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Enero 03, 2006

Espías aficionados

A falta de espías, la CIA echó mano de familiares de científicos y de personas relacionadas con el Gobierno iraquí para confirmar sus informaciones sobre el arsenal prohibido de Sadam. La información aparece en el libro del periodista de The New York Times, James Risen, que también está en el origen del escándalo del espionaje interno por la NSA.

Estos familiares, como el caso de una anestesista iraquí que vivía en Cleveland y cuyo hermano había trabajado en el programa nuclear iraquí, volvieron a EEUU con el mensaje de que no existían tales armas. La CIA prefirió no creerles.

Posted by Iñigo at Enero 3, 2006 06:52 PM

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