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Febrero 01, 2011

Egipto: el asalto final

1.30

Obama ha hablado unas horas después del discurso de Mubarak. Esto comienza a parecerse a un duelo de discursos, pero en realidad la partida se juega en secreto, fuera de las cámaras. El presidente de EEUU apoya las protestas, las elogia, pero mantiene abiertas sus opciones en público. No se atreve a decir que la era de Mubarak haya acabado. "El cambio debe comenzar ahora", ha dicho. NOW (porque ha hecho énfasis en la palabra). Pero no sabemos si ese cambio que pide se refiere a un Gobierno distinto al actual o la desaparición de Mubarak.

A los egipcios les ha dicho: hemos oído vuestra voz, sobre todo de los jóvenes, nos esperan días difíciles y confío en que el pueblo egipcio encuentre las respuestas. Quiere una transición inmediata y real que conduzca a unas elecciones libres y justas. ¿Pero quién las gestionará?

In the last few days, the passion and dignity demonstrated by the people of Egypt has been an inspiration to people around the world, including here in the US, and to all those who believe in the inevitability of human freedom.

To the people of Egypt, particularly the young people of Egypt, I want to be clear: we hear your voices. I have an unyielding belief that you will determine your own destiny and seize the promise of a better future for your children and your grandchildren.

Obama ha elogiado al Ejército por respetar el derecho de los manifestantes. Obviamente, es muy importante. Si se produce una matanza, la situación escapará del control de Washington.

Resulta algo más que decepcionante que Obama hable del derecho a información, pero sin pedir a Mubarak que levante el bloqueo de Internet. Podía haberlo justificado por múltiples razones, por ejemplo, el daño que pueda hacer a la economía del país. No lo ha hecho.

No quiere presionar en público. No quiere salir en los artículos que aparezcan