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Febrero 18, 2009

El Papa se hace ateo

El título es una licencia para poder entender las declaraciones al FT del ex gobernador de la Reserva Federal norteamericana, Alan Greenspan, que ha tirado la toalla en el intento de encontrar una salida ortodoxa a la actual crisis económica. Ahora está a favor de la nacionalización (palabra maldita en el vocabulario político de EEUU) de algunos de los bancos más importantes del país como única forma de sanear el sistema financiero de toda la porquería acumulada.

In an interview with the FT Mr Greenspan, who for decades was regarded as the high priest of laisser-faire capitalism, said nationalisation could be the least bad option left for policymakers. ”It may be necessary to temporarily nationalise some banks in order to facilitate a swift and orderly restructuring,” he said. “I understand that once in a hundred years this is what you do.”

Poco antes de esta última revelación, Obama enviaba un email a esa lista de unos 13 millones de personas que comenzaron a entablar una relación con él allá durante la campaña. El presidente se mostraba contento por la aprobación del paquete de estímulo económico y remitía a sus partidarios a Recovery.gov, donde en teoría podrán comprobar en qué se están gastando los fondos públicos.

Habrá, supongo, un espacio, y amplio, para la industria automovilística norteamericana. General Motors acaba de pedir al Gobierno 12.000 millones de dólares más (la factura solicitada asciende ya a 30.000 millones) para no tener que declararse en bancarrota. ¿Para no tener que despedir a miles de trabajadores? No exactamente. Anuncia que, con el fin de poner fin a la sangría de pérdidas, despedirá a 47.000 personas en todo el mundo, de ellos 20.000 en EEUU, sobre una plantilla total de 244.000.

Robert Reich recuerda que la responsabilidad del Gobierno debería ser con los trabajadores norteamericanos, no con las empresas norteamericanas. ¿Cuál es la diferencia? Bastante evidente en el caso de la industria del automóvil. Muchas multinacionales extranjeras dan trabajo a miles de estadounidenses, mientras que GM, Ford y Chrysler a su vez cuentan con fábricas y personal por todo el mundo. ¿Nacionalismo económico o la obligación de un Estado de atender primero a los suyos, a los que pagan los impuestos?

I’m not arguing against an auto bailout. But it ought to be focused on helping American auto workers rather than helping global auto companies headquartered in America. Why pay the Big Three billions of taxpayer dollars to stay afloat when, even after being bailed out, they cut tens of thousands of American jobs, slash wages, and shrink their American operations into small fractions of what they used to be?

That’s backwards. The auto bailout should help American autoworkers keep their jobs or get new ones that pay almost as well. Whether it’s stimulus or bailout, policy makers must remember that American companies aren’t the same as American workers – and our first responsibility is to the latter.

Ante este panorama, cada vez parece más irrelevante lo que digan los 'Vaticanos' del poder económico.

Posted by Iñigo at Febrero 18, 2009 02:11 AM

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