemos imaginar.

El actual Gobierno iraquí lleva camino de superar las cotas de incompetencia y corrupción de sus predecesores. Ahora el primer ministro Maliki anuncia que prepara una remodelación de su Gabinete, que sólo tiene seis meses de vida, y reclama a los partidos que forman la coalición que le propongan nombres para sustituir a los ministros menos dotados para el puesto.

Supongo que tendrá tanto éxito como en el intento de que esos mismos partidos controlen a sus milicias, que hacen todo lo posible para acercar al país a la guerra civil.

Si Bush y los demócratas creen que las fuerzas de seguridad iraquíes les van a permitir iniciar el repliegue con la cabeza bien alta, pueden estar fiando todas sus esperanzas en un inválido. La policía iraquí tiene un 20% de deserciones anuales, según un informe oficial norteamericano. De entre los que permanecen en nómina, no son muchos los dispuestos a coger una arma. Otro 40% no suele presentarse al trabajo.

Así que la famosa cifra de los 170.000 policías entrenados para mantener el orden es tan irreal como los sueños de victoria que algunos aún albergan en Washington.

Posted by Iñigo at Noviembre 13, 2006 08:44 PM

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