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Octubre 02, 2004

Murieron para que fuéramos libres

"Son seis nombres de periodistas, de personas que no eligieron ser héroes, pero que tuvieron un comportamiento heroico. Dieron su vida para que estuviéramos más informados, murieron para que fuéramos más libres".
María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno.

Seis periodistas recibirán a título póstumo la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo por decisión del Gobierno:

Juantxu Rodríguez, fotógrafo de El País. Murió el 22 de diciembre de 1989 en Panamá por disparos de soldados norteamericanos.

Jordi Pujol Puente, fotógrafo colaborador de Avui. Murió el 17 de mayo de 1992 cuando una granada alcanzó el coche en el que viajaba en Sarajevo.

Julio Fuentes, periodista de El Mundo. Murió el 19 de noviembre del 2001 en Afganistán en una emboscada contra un convoy de periodistas.

Julio Anguita Parrado, periodista de El Mundo. Murió el 7 de abril del 2003 en un ataque iraquí contra un campamento militar norteamericano al sur de Bagdad.

José Couso, reportero de Informativos Telecinco. Murió el 8 de abril del 2003 cuando un tanque norteamericano disparó contra el Hotel Palestina, en Bagdad.

Ricardo Ortega, reportero de Antena 3. Murió en marzo del 2004 en un tiroteo en Puerto Príncipe, Haití.

Esta semana, el Congreso ha solicitado al Gobierno que se conceda a la familia de José Couso los beneficios económicos que reciben las víctimas del terrorismo. No es cierto, como informaron algunos medios en el día de la decisión, que Couso vaya a ser considerado víctima del terrorismo. "La propuesta establece la cuantía en función de los baremos establecidos en la ley de víctimas del terrorismo, aunque esto no significa que conceda este estatus a José Couso", ha dicho Leopoldo Torres, abogado de la viuda de Couso.

Posted by Iñigo at Octubre 2, 2004 01:48 PM

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Comments

Precioso...Precioso que te acuerdes (y nos ayudes a recordar a algunos) de esas "personas heroicas" como yo he comenzado a llamarles...Precioso el post...Saludos

Posted by: andrea at Octubre 2, 2004 10:07 PM

Pues yo estoy poco de acuerdo (un poco, en algún caso, sí) con tu titular.Como periodista me ha tocado cubrir 14 conflictos, he derrochado adrenalina y he visto más de lo que conviene para dormir bien cuando me jubile. Han muerto ya violentamente dos amigos y media docena de conocidos y no creo que murieran para que nadie fuera libre sino porque la fatalidad así lo quiso. En inglés dicen "If you are to be shot, you won't drown.Vas a una guerra como periodista por una serie de razones profesionales y personales que pueden ser variadas, dentro de un cuadro lógico que tiene ciertos puntos en común con el de los toreros. La diversidad viene por el diferente peso específico de unas u otras razones. He conocido gente (y seguro que tú también) que cubría guerras por adicción adrenalítica. Otros porque lo veían el camino más corto para el avence profesional. Otros -sobre todo fotógrafos- por fascinación estética y meta-estética con el tema. Otros porque estabn en redacción un día determinado y eran el que conocía la zona... Un porcentaje porque gustaban de tener una visión románticoide de sí mismos como personajes hemmingwayanos y por el estatus entre los colegas del sexo opuesto.En fin, que cuando te encuentras con una bala en lugar de la noticia creo que es como cuando el torero se encuentra con el cuerno en lugar de con la vuelta al ruedo. Un accidente laboral propio de un profesión muy peculiar y en vías de transformación profunda. No mueres "para" nada. Sí mueres "por" algo: porque haces el trabajo que haces y se te acabó la suerte.

Posted by: Juan A. Hervada at Octubre 3, 2004 11:59 AM

No hay que confundir las circunstancias personales con las consecuencias del trabajo de una persona. Y, además, desconfío profundamente de aquellos periodistas que viajan al extranjero para cubrir un conflicto con la misma mentalidad que un misionero. Los que dicen que van a descubrir la verdad terminan adulterando esa verdad (o la parte de ella que está a su alcance) para acomodarla a sus prejuicios. Sin embargo, coincido con las palabras de la vicepresidenta. Los periodistas muertos no son héroes (a veces, sólo es necesario tener mala suerte para morir), pero su comportamiento es de un valor extraordinario para la sociedad en la que viven. Su presencia en algunas de estas guerras (no en todas, claro) salva vidas, porque hay conflictos que duran décadas precisamente porque nadie se acuerda de ellos. Y esa información hace más libre a una sociedad, porque no hay libertad que se pueda basar en la ignorancia.

Posted by: Iñigo at Octubre 4, 2004 07:02 PM