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Enero 10, 2007

Historias de francotiradores

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Entre los soldados y oficiales que participan en una guerra, los francotiradores ocupan una posición especial. Su destreza en el manejo del fusil --el mejor amigo de un soldado-- y el miedo que inspiran en el enemigo justifican su celebridad. Precisamente por la devoción que inspiran en los combatientes, sus historias cuentan con un atractivo muy especial para la propaganda. Si funcionan entre los soldados, tienen también que ser efectivas entre la población.

En el excelente libro "Un escritor en guerra", Antony Beevor y Luba Vinogradova recuperan los cuadernos inéditos del periodista Vasili Grossman. El corresponsal de guerra del periódico Estrella Roja acompañó al Ejército soviético en algunos de los grandes escenarios de la Segunda Guerra Mundial: el sitio de Stalingrado, la batalla de Kursk y el avance ruso por Alemania hasta Berlín, incluido el doloroso descubrimiento que supuso para Grossman comprobar por sí mismo la existencia de los campos de exterminio.

Grossman conoció a dos de los más famosos francotiradores rusos, Anatoli Chejov y Vasili Zaitsev, cuyas hazañas en Stalingrado fueron la base de grandes leyendas. Si bien eran auténticos combatientes, es obvio que sus logros fueron exagerados por la propaganda soviética. Moscú necesitaba buenas historias que levantaran el ánimo de la población y le hiciera creer que la victoria contra el gigante alemán no sólo era posible, sino inevitable.

El gran reportero ruso acompañó a Chejov en una de sus misiones, lo que fue la base de un largo artículo. A Grossman le interesaba mucho indagar en la capacidad inventiva del soldado ruso para crear formas de hacer la guerra que pudieran compensar la superioridad alemana. Los francotiradores --una mezcla sugerente de habilidad innata y técnica depurada-- eran un buen tema para sus crónicas.

En "Un escritor en guerra", Beevor describe el valor propagandístico de los francotiradores y se refiere a un célebre enfrentamiento entre Zaitsev y un oficial alemán que recordarán aquellos que vieron la película "Enemigo a las puertas".

Éste es un extracto del libro. Los párrafos destacados proceden de los cuadernos de Grossman:

Se hablaba de las hazañas de los francotiradores y se comentaban casi como las de los jugadores de fútbol. Cada división estaba orgullosa de su estrella y los siberianos de la 284 División de Fusileros estaban convencidos de que tenían a la mayor estrella en la persona de Vasili Zaitsev. Pero la exageración de la propaganda hacía sospechosos los resultados alcanzados por esos estajanovistas de la guerra urbana.

"Zaitsev es un hombre reservado, del que los soldados de la división dicen: 'Nuestro Zaitsev es instruido y modesto. Ya ha matado a 225 alemanes'. Sus otros francotiradores son conocidos como 'lebratos'. Batiuk dice: 'Le obedecen como ratoncillos'. Pregunta: '¿Estoy diciendo la verdad, camaradas?', y todos responden: 'Sí, Vasili Ivanovich'".

En el cuaderno de notas de Grossman hay una anotación llamativa, difícil de verificar:

"Murashev y el enfermero Zaitsev habían sido condenados a muerte, el primero por dispararse en una mano, y el segundo porque había matado a un famoso piloto que caía en paracaídas desde un avión derribado. A ambos se les conmutó la pena de muerte, y ahora ambos son los mejores francotiradores en Stalingrado (Murashev tiene diecinueve años)".

Zaitsev era el único francotirador conocido con ese nombre en Stalingrado, y no hay ninguna otra noticia de que fuera enfermero o que hubiera matado a un "famoso piloto" que caía en paracaídas. Quizá Grossman fue la única persona que registró esa historia antes de que la máquina de propaganda soviética reescribiera su vida convirtiéndola en una leyenda.

Como los demás francotiradores, Zaitsev parecía enorgullecerse de disparar sobre cualquier mujer rusa que fuera vista con los alemanes.

"Zaitsev ha matado a una mujer y a un oficial alemán: "Cayeron uno junto al otro".

Varios de los principales francotiradores en Stalingrado, incluidos Chejov y Zaitsev, informaron sobre duelos con francotiradores alemanes. Esto no es muy sorprendente, ya que las acciones contra los francotiradores eran consideradas de la mayor prioridad.

"Un combate singular entre Zaitsev y un francotirador alemán: 'Había matado a tres de nuestros hombres. Esperó quince minutos. Nuestra pequeña hondonada estaba vacía, y comenzó a alzarse. Vi que su fusil estaba en el suelo y me levanté. Me vio y comprendió que estaba perdido. Y disparé'".

Este breve encuentro mortal fue probablemente el que reprodujo más tarde la propaganda soviética. Se hinchó hasta convertirse en la saga épica de un prolongado duelo entre Zaitsev y el ilocalizable "comandante Koenig", jefe de una igualmente ilocalizable "escuela de francotiradores de Berlín" que pretendía hallar a Zaitsev y matarlo. Sin embargo, no se menciona nada parecido en fuentes alemanas. La afirmación de Zaitsev de que ambos se pusieron de pie es muy poco convincente. Los francotiradores de ambos bandos solían trabajar en pareja, y un francotirador victorioso que cayera en un gesto de jactancia tan excesivo habría recibido un disparo inmediatamente.

