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Mayo 18, 2009

Netanyahu y Amalek

Moises Amalek.jpg

En estos momentos se está celebrando la reunión Obama-Netanyahu en el despacho oval a la que sólo le ha faltado un cartel del tipo 'Esta noche gran velada' para aumentar la expectación. Ambos líderes cuentan con prioridades muy diferentes en relación a Oriente Medio, casi opuestas, y al mismo tiempo no pueden permitirse por razones de política interna una confrontación total. Así que lo más probable es que todo concluya con un compromiso a fortalecer la relación entre los dos países, ¿más todavía?, y a continuar trabajando juntos para conjurar las amenazas existentes. Un poco lo de siempre.

Los cambios, si los hay, se producirán a medio y largo plazo. Las filtraciones de los últimos días indican que Obama tranquilizará a Netanyahu sobre su oferta de diálogo a Irán. De nuevo vuelve a aparecer la palabra "benchmarks" para ilustrar el compromiso de la Casa Blanca por obtener resultados tangibles. Ese diálogo tendría que ajustarse a unos objetivos concretos que se irían valorando con un calendario aproximado. Es decir, que si Irán no se atiene a razones con respecto a su programa nuclear, la presión diplomática aumentaría. Eso es lo que se dice que Obama le habrá dicho, o le estará diciendo, a Netanyahu con la intención de impedir decisiones unilaterales por la parte israelí: lanzar un ataque contra instalaciones nucleares iraníes que hundiría en la miseria cualquier idea nueva que Obama tuviera la intencion de poner en práctica en Oriente Medio.

Con respecto a los palestinos, Netanyahu también estaría dispuesto a considerar la idea de un Estado palestino, pero está por ver en qué terminos permitiría una negociación. En el caso de que no haya ningún avance al respecto en los próximos meses, Obama se encontraría con que su idea de cambio se vería neutralizada, aunque está claro que sus discursos continuarían siendo excelentes.

Para los interesados en el asunto, hay dos artículos de puntos de vista muy diferentes aparecidos en los últimos días. El periodista Jeffrey Goldberg, de la revista The Atlantic, ex de New Yorker y ex del Ejército israelí (esto último no es una revista) detalla las razones de Netanyahu. En la política israelí, el primer ministro es visto como la quintaesencia del político oportunista y maniobrero, dispuesto a pactar con quien sea y engañar a antiguos socios con tal de alcanzar sus objetivos. A causa de los largos años pasados en EEUU, como estudiante y diplomático, se le considera un político 'americano', más versado en técnicas de marketing que el político israelí tradicional que nunca hace ascos a plantear una posición irrenunciable mientras golpea con fuerza en la mesa.

La etiqueta es tan real como parte de una caricatura que ha perseguido a Netanyahu desde sus orígenes. Al final, en la política israelí los principales protagonistas llevan años viéndose las caras y han tenido tiempo de sobra para apuñalarse por la espalda varias veces. La obligación de formar gobiernos de coalición y la inestabilidad de muchos de esos pactos hacen que dos políticos puedan ser aliados y enemigos en la misma legislatura.

Goldberg se sale de ese análisis de Netanyahu y describe la influencia que en el primer ministro ha tenido su padre, autor de la obra más extensa sobre la persecución de los judíos en España por la Inquisición. Y ahí es donde entra el elemento apocalíptico por el que los iraníes sólo son la encarnación contemporánea de un enemigo cuyo origen hay que encontrar, inevitablemente, en la Biblia:

Nevertheless, the prime minister’s preoccupation with the Iranian nuclear program seems sincere and deeply felt. I recently asked one of his advisers to gauge for me the depth of Mr. Netanyahu’s anxiety about Iran. His answer: “Think Amalek.”

Amalek,” in essence, is Hebrew for “existential threat.” Tradition holds that the Amalekites are the undying enemy of the Jews. They appear in Deuteronomy, attacking the rear columns of the Israelites on their escape from Egypt. The rabbis teach that successive generations of Jews have been forced to confront the Amalekites: Nebuchadnezzar, the Crusaders, Torquemada, Hitler and Stalin are all manifestations of Amalek’s malevolent spirit.

Según Goldberg, Netanyahu ha asumido las consecuencias del análisis que su padre hizo de la Inquisición española: la persecución de los judíos no sólo tenía su origen en la religión sino en un "odio racial" que se remontaba a siglos atrás y que nunca podría remitir por razones políticas o económicas. No hay, por tanto, negociación posible con cada nuevo 'Amalek' que depara la historia. La confrontación total es la única salida inteligente.

Con Oriente Medio siempre ocurre lo mismo: escarbas un poco y todas las religiones se parecen.

Está claro que Netanyahu no se va a presentar en la Casa Blanca armado con el Antiguo Testamento. Su valoración de la amenaza estratégica que supondría un Irán nuclear es dar por hecho que concedería un paraguas de proteccion a los movimientos que supuestamente controla, Hamás e Hizbolá, y condenaría a la sumisión a los regímenes árabes suníes.

En otro artículo, Bernard Avishai refuta éstos y otros argumentos adelantados por Goldberg, lo que quiere decir que cuestiona la verosimilitud de esta teoría del dominó presentada por Israel, por la cual sólo una bomba nuclear iraní cambiaría por completo el tablero estratégico de Oriente Medio en beneficio de Teherán. Por decirlo en pocas palabras, doscientas cabezas nucleares israelíes no han protegido al país en sus conflictos con palestinos o libaneses ni le han servido para imponer su política a Egipto o Jordania. Estos países no mantienen relaciones diplomáticas con Israel porque El Cairo o Amman vayan a ser borrados del mapa con armas nucleares. De hecho, dice Avishai, el escenario apocalíptico a ojos del Estado judío (el mundo árabe sometido a los designios de Irán) tendría más posibilidades de producirse si hubiera un ataque israelí a Irán.

Sobre Amalek y las limitaciones de pergeñar un análisis estratégico a partir de la Biblia, Avishai se limita a recordar los dos genocidios cometidos por los israelitas, siempre según los textos bíblicos.

Es lo malo de andar agitando el Deuteronomio. Te pueden devolver el golpe con el Libro de los Profetas.
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Imagen superior: Aarón y Hur sostienen en alto los brazos de Moisés durante la batalla con Amalek.

Posted by Iñigo at Mayo 18, 2009 07:20 PM

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Comments

Tiene gracia. Un ashkenazi escribiendo sobre la persecución de los sefarditas en España. Tengo yo como español bastante más probabilidades de tener un antepasado que sufriera la inquisición que toda su familia junta incluyendo los de la familia materna de Benjamincito.

Pero ya se sabe que somos una especie tribal.

Posted by: Comunero at Mayo 18, 2009 09:32 PM