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Julio 14, 2008

La sátira tiene muchas lecturas

Obama en la intimidad

Siempre provocadoras, las portadas de The New Yorker manejan distintos grados de sutileza. Esta vez han llevado la sátira hasta el final con consecuencias imprevistas para los responsables de la revista. Han pintado a Obama de musulmán, a su mujer de militante armada de los Panteras Negras, o algo así, en una habitación presidida por un retrato de Bin Laden y con una chimenea en la que arde la bandera de EEUU.

No, sutil no es. Pero así suele trabajar el autor de la ilustración. No hace prisioneros.

Es una forma de satirizar las insinuaciones e injurias variadas dirigidas contra Obama. Así lo ah explicado el director de la revista, David Remnick:

Obviously I wouldn't have run a cover just to get attention — I ran the cover because I thought it had something to say. What I think it does is hold up a mirror to the prejudice and dark imaginings about Barack Obama's — both Obamas' — past, and their politics. I can't speak for anyone else's interpretations, all I can say is that it combines a number of images that have been propagated, not by everyone on the right but by some, about Obama's supposed "lack of patriotism" or his being "soft on terrorism" or the idiotic notion that somehow Michelle Obama is the second coming of the Weathermen or most violent Black Panthers. That somehow all this is going to come to the Oval Office.

Alguien enciende la llama de la sátira y el fogonazo deslumbra a todos.

La campaña del senador no ha pillado la ironía. Quizá porque, como dicen en The Economist, no están pensando en los lectores habituales de la revistas, sino en el poder multiplicador de la imagen en otros ámbitos. Habrá gente que utilice esta imagen para reforzar sus estereotipos y es probable, casi seguro, que la portada termine apareciendo en muchos anuncios políticos. En anuncios producidos por gente que no lee precisamente The New Yorker.
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Posted by Iñigo at Julio 14, 2008 04:37 PM

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Comments

Ay, con tanto rechinar de dientes y rasgarse las vestiduras, que esfuerzo mas grande hay que hacer para no pensar que la inmensa mayoria de los obamitas son unos soplapollas...

Posted by: Antonio at Julio 14, 2008 05:45 PM

Bueno, bueno, bueno... cambiemos "inmensa mayoria" por algo mas amable.

De todas formas, nunca ha parecido que la Fox, Limbaugh, Malkin y otra gente de esa cuerda necesite ideas...

Posted by: Antonio at Julio 14, 2008 05:55 PM

Por otra parte, todos esos miembros del Hillary fan club que estan haciendo pucheros como ninhos de cuatro anhos (y hay unos pocos) porque han perdido y no quieren dar dinero ni acudir a los actos que convoca la mismita Clinton son tambien pa matarlos.

Precioso el espectaculo que estan dando los democratas, hoyga. Y eso que iban a ganar de calle. Al final lo de Kerry '04 va a parecer hasta decoroso...

Posted by: Antonio at Julio 14, 2008 07:22 PM

Creo que la portada no se limita a ser descriptiva y hace justicia a la percepcion deformada de buena parte de la sociedad norteamericana.

Cuantas habremos visto de Bush, vestido de cowboy, espodad a un saudi petrolero y sojuzgado po una dominatrix ultraortodoxa, mientras hojea una biblia.

Ahora que lo pienso ninguna...

Posted by: paolo2000 at Julio 15, 2008 07:11 AM

A mí me parece excesivamente cómodo por parte del New Yorker descargar toda su responsabilidad en el lector al que no le guste la portada: "será que usted es torpe y no la entiende". Bueno, a lo mejor es eso, y a lo mejor usted se podía haber explicado mejor. Porque lo que intenta la portada es muy estimable pero también muy difícil, y es perfectamente posible que su autor la haya cagado en el intento.

Posted by: tp at Julio 15, 2008 01:33 PM

Obama: "¡Gracias, amigo!. Esto... ¡¡no me ayudes más!!".

Posted by: jomi at Julio 15, 2008 05:28 PM