A juzgar por la forma en que el general Chuikov contó esa historia en sus memorias, puede muy bien que fuera él mismo quien tuvo la idea de promover el mito, especialmente porque Zaitsev pertenecía a la división de Batiuk y no a la de Rodimtsev. Es sorprendente que Grossman, que reprodujo en "Vida y destino" sus notas de guerra sobre el enfrentamiento entre los dos francotiradores casi como las había escrito en su momento, hiciera un cambio. El duelo que Zaitsev había descrito tan detalladamente en la conversación registrada en las notas de Grossman dura "días" en la novela. Grossman, por una vez, parece haber preferido la versión de la propaganda.

Las memorias de Zaitsev (escritas casi con seguridad con ayuda de expertos de la propaganda soviética) cuentan la misma historia, excitante pero poco convincente, de un duelo que duró varios días. Hasta hoy día se muestra en el museo de las fuerzas armadas de Moscú una mira telescópica alemana con una etiqueta que dice que había sido recuperada del cadáver del comandante alemán, pero lo más significativo es que no se mencione en absoluto ese famoso duelo en ninguno de los informes que el departamento político del Frente de Stalingrado envió a Moscú durante la batalla, aunque se informaba de cualquier detalle sobre las actividades de los francotiradores que se pudiera utilizar para la propaganda.

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Entrevista a Antony Beevor:

Todo su material de corresponsal estaba en sus cuadernos. Grossman como no podía publicar en su momento lo que estaba escribiendo porque era muy peligroso y podía ser acusado de traición, en muchas ocasiones se guardaba sus notas de lo que veía en el campo de batalla. Esto explica el poder de su honestidad al escribir sobre la guerra en el Frente Este y que sus notas estaban basadas en hechos reales. Grossman no era un periodista vendido. También él tuvo el reconocimiento de sus colegas e incluso de su editor Ostenberg, que señalaba que su forma de escribir era despiadada, “la despiadada verdad de la guerra”. Él era una voz única. Por otro lado, para este trabajo de investigación fuimos al original y no a lo que publicaban los periódicos de la época, especialmente porque sus artículos eran censurados.

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Algunas historias sobre francotiradores en la guerra de Irak:

--Juba, ¿un francotirador iraquí o un fantasma de la propaganda? Informativos Telecinco.
--Francotiradores. Guerra Eterna.
--Perfect Killing Method, but Clear Targets Are Few for Marines in Iraq. NYT.
--Snipers stalk Marine supply route in western Iraq. LAT.

Posted by Iñigo at Enero 10, 2007 05:50 PM

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Comments

El tema de la Segunda Guerra Mundial es uno de los que más me interesan. Leí un libro sobre la batalla de Stalingrado y me enganchó como pocos de los que he leído. Voy a ver si localizo este libro y me hago con él. Me parece muy interesante.
Un saludo.

Posted by: Nando at Enero 10, 2007 07:33 PM

El tema de los francotiradores es apasionante; también resulta bastante perturbador. Los soldados aprecian a un buen tirador, pero es frecuente que consideren a un francotirador como poco más que un asesino con licencia. Los propios francotiradores tienen más de un problema, porque no es lo mismo matar a alguien en combate, cuando es "él o yo", que cuando está en una letrina, cuando posiblemente lleves viendo sus actividades durante horas o días y casi le conoces, y le pegas un tiro a sangre fría. Muchos francotiradores se han retirado, o se han volado la tapa de los sesos. Una de las cosas más curiosas es que esto le puede pasar a los mejores. Los psicópatas, si bien no tienen estos problemas, sí los suelen tener para seguir la estricta disciplina personal que requiere un francotirador.

Dos recomendaciones: "The military sniper since 1914", de Osprey, y "Marine sniper", cuyo autor no recuerdo ahora, relatando la carrera de Carlos Hathcock, alias "Long Tranh" (Pluma Blanca) en Vietnam.

Posted by: Golias at Enero 10, 2007 10:50 PM

Cada vez que leo a Beevor, salgo con la misma impresión de que está demasiado condicionado ideológicamente para ser realmente un gran historiador. Trabaja muy bien, pero sus obsesiones terminan por perderle.

Posted by: tp at Enero 10, 2007 11:38 PM

Por no dejarlo así, "Marine Sniper" es de Charles W. Henderson. No hay, que yo sepa, traducción al español.

Posted by: Golias at Enero 11, 2007 08:44 AM

Cuando dices que el fusil es el mejor amigo del soldado, en el caso de lo fracotiradores creo que deberias decir el rifle. Adios. (Sin tides)

Posted by: Anonymous at Enero 11, 2007 09:43 AM

Que yo sepa, ambos términos se usan indistintamente.

Posted by: Anonymous at Enero 11, 2007 12:19 PM

contando con los medios suficiente y el entrenamiento, q tengo y puedo requerir de mis camaradas creo q puedo llegar a ser un gran francotirador.

Posted by: moyano at Enero 17, 2007 11:23 PM

quiero aser mas practicas

Posted by: andres at Noviembre 21, 2007 10:00 PM

Beevor logra rescatar en este caso un potente testimonio de la realidad que se vivia en las batallas mas sangrientas del frente ruso y que sin duda amplian el panorama del comflicto, las anotaciones de Grossman suelen contener relatos y vivencias tan impactantes que para los interesados resultaran muy interesantes

Posted by: aap at Noviembre 26, 2007 03:35 AM

este tema me ha motivado mucho se que soy una persona que puese ser un buen sniper pero una pregunta que tengo ¿puedo ser un francotirador sin que nadie resulte herido, donde no haya muertes?

Posted by: akira at Enero 3, 2008 12:54 AM