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Mayo 18, 2008

Ciegos, sordos y mudos

Quién iba a decirlo. El 64% de los israelíes está a favor de una política de apaciguamiento de los terroristas similar a la que en los años 30 tan mal resultado le dio al primer ministro británico, Neville Chamberlain, en sus fracasados contactos con Hitler. Y no están solos. A ellos hay que sumarles un ex jefe del Mossad, un ex ministro de Exteriores y otros políticos y funcionarios que han tenido mucho que ver en los procesos de paz de los últimos quince años, reales o simulados.

¿Judíos comparados con los que contemporizaron con el ascenso del nazismo? ¿Dónde está la estupidez que desencadena el símil? Evidentemente, en la mente de George Bush y en la de todos aquellos que ignoran las lecciones del pasado y creen que el diálogo es sinónimo de rendición.

Ese 64% es el porcentaje de israelíes que se muestran favorables a que su Gobierno tenga negociaciones directas con el Gobierno de Gaza dirigido por Hamás, según un sondeo publicado por Haaretz. Casi la mitad de los votantes del derechista Likud comparte esa posición. Cómplices de los terroristas, dirían los corifeos de la mano dura.

Tuvo que ser en el Parlamento israelí donde Bush lanzó sus invectivas, probablemente dirigidas contra Barack Obama y su disposición a dialogar con los Gobiernos que la Casa Blanca asignó al llamado eje del mal. “Algunos parecen creer que deberíamos negociar con terroristas, como si algunos argumentos ingeniosos les podrían convencer de que han estado equivocados”, dijo el presidente de EEUU. “Hemos oído antes esas ilusiones estúpidas”, continuó más tarde refiriéndose a los acontecimientos de los años 30. “Tenemos la obligación de definirlas como lo que son: la falsa tranquilidad que da el apaciguamiento, que ha sido varias veces desacreditado por la historia”.

Bajo el apelativo de terroristas, caben Hamás, Hizbolá o los gobiernos de Siria o Irán. También Cuba y en algunas épocas del año Venezuela. Varios Estados de Oriente Próximo tienen currículos casi tan tenebrosos que los antes mencionados, pero no aparecen en esa lista porque son aliados de EEUU. Sus crímenes son perdonados porque aceptan la hegemonía norteamericana en la zona. Sus cámaras de torturas no son denunciadas porque a fin de cuentas han sido de utilidad a la CIA como destino de los presuntos miembros de Al Qaeda a los que había que exprimir sin dejar huellas.

No falla. Cuando los neocon se quedan sin argumentos o intuyen que los fracasos han acabado con su credibilidad sacan a pasear la bandera de Hitler y los nazis. El número de ‘Hitlers’ no deja de crecer con cada nueva crisis. El truco consiste en ocultar tu ignorancia bajo un manto de firmeza, en comparar la diplomacia con una forma refinada de cobardía. Algunos de ellos son terriblemente consecuentes. Ya estaban contra las negociaciones con el enemigo cuando Nixon y Reagan firmaban acuerdos con la URSS. Hay gente que no deja que la historia le roce.

De lo que no habló Bush en la Knesset fue del proceso de Annapolis y de su promesa de empeñar prestigio y esfuerzos en conseguir un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos en un año. Seis meses después de otra fotografía inevitablemente definida como histórica, estamos como entonces. Dos gobernantes ineptos como Olmert y Abás son incapaces de dar un solo paso hacia adelante.

Los que piensan que esta actitud desaparecerá con la salida de Bush de la Casa Blanca se equivocan. La Unión Europea ha jugado el papel de la clac que aplaude todos los mensajes de Washington. Los gobiernos europeos, incluido el español, tampoco mantienen contactos con Hamás hasta que cumpla una serie de condiciones. Evidentemente, si los integristas dieran ese paso ya habría muy poco de qué hablar con ellos.

Siempre se ha dicho que la paz se firma con los enemigos, no con los aliados. Ahora parece que el remedio mágico para conseguir la paz consiste en obligar a los enemigos a rendirse y luego ya se verá qué premio reciben. ¿Otro proceso como el de Annapolis en el que sus protagonistas, en especial Israel, no sufren ninguna presión para hacerlo avanzar? Eso es sólo un incentivo para el estancamiento y ése es precisamente el resultado con el que se tiene que conformar la UE por inclinarse ante los dictados de la Casa Blanca.

Palestina no es el único lugar en que la intransigencia y el desprecio de la diplomacia bloquean cualquier avance. Por buscar otro ejemplo, mucha gente se sorprenderá al saber que una encuesta de la Universidad de Florida revela que el 65% de los cubanoamericanos del condado de Miami apoyaba el año pasado la apertura de negociaciones con el Gobierno de Cuba. Después de décadas de enfrentamiento, muchos de ellos han descubierto que pegarse golpes en el pecho es tan inteligente como escupir hacia arriba.

Ciegos, sordos y mudos. Así nos quieren los que nos lanzan las acusaciones de apaciguamiento. El rearme, la militarización de la sociedad y la promesa de aniquilar al adversario fueron algunos de los mensajes más publicitados por los nazis en su carrera hacia el poder absoluto. Si hubiera que buscar estúpidos símiles históricos en la actualidad, ya sabríamos dónde hacerlo.

Posted by Iñigo at Mayo 18, 2008 11:24 PM

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Comments

Zapatero mantiene conversaciones con ETA = Zapatero se rinde ante ETA.

Y asi nos va...

Posted by: Marlango at Mayo 19, 2008 06:18 PM