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Septiembre 18, 2006

Inmunidad diplomática a las multas

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No entra en el sueldo, pero sí está incluido en los privilegios del cargo. La mayoría de los diplomáticos destinados en Nueva York, es decir en Naciones Unidas, se niega a pagar las multas de tráfico. Desde hace años, es motivo de enfrentamientos entre el Ayuntamiento y la ONU, con el Departamento de Estado en la ingrata labor de mediador. Tanto Giuliani como Bloomberg lo han intentado todo, incluida la amenaza de sustituir la sanción que nunca se paga por la grúa.

Un estudio difundido en junio ha contabilizado las multas impuestas entre 1997 y el 2002. Y para añadir vergüenza a la morosidad, a partir del ranking de sanciones por diplomático, llega a la conclusión de que esta costumbre está directamente relacionada con el nivel de corrupción que existe en el país del que es origen el infractor.

A la cabeza aparecen muy destacados del resto los diplomáticos de Kuwait, que no es precisamente pobre. Cada representante del Estado propiedad de la familia Al Shabah recibía una media de 246 multas. Es decir, un agente colocó un papelito en su parabrisas en dos de cada tres días del año.

No me extrañaría que algunos neoyorquinos hubieran preferido que los iraquíes se quedaran con el país en 1990. Al menos, les habría salido más barato. Los kuwaitíes tenían una curiosa forma de agradecer a sus anfitriones norteamericanos su liberación en la guerra del Golfo.

Los últimos datos elevan la factura total a 18 millones de dólares, según el Newsday. Supongo que la cifra será correcta, aunque no me fiaría mucho de este artículo. Identifica a Egipto como el principal moroso (se supone que los kuwaitíes se habrán puesto al día) con casi dos millones de dólares en deudas por coches mal aparcados y otras violaciones de las normas de tráfico. Para que sus lectores se sientan aún más indignados, Newsday dice que Egipto es "una nación rica en petróleo". Qué más quisieran los egipcios.

Para compensar la impresión que causan estas cifras, hay que apuntar otras dos. La ciudad de Nueva York también se beneficia económicamente por la presencia de la sede central de la ONU: 1.200 millones de dólares al año, según una estimación citada por CNN en 1997.

Los representantes de países corruptos no son los únicos que se saltan las normas locales. The Economist cuenta que los diplomáticos norteamericanos en Londres ya no pagan la tasa impuesta por el Ayuntamiento a los coches que circulan por el centro. Hace unos meses, ya debían 716.000 dólares.

Posted by Iñigo at Septiembre 18, 2006 05:33 PM

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Comments

El meollo de todo esto se encuentra en la Convención de Viena de 1961 sobre Relaciones Diplomáticas. Resulta que según la misma los diplomáticos, además de ser inviolables (no pueden ser detenidos), tienen inmunidad de jurisdicción (art. 31). Es decir, que no pueden ser sometidos a juicios en el país receptor. Eso significa que si les ponen una multa, y no la pagan, los tribunales no pueden perseguirlos para conseguir que cumplan.

Por eso, algunos diplomáticos se pasan por el forro el pago de las multas. Ahora bien... esos mismos diplomáticos olvidan también que la misma Convención que les protege les obliga a "respetar las Leyes y Reglamentos del Estado receptor" (art. 41). Es decir, a no aparcar mal.

Cosa bien diferente es la del pago de la tasa londinense. Ahí sí que no hay nada que recriminar. Los diplomáticos están exentos de pagar la mayoría de impuestos en el país receptor (art. 34). Vamos... imagínate pagar impuestos en tu país y encima, por si fuera poco, en el otro. Así que más vale que el Ayuntamiento de Londres no tenga demasiadas esperanzas...

Posted by: Francisco Polo at Septiembre 18, 2006 07:38 PM

Los diplomáticos están protegidos de la doble imposición, así que es lógico que no paguen impuestos directos, como el impuesto sobre la renta. Pero con los indirectos la cosa cambia. Supongo que no podrán pedir que les eliminen el IVA de los productos que compran. Realmente, no sé en qué categoría habría que incluir la tasa de congestión de Londres, así como los impuestos locales. Si las embajadas como tales están exentas de pagar esas tasas, los diplomáticos tampoco estarían obligados. Pero The Economist dice que los norteamericanos dejaron de pagar en Londres, por lo que se deduce de que durante un tiempo lo abonaron. Quizá lo hicieron para mantener buenas relaciones con el Ayuntamiento hasta que les pareció que la diplomacia les salía demasiado cara.

Posted by: Iñigo at Septiembre 18, 2006 11:31 PM

El IVA, como impuesto indirecto sobre los bienes, es precisamente una excepción de la cual los Diplomáticos no están exentos. De los impuestos locales, salvo que por su objeto recaigan sobre una excepción, sí están exentos. Y lo de Londres... podría ser, bien, lo que tu comentas, un acto de cordialidad, o bien, (no sin discusión) podría considerarse una tasa en pago de un "servicio particular prestado". De ese tipo de tasas tampoco están exentas los Diplos.

Posted by: Francisco Polo at Septiembre 19, 2006 01:02 AM