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Marzo 16, 2008

El teatro de las Azores

Fue la mayor revuelta de parlamentarios laboristas –así la definió la prensa británica-- sufrida por el Gobierno de Tony Blair. 121 diputados de su propio partido votaron el 26 de febrero de 2003 a favor de una moción que establecía que no había razones fundadas para ir a la guerra en Irak. Blair salvó el escollo gracias al apoyo de los conservadores y a que insistió una y otra vez que su gran objetivo no era la guerra, sino una segunda resolución del Consejo de Seguridad de la ONU con la que seguir presionando al régimen de Sadam Hussein.

Los problemas internos de Blair están en el origen de uno de los iconos de los preparativos de la guerra, la cumbre de las Azores de la que ahora se cumplen cinco años. Fue el momento definitivo en el que hasta los espectadores más ciegos se dieron cuenta de que la invasión era ya sólo cuestión de días.

George Bush, Tony Blair y José María Aznar –más el anfitrión accidental, el primer ministro portugués Durao Barroso-- interpretaron el guión de una obra cuyo principal objetivo era dar cobertura al socio británico. Todo lo que Bush y Blair hicieron allí podrían haberlo hecho desde Washington o Londres. La celebración de la cumbre, con todo el dramatismo de las grandes citas, concitó la atención de los medios de comunicación, pero las grandes decisiones ya estaban tomadas.

Las divisiones del Ejército y los marines norteamericanos estaban a punto de cruzar la frontera iraquí y la CIA recababa información que hiciera posible un ataque directo con el que cortar "la cabeza de la serpiente" y eliminar a Sadam.

La elección del lugar de la cumbre es otro de esos ejemplos que demuestran que la tragedia se ve acompañada muchas veces por la comedia. Hacerla en una ciudad de EEUU o del Reino Unido exigía demasiados preparativos de seguridad para una reunión tan breve y podría haber atraído una imagen no deseada, la de miles de manifestantes contra la guerra.

La primera opción fue las islas Bermudas, pero se cambió a petición de Aznar, según su propia versión de los hechos. En su libro "Retratos y perfiles", el ex presidente cuenta que se opuso en los términos más estrictos:

"Me contestaron que las islas Bermudas habían sido el escenario tradicional de algunas reuniones de líderes atlánticos, y yo dije que conocía y respetaba esa tradición, pero que en España el solo nombre de esas islas iba asociado a una prenda de vestir que no era precisamente la más adecuada para la gravedad del momento en que nos encontrábamos".

Despejada cualquier comparación con las prendas veraniegas de Aznar, la cumbre podía servir a su propósito. El anuncio de Francia de que vetaría cualquier nueva resolución de la ONU convertía a todas las negociaciones en una quimera. EEUU, el Reino Unido y España habían presentado el borrador de una segunda resolución que en la práctica ponía fin a la intervención de los inspectores de desarme de la ONU. Declaraba que Irak había incumplido los términos de la resolución anterior, la 1441, y por tanto declaraba que Sadam había desaprovechado la "oportunidad definitiva" de llevar a cabo el desarme.

En realidad, como quedó claro después, ni Bush ni Blair tenían garantizados los nueve votos para que su propuesta hubiera obtenido una mayoría en el Consejo, con independencia de los vetos de los miembros permanentes. Los demás países, a excepción de España y Bulgaria, querían dar más tiempo a los inspectores de la ONU.

Las actas de la reunión del 22 de febrero que Bush y Aznar tuvieron en el rancho texano de Crawford dejan patente que todas esas negociaciones eran una pantalla de humo. "La resolución estará hecha a la medida de lo que pueda ayudarte. Me da un poco lo mismo el contenido", le dijo Bush a Aznar. La agenda diplomática había dejado de tener interés. Lo que marcaba los tiempos era el calendario del despliegue militar, y ése estaba casi concluido. "En dos semanas estaremos militarmente listos", comentó satisfecho Bush.

En las Azores, sólo quedaba ya bajar el telón de la etapa previa a la invasión. En la conferencia de prensa posterior a la reunión, Bush fue directo: "Mañana es el momento de la verdad", advirtió. Cuando un periodista le preguntó si quería decir que al día siguiente quedaría cerrada ya "la ventana diplomática", Bush dijo que sí e insistió: "Mañana es el día en que se decidirá si la diplomacia puede o no funcionar".

Resignado a la evidencia, Blair no insistió en su intervención en los esfuerzos por obtener una nueva resolución de la ONU. Lo que hizo fue repetir varias veces que resultaba evidente que Sadam Hussein no había llevado a cabo el desarme exigido por la anterior, la 1441, la misma que no era suficiente para justificar una invasión, según muchos diputados de su propio partido.

La segunda resolución nunca llegó a someterse a votación. "No hemos venido a las Azores a hacer una declaración de guerra", dijo Aznar. Eso fue precisamente lo que ocurrió.

Posted by Iñigo at Marzo 16, 2008 08:01 PM

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Comments

La razón para negarse a lo de las Bermudas que da Aznar en su libro ¿no es la misma que ponía Charles Laughton en "Testigo de Cargo"?.

Posted by: Waterlord at Marzo 16, 2008 10:49 PM

¿llegaremos algún día a escuchar a Aznar entonar el mea culpa?

por lo menos, aunque no los haya echado el pueblo, a partir de noviembre ninguno de los componentes del trío calavera sera ya presidente.

Posted by: ANTI BLOG at Marzo 16, 2008 11:47 PM

"Me contestaron que las islas Bermudas habían sido el escenario tradicional de algunas reuniones de líderes atlánticos, y yo dije que conocía y respetaba esa tradición, pero que en España el solo nombre de esas islas iba asociado a una prenda de vestir que no era precisamente la más adecuada para la gravedad del momento en que nos encontrábamos".

¡MADRE DEL AMOR HERMOSO! O_0

Eso es política de altos vuelos. Leer esto y lo de "siempre tendrás un bigote a tu lado" que le dijo a Bush (en el libro "Bush At War" creo recordar, lo mencionan) demuestra en manos de quien estábamos.

Ansar no entonará un mea culpa. De hecho está en negación total desde hace años.

Aunque sigo insistiendo que esta gente debería acabar en un Tribunal Penal. Que eso de "echarles" del Gobierno será muy bonito y democrático, pero no hace justicia a LOS MILES de muertos por la idiotez y ganas de poder de esta gentuza.


http://www.juicioaaznar.net/

Posted by: nushu at Marzo 17, 2008 08:32 AM

"no era precisamente la más adecuada para la gravedad del momento en que nos encontrábamos".

¿Qué dice el Josemari de "la gravedad" del momento?

La gravedad del momento en todo caso era para los iraquíes, que estaban a punto de verse bombardeados e invadidos por decisión de semejantes sujetos. De su declaración se desprende que había una necesidad acuciante, que había que invadirles antes que ellos lo hicieran a nosotros o algo por el estilo.

Pedazo de cínico.

Posted by: Marcus at Marzo 17, 2008 05:28 PM

"Me contestaron que las islas Bermudas habían sido el escenario tradicional de algunas reuniones de líderes atlánticos, y yo dije que conocía y respetaba esa tradición, pero que en España el solo nombre de esas islas iba asociado a una prenda de vestir que no era precisamente la más adecuada para la gravedad del momento en que nos encontrábamos".
Dijo el dirigente español mientras se arrodillaba y manipulaba la bragueta del Gran Jefe. Al rato preguntó... ¿que hay de lo mío?.

Posted by: pecha at Marzo 19, 2008 09:35 AM