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Enero 26, 2006

El fin del monopolio de Fatah

Las encuestas parecen confirmar la victoria de Fatah en las elecciones palestinas, un victoria en cualquier caso sin mayoría absoluta. El dato más llamativo, aunque esperado, es el buen resultado de Hamás que se queda a un puñado de escaños del partido que ha monopolizado la política palestina en las últimas décadas.

Jalil Shikaki asigna a Fatah 58 diputados y 53 a Hamás. El sondeo de la universidad de Bir Zeit lo deja en 63-58. Además, cree que los pequeños partidos de la izquierda tendrán siete escaños y el partido fundado por el ex ministro de Hacienda, Salam Fayyad, dos.

Estos cálculos pueden ser algo imprecisos, ya que los escaños, 132 en total, se asignan tanto por vía proporcional en el reparto nacional como mayoritaria en los distritos. Aunque las cifras definitivas no variarán mucho, sí pueden influir decisivamente en la formación del futuro Gobierno.

En teoría, no debería ser difícil que Fatah pactara con los grupos izquierdistas con los que tiene una historia común dentro de la OLP. Eso le serviría tan sólo para contar con una mayoría absoluta muy escasa. Sin embargo, esos partidos comparten con Hamás el rechazo al sistema político palestino. Suelen denunciar tanto la corrupción de la Autoridad Palestina como el empeño de negociar con Israel para obtener concesiones.

La primera opción de todos ellos terminará siendo el Gobierno de unidad nacional. Fatah deberá sopesar el precio que pondrá Hamás a sus escaños. Parece complicado descartar por completo del juego parlamentario a un partido que ha tenido más del 40% de los escaños.

Por muy atractiva que les parezca la idea de desafiar a Israel con un Gobierno de coalición que incluya la presencia de un partido que no reconoce el derecho a existir del Estado judío, Fatah tendrá que decidir qué quiere hacer con el Gobierno que encabece. Otros cuatro años de paralisis sólo servirán para que Israel termine el muro y trace sus nuevas fronteras. Un panorama no muy atractivo para los palestinos.

Más allá de los resultados, la votación es una demostración de que en Palestina la sociedad ha respondido con más personalidad democrática de la habitual en el mundo árabe. Los votos de Hamás dan miedo, porque aún no sabemos exactamente qué pretenden hacer los integristas con ese poder. Pero una victoria clara de Fatah hubiera enviado un mensaje descorazonador a todo Oriente Medio: un partido manchado por la corrupción y las divisiones internas en clanes y milicias no podía salir de las urnas bendecido por la inmensa mayoría de los votantes.

Al final, al igual que en Irak, en Palestina las elecciones no serán un remedio mágico. Lo de siempre: las votaciones sirven para formar Gobiernos que cuenten con legitimidad, no para solucionar problemas. La primera misión del Gobierno no será la resistencia contra Israel, como bien han hecho saber los integristas, sino acabar con la anarquía y la corrupción que pueden ahogar las aspiraciones palestinas. Precisamente, todo aquello que Fatah se ha mostrado incapaz de hacer en los últimos años.

Posted by Iñigo at Enero 26, 2006 12:01 AM

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Comments

Vamos con retraso. Hamas ha ganado las elecciones, lo que hace bueno el dicho aquel de "un palestino jamas pierde la oportunidad de perder una oportunidad". Los traficantes y fabricantes de armas estan de enhorabuena.

Posted by: Kurtz at Enero 26, 2006 11:28 AM

Teniendo en cuenta que en la mayor parte de los casos lo que se ha ofrecido son hechos consumados, el dicho parece un tanto excesivo.

Y en cuanto a las armas, no sé si irá eso también por los israelíes, que colaboraron con la Sudáfrica del apartheid.

Posted by: Anonymous at Enero 26, 2006 11:36 PM