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Enero 10, 2011

Sarah Palin, experta en armas

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Una constante de la crispación política es que cualquier exceso retórico es justificado por los desmanes verbales del otro lado. Cuando las imprecaciones adquieren niveles realmente hirientes, ni siquiera hay el más mínimo intento por criticarlas, eso nunca, o justificarlas. A partir de cierto nivel, eso ya es imposible. Entonces, entra en juego la idea de que los otros hacen lo mismo o son peores. Es una muestra del peor sectarismo en la vida política que sólo sirve para decepcionar a la mayoría de los ciudadanos.

No siempre es una estrategia de éxito. Embarrar el campo puede expulsar a indecisos e independientes con la intención de que al final sea el núcleo duro de seguidores de cada partido el que se mida en las urnas o en el debate político. A veces, los camorristas descubren que los suyos son menos que los otros. Como hemos visto con la proliferación de tertulias demagogas, eso no garantiza la victoria, pero sí un modelo de negocio.

En los blogs de derechas norteamericanos, hay muchos intentos por desactivar la crítica a la crispación que ha comenzado tras la matanza de Arizona con el socorrido argumento de que se pueden encontrar numerosos ejemplos de violencia verbal en el campo progresista. Esos ejemplos existen, y en algunos casos incluyen imágenes nada ambiguas, como este muñeco de Sarah Palin ahorcado.

La diferencia es que en el bando republicano los adeptos a la línea dura y a la descalificación permanente ocupan posiciones mucho más influyentes que los locos del otro lado. Es más, su matonismo y violencia verbal les hace ser intocables. Nadie se atreve a contradecirles.

Los líderes del partido conservador no censuran o repudian esta clase de retórica - una sector cada vez más importante del partido republicano de hecho la apoya con entusiasmo. Sarah Palin es un ejemplo de este fenómeno, pero no es un caso aislado en absoluto. Jim Demint, Michelle Bachmann, Trent Franks o Christine O'Donnell han hecho carrera a base de soltar burradas sin descanso. Lejos de ser criticados por sus compañeros de partido cuando dicen que Obama es un antiamericano enemigo de la humanidad, el resto del partido mira y aplaude el entusiasmo del tea party. La situación es tan absurda que incluso un Senador republicano criticando hoy esta clase de retórica en Politico lo ha tenido que hacer de forma anónima para no ofender a sus compañeros o las bases.

Luego está el asunto que comentaba ayer, el de la militarización del lenguaje. Acabo de ver un ejemplo de Sarah Palin que es casi risible precisamente porque no tiene que ver con política, y por tanto no es necesario discutir sobre si esto es un ejemplo permisible o no en el discurso político. Tiene que ver con el 'March Madness', las eliminatorias por el título en la liga universitaria de baloncesto (las negritas son mías).

To the teams that desire making it this far next year: Gear up! In the battle, set your sights on next season’s targets! From the shot across the bow – the first second’s tip-off – your leaders will be in the enemy’s crosshairs, so you must execute strong defensive tactics. You won’t win only playing defense, so get on offense!

The crossfire is intense, so penetrate through enemy territory by bombing through the press, and use your strong weapons – your Big Guns – to drive to the hole. Shoot with accuracy; aim high and remember it takes blood, sweat and tears to win. Focus on the goal and fight for it.

If the gate is closed, go over the fence. If the fence is too high, pole vault in. If that doesn’t work, parachute in. If the other side tries to push back, your attitude should be “go for it.” Get in their faces and argue with them. (Sound familiar?!) Every possession is a battle; you’ll only win the war if you’ve picked your battles wisely. No matter how tough it gets, never retreat, instead RELOAD!

Sarah Palin es una caricatura de sí misma. Ella supera cualquier parodia realizada por otros con la intención de atacarle. Ni cuando habla de baloncesto abandona el estilo pseudobélico que por otro lado le ha dado tanta notoriedad y apoyo entre sus seguidores.

Una cosa es que ese lenguaje sea frecuente, aunque no a ese nivel, en el mundo deportivo. O incluso que puedan encontrarse innumerables ejemplos en la política de EEUU desde siempre. Otra muy diferente es que los políticos con más influencia sean los que hacen de la intolerancia la bandera de su estilo.

No hay límites de agresividad en la guerra. Si dudas, estás muerto. Los políticos que se comportan así no son nada sin la violencia verbal. Será que sus ideas no resisten un análisis que se haga sin llevar las armas cargadas y listas para disparar.

Posted by Iñigo at Enero 10, 2011 01:33 PM

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Comments

Estaba pensando que ese texto era falso porque no se veía el reload por ningún lado. Veo que se lo guardaba para el final.

Esta tipa es lo peor del mundo, bien concentradito. Recemos para que la apuesta de las bases demócratas de apoyarla en las primarias republicanas no acabe siendo un tiro por la culata. Y nunca mejor dicho.

Posted by: judio at Enero 10, 2011 04:11 PM

Muy buena descripción de la bajeza absoluta que supone la crispación como estrategia política. Con todo, aún te dejas por resaltar otra expresión militarista de la Palin: cuando habla de "the enemy’s crosshairs", se refiere a que el enemigo te tiene en su punto de mira; el de su arma de fuego, por supuesto.

Lo de esta gente (Palin & co., aclaro) llega a ser una fijación enfermiza. Sé que hay muchos estadounidenses que son gente perfectamente razonable que se da cuenta de que tanta obsesión por las armas no puede ser sana, pero jamás lograré comprender por que son tantos los que no.

Posted by: Mauricio at Enero 11, 2011 08:55 PM

Fe de erratas: "...por QUÉ son tantos los que no", obviamente.

Posted by: Mauricio at Enero 11, 2011 08:58 PM