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Diciembre 03, 2010

El dilema de Amazon y de sus clientes

Nada obligaba a Amazon a albergar a Wikileaks. Es una empresa privada que responde ante sus accionistas y clientes (en realidad, más los primeros que los segundos). Pero lo hizo y unos días después cedió a la presión política y optó por clausurar la cuenta. La empresa alegó que se habían violado sus condiciones de uso, la excusa perfecta en estos casos. Esas condiciones se redactan básicamente para que las empresas puedan hacer lo que quieran.

El hecho de que Amazon necesitara que un senador norteamericano le llamara para darse cuenta de ese pequeño detalle es algo que no es necesario comentar. Tenía que saber que ofrecer un servicio a Wikileaks les iba a colocar en el punto de mira político. Alguien fue lo bastante inocente como para pensar que sus jefes iban a tolerar que la compañía hiciera honor a su reputación.

Con independencia de la opinión que tenga cada uno sobre Wikileaks, la decisión plantea algunos interrogantes interesantes sobre el papel que juegan empresas privadas en el ejercicio de la libertad de expresión. No es una discusión completamente nueva. Al analizar el papel de los medios de comunicación en el debate democrático, muchos han llegado antes a la conclusión de que la libertad de expresión existe fundamentalmente para aquellos que se la pueden permitir. En otras palabras, para los que tienen dinero suficiente como para financiar un periódico.

Los demás siempre pueden subirse a un caja en un parque y lanzar una soflama. No llegarán a una audiencia muy amplia y es probable que un policía se acerque para decir que no pueden hacer eso. Seguro que se necesita una licencia. Puedes ejercer tu derecho a manifestarte si tienes un permiso de las autoridades.

Internet había cambiado eso. Las redes sociales, aún más. Los periódicos están muertos, los gobiernos no pueden acotar el escenario de libertad abierto, las multinacionales descubren que los picotazos de millones de mosquitos pueden dañar su reputación y hacer más daño que el pisotón de un elefante, bla, bla, bla.

Todo eso es en parte cierto, pero la tecnología y su capacidad para dar poder al ciudadano esconden la vieja realidad de siempre: hay gente que puede cortar ese chorro cerrando el grifo. Algo de agua se escapará, no la que todos esperan que salga.

En CJR, hay una interesante entrevista para hablar de "la complicada intersección entre espacio público (Internet) e infraestructura privada" (las empresas tecnológicas). Lauren Kirchner explica que Amazon no estaba obligada en absoluto a aceptar la imposición. Tenía buenos argumentos legales para desafiar el intento de censura. Pero había otras consideraciones en juego:

Amazon is perfectly, legally justified in kicking customers off its service for any reason. They do have to realize that there are enormous PR implications when they do so. What Amazon is asserting here is that they are willing to remove content based on political pressure, or based on the perception of the offensiveness of that content.

What’s really hard about this is that we perceive the web to be a public space, a place where you should be able to go and set up your soapbox and say whatever you want to say to the world. The truth is, the web is almost entirely privately held. So what happens here is that we have a normative understanding that we should treat this like public space—that you should have rights to speak, that no one should constrain your rights—but then you discover that, basically, you’re holding a political rally in a shopping mall. This is commercial speech, controlled by commercial rules. My sense is that companies try really, really hard not to assert their corporate imperatives, and to say, ‘we’re going to silent speech,’ because that makes people really uncomfortable.

But in this case, I think Amazon probably did a mental calculation and said, ‘if we don’t do this, we’re going to end up the subject of a boycott on Fox News, and that’s coming right before the Christmas season, we can’t afford that.’ I have no way of justifying that statement; that’s a speculation. But I understand why they might be concerned about this.

Si es una especulación, esta basada en hechos muy reales. Al poco que saliera la noticia, ya había unos cuantos blogs de derechas en EEUU que animaban a mostrar su apoyo a Amazon comprando en su web. En caso contrario, ya sabemos lo que habría ocurrido.

