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Febrero 03, 2009

La república independiente de Zapatero

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Después de calentarse la boca en un mitin, llegó ayer el día de la reunión en Moncloa con lo más granado de la banca y a Zapatero sólo se le ocurrió el efecto Ikea. Cambiar el mobiliario para que no pareciera que estaba recibiendo a los amigotes (hay que ver cómo se repantigaba Botín en el sofá) y poner unas mesas y sillas, y que pareciera que se trataba de una reunión de trabajo. O mejor, una clase: el profesor en el centro de la sala da lecciones a los alumnos.

Ya antes el jefe de la patronal bancaria había dado el tono de la respuesta de las instituciones financieras: la culpa del estado de la economía no es de la banca, sino al revés. La banca sufre por culpa de la economía. No tardará mucho en pedir una indemnización por daños y perjuicios. Y, claro, al Gobierno le resulta difícil no apoyar esa versión. Se ha pasado tanto tiempo anunciando que la banca española es la mejor del mundo mundial que ahora no puede echarse atrás.

Al final, la montaña parió un ratón. Ni hubo ultimátum a la banca ni probablemente podía haberlo. Es difícil obligar a alguien a que suelte el dinero a menos que lleves una media en la cabeza y una recortada en la mano.

Para mayor escarnio, El Periódico titula en primera página: "La banca logra de Zapatero más ayuda para dar créditos". Ah, era al revés. Los que pasaban el platillo era los banqueros.

La historia ha tenido esta mañana su epílogo penoso. Como hay que continuar con el teatrillo, Miguel Sebastián vuelve a exhibir el gesto amenazante para decir que al Gobierno se le está acabando la paciencia. Hay que suponer que en la próxima reunión en Moncloa les pondrán sillas de tijera... antes de prometer a los bancos más dinero a cambio de lo que tengan a bien conceder.

Pero no importa. Que se enteren los 198.838 nuevos parados que estamos en el G-20.
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Una historia de bancos, contada en Montalvoland:

Otra cosa interesante que me dice [un pequeño empresario]: que había ido a ampliar una línea de crédito a un banco y le habían dicho que lo más fácil y barato era cerrarla y abrir una nueva. Lo hizo y su sorpresa fue mayúscula cuando le denegaron la apertura de la nueva línea de crédito. Moraleja: si tienes una línea de crédito aguanta hasta el límite.

Posted by Iñigo at Febrero 3, 2009 05:12 PM

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