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Septiembre 24, 2007

Dos legionarios muertos en una larga guerra

Siete meses después de la muerte de la soldado Idoia Rodríguez Buján, el contingente español en Afganistán ha vuelto a sufrir nuevas bajas. Dos legionarios --Germán Pérez Burgos, de Badajoz, y Stanley Mera Vera, de Guayaquil, Ecuador-- han fallecido al explotar una mina al paso de su vehículo. La investigación preliminar del Ministerio de Defensa revela que se ha encontrado un cable de 70 metros que llegaba hasta el lugar del ataque desde una casa cercana. Sin embargo, la falta de rastros recientes hace pensar que se podrían tratar de un artefacto colocado hace tiempo que estalló al contacto con una rueda del blindado. En cualquier caso, sería una trampa explosiva colocada con la intención de atacar a un vehículo militar de las fuerzas de la OTAN.

También ha muerto el intérprete afgano Roohulah Mosavi y otros tres militares han resultado heridos de gravedad.

El ministro de Defensa ha dicho que el blindado BMR contaba con todas las medidas de seguridad necesarias, incluido el inhibidor de frecuencias. La desgracia de hoy demuestra hasta qué punto era estúpida la polémica que se armó en junio tras el ataque contra tropas españolas en el Líbano. La idea de que se puede enviar a los soldados a una guerra y garantizarles una seguridad absoluta es ridícula.

En este mes de septiembre, han muerto en Afganistán soldados españoles, franceses, norteamericanos, británicos y holandeses. En el 2007, han muerto 4.500 personas, según el recuento de Associated Press, que incluye a 3.100 insurgentes y 600 civiles.

Desde hace una semana, 2.000 soldados británicos, con el apoyo de tropas de otras nacionalidades, llevan a cabo una operación a gran escala contra los talibanes en la provincia de Helmand. Le llaman la operación Palk Wahel y la presentan como otro momento decisivo en la guerra. Ha habido tantos de ellos en los últimos años que The Independent le llama "Operation Groundhog Day" (por el día de la marmota).

La guerra será larga. Cada vez que las tropas occidentales han conseguido expulsar a los talibanes de algunas de las provincias más peligrosas del país y han entregado el control de la zona a las fuerzas de seguridad afganas, el resultado ha sido poco alentador. En algunos casos, los insurgentes han vuelto a hacerse con el control de la situación.

En unas semanas llegará el invierno que dejará impracticable caminos y pistas forestales. Hasta hacer la guerra es difícil con ese tiempo. Después del anterior invierno, se dijo que los talibanes realizarían una ofensiva en primavera que pondría las cosas difíciles a las tropas de la OTAN. Al final, los ataques fueron menores de lo esperado, quizá porque los talibanes --conscientes de su inferioridad en potencia de fuego-- han rehuido el contacto directo con el enemigo. Prefieren apostar por atentados y emboscadas con trampas explosivas.

Eso no les acercará a la victoria, pero les servirá para prolongar durante años este conflicto.

Posted by Iñigo at Septiembre 24, 2007 09:56 PM

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Comments

Los muertos eran "paracas", no "legías".

En España, los paracaidistas reciben honoríficamente el título de Caballeros Legionarios Paracaidistas. De ahí que de tanto repetir lo de "legionarios paracaidistas" algún medio haya terminado cortando y quedánse con la primera palabra.

Posted by: Lobo at Septiembre 25, 2007 09:39 PM

Ya se sabe que si son soldados serán legionarios...si son barcos serán fragatas (incluso "fragata hospital" se ha podido leer), y si son aviones serán "cazas".

Posted by: Anonymous at Septiembre 26, 2007 07:47 PM

La esterilidad de la polémica sobre los inhibidores de frecuencia era evidente en su día (pregúntenles a los norteamericanos en Irak...).

Si se inició y se mantuvo por responsables políticos y medios afines por ignorancia, es grave. Si fue sabiéndolo, peor.

Posted by: Anonymous at Septiembre 27, 2007 06:34 PM