Sin duda, se trata de una nueva amenaza. Proviene del hecho de la militarización del discurso público. La reacción más extrema suele proceder de EEUU, donde cualquier discurso que cuestiona los fundamentos del sistema (algo que por ejemplo está en el ADN de Wikileaks) es equiparado al de los terroristas. Por tanto, las protecciones legales a los derechos democráticos no se aplican o quedan suplantadas por la vieja razón de Estado en sus múltiples variantes. Adjudicas a alguien la etiqueta de enemigo y se acaba la discusión. Si tiene dinero para pagar unos abogados o buscar alojamiento en una empresa extranjera, tendrás alguna posibilidad.

Las empresas privadas son los primeros destinatarios de esa impresión. No suelen aguantar mucho tiempo.

En una discusión global como la suscitada por Wikileaks en la que EEUU no es el único Gobierno perjudicado, el problema es que otros países están muy gustosos de participar en la presión, y los primeros han sido aquellos relacionados de una forma u otra con Julian Assange (Australia y Suecia). Otros se van a unir pronto a la lista.

Como en el tema de la seguridad de los aeropuertos, el ciudadano, que en general no siente una predisposición especial por derrocar ningún sistema, ve recortados sus derechos por la colaboración que las grandes empresas prestan a los gobiernos. Ya sabemos que no lo hacen gratis.

El usuario debe tomar algunas precauciones. Si es lo bastante idiota como para entregar datos que tengan algún valor a Facebook, es bastante probable que más tarde o más temprano reciba una desagradable sorpresa. Si lo hace con YouTube, sus opciones mejoran pero no hasta el nivel de poder dormir tranquilo.

La empresa francesa OVH ya ha anunciado que peleará en los tribunales para defender su derecho a trabajar con Wikileaks frente a la petición de su Gobierno de que se una a la censura promovida desde EEUU.

Se trata de elegir a los aliados adecuados. En Internet nunca estás completamente solo. Está claro que hacer depender de la buena voluntad de Amazon, Google, YouTube, Facebook o Apple, el poder ejercer algunos derechos es una fantasía con fecha de caducidad. A ciertos niveles, no hay nada de 'cool' en esas empresas.

Posted by Iñigo at Diciembre 3, 2010 05:45 PM

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Comments

"la complicada intersección entre espacio público (Internet) e infraestructura privada"

Ha sido leer esto y tener la misma idea que la autora explica mas adelante: Internet es un gran centro comercial, tan grande que se te olvida, y a veces los centros comerciales tienen sus ventajas (en algunos estados de EE.UU. la gente puede ir por la calle con un arma de fuego escondida, pero si la direccion quiere se pueden prohibir en un espacio privado como un centro comercial, lo cual yo obviamente prefiero mil veces) pero nunca dejan de ser ambitos no publicos.

¿Qué espacios hay verdaderamente publicos en Internet?

Posted by: Antonio at Diciembre 3, 2010 08:23 PM

Cuando acabe todo esto (espero que no sea pronto), se diferenciarán dos bandos, las empresas que censuraron a Wikileaks por presiones y miedo y las que resistieron y defendieron la libertad de expresión y de prensa. Por ahora Amazon está en la primera categoría (ni un libro mas en Amazon) y OVH en la segunda. Iremos viendo como se fragmentan en dos.

Posted by: Vincent Vega at Diciembre 4, 2010 09:57 AM

Me preocupa que algunos intelectuales de la red hispana sean tan ingenuos en sus postulados sobre la neutralidad de la red.

La red es privada y wikileaks lo demuestra.

Quizás haya algunos que puedan luchar en contra de esto, pero sólo momentáneamente.

Si twitter, blogger, wordpress, por mencionar algunas, bloquean la publicación de las direcciones de wikileaks (o de cualquier otra página incómoda) se corta su difusión de tajo y se acabó.

Me entristece esto, pero más me preocupa que se den ideas sobre que es posible una alternativa por la vía de la tecnología.

El cambio debe de ir por la vía de las leyes y eso no se consigue haciendo cibermanifestaciones, sino acciones reales, masivas y contundentes.

Posted by: Octavio Isaac Rojas Orduña at Diciembre 5, 2010 06:32 PM

Coincido con Vincent Vega. Llevo años dejándome una pasta en Amazon. Después de esto, nunca más.

Adios, Bezos. La has cagado por última vez.

Posted by: judio at Diciembre 7, 2010 01:32 PM