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Septiembre 23, 2011

Una televisión vigilada

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El fracasado intento de censura previa de los informativos de RTVE se ha cobrado hoy la dimisión de un miembro del Consejo de Administración, Héctor Maravall, elegido a propuesta de CCOO. Maravall se abstuvo en la votación con la que se aprobó la decisión. Los que votaron a favor o los que también se abstuvieron no han dado ese paso. El deplorable espectáculo incluye abundantes dosis de hipocresía pero no debe hacernos olvidar un hecho incontestable: los representantes de los partidos querían aumentar la vigilancia de los contenidos de los informativos.

Hay una paradoja obvia en el funcionamiento de las televisiones públicas en España. Los partidos políticos dicen que están ahí para que se hagan respetar los principios de objetividad y neutralidad. Pero en realidad ellos son los que ponen en peligro de forma constante esa independencia con las presiones sobre los periodistas de esos medios, con el nombramiento de sus jefes de prensa para ocupar cargos directivos o con las críticas a la manipulación cuando ellos mismos la ejercían en su época de gobierno.

Hasta cierto punto (muy poco) se podría entender la perplejidad de los consejeros. Los partidos los nombraron con la intención de controlar la televisión. Cuando ellos llevan ese control a sus últimas consecuencias, los políticos les dejan tirados y afirman que se ha cometido un error.

Es difícil que los partidos puedan achacar desconocimiento cuando la idea de acceder al sistema editorial de las redacciones (y por tanto conocer sus contenidos antes de la emisión) ya se había discutido antes en el consejo, aunque sin éxito.

El consejo ha rectificado ante las críticas recibidas, pero continúa intentando hacernos creer con un estilo muy orwelliano que en ningún caso pretendían hacer lo que todo el mundo sabe que querían hacer.

En un comunicado, que no ha contado con el respaldo de los consejeros que desde el primer momento se opusieron al acceso al programa informático iNews, el Consejo de Administración asegura que "nunca fue voluntad" de los miembros que votaron a favor o se abstuvieron, "interferir en la labor de los trabajadores de informativos ni, mucho menos, condicionar su independencia profesional". "Ni fue su intención perjudicar la neutralidad de los informativos de TVE, de la que el propio Consejo es el primer garante no solo por mandato legal sino también por propio convencimiento".

Parece que vigilar de cerca la labor de esos periodistas con vistas a protestar antes o después de la emisión del programa (quiero pensar que no durante) no condiciona en absoluto su independencia profesional, según esta explicación.

El propio funcionamiento y estructuras de TVE hacen imposible pensar en una televisión independiente. El PSOE alardea de que los últimos siete años han sido un modelo y, aunque hayan supuesto una mejora en algunos aspectos, por ejemplo comparados con la última etapa de Urdaci, están muy lejos de alcanzar un mínimo defendible.

Se pueden utilizar distintos criterios para valorar esto último. Yo creo que hay un baremo que rara vez falla. Una televisión pública es independiente cuando en algunas ocasiones llega a molestar o enfurecer al Gobierno de turno. Me gustaría saber cuándo ha ocurrido eso con RTVE en los últimos años, o ya puestos en casi toda su historia.

El ejemplo recurrente es el de la BBC. Se pueden encontrar innumerables casos de esto en el libro "La television inglesa y los primeros ministros", de Michael Cockerell. Es un libro de hace tiempo (1990) pero la historia no ha cambiado mucho en los últimos 20 años.

En España, ocurre lo contrario en las televisiones públicas. Es la oposición la que siempre se siente maltratada pero como por arte de magia si ese partido llega el poder sus problemas desaparecen y pasa a elogiar sin medida la independencia de la que goza ahora ese medio.

El colmo del intervencionismo es la información en periodo electoral. La independencia de esos mismos periodistas queda anulada. Están obligados a respetar un reparto de tiempos, no de forma aproximada y en el conjunto de la campaña electoral, sino medida de forma milimétrica, lo que hace que su información carezca de todo interés. Es una sucesión de píldoras propagandísticas que casi no se diferencia de los minutos a los que los partidos tienen derecho para vender su programa fuera de los informativos.

Este sistema es la prueba del nueve. Al menos durante 15 días hay un control férreo de cada minuto porque saben que si no existiera, ese medio público sería una pantalla al servicio de los intereses del Gobierno. Es decir, lo que ocurre en los otros 1.445 días de la legislatura.

Hasta ahora, se cuidaban las formas, por decirlo de alguna manera, pero los actuales consejeros, los mismos que deberían ser los garantes de esa independencia, decidieron que había que acabar con tanto subterfugio. El que hayan perdido la batalla ahora no quiere decir que vayan a perder la guerra porque desgraciadamente las cartas están marcadas desde hace muchos años. Desde siempre.

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Juan Varela:

La mera enumeración del resultado de la votación del escándalo muestra la imposible independencia de la televisión pública. Mientras no exista una autoridad independiente y profesional, cuya composición no sea controlada por los partidos, la independencia y la neutralidad informativa son una ilusión.

Ramón Lobo:

De sabios-honrados sería marcharse a casa, dimitir. Que el Consejo de RTVE esté formado por representantes paniaguados de los partidos políticos que obedecen solo órdenes de parte, de la suya, y no de interés común, demuestra lo podrido que está el sistema y lo necesario que es sacudirlo, renovarlo. Cuando se obedece tanto todos los días, se piensa poco siempre; a veces, como podría ser el caso, se les va la mano del entusiasmo y se ponen a obedecer antes de tiempo.
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18.00
De las televisiones autonómicas, no hablo aquí pero eso daría para mucho más. Ese panorama es terrorífico. El último ejemplo en una comunidad autónoma que estrena nuevo Gobierno y nuevos directivos de la televisión: el director del instituto de un pueblo de Toledo aparece en un informativo de la televisión de Castilla La Mancha elogiando los planes del Gobierno. Hay tres totales suyos en la pieza que se emite. Ese profesor resulta ser el ex responsable de educación en el PP de Toledo y miembro de la candidatura del partido por Toledo en las elecciones locales.

Evidentemente, esto último es un detalle que los espectadores del informativo no tienen por qué conocer.

Posted by Iñigo at Septiembre 23, 2011 05:27 PM

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Comments

Además, ahora mismo hay una vacante importante, la del presidente, que no se cubrió desde la marcha de Oliart, y varios consejeros (creo que seis) que están fuera de mandato, como si fuesen jueces del Tribunal Constitucional.

De todas formas, y más allá de las dimisiones que no se producirán, lo más importante es cambiar el sistema de elección de los consejeros. No puede ser que tengan más peso los partidos políticos que los trabajadores o los profesionales. Sé que esto último es abundar en lo que dicen Juan Varela y Ramón Lobo y en lo que se colige de tu post, pero creo que es imprescindible y un sentir bastante generalizado dentro de RTVE.

Posted by: Manuel Rivas at Septiembre 23, 2011 06:08 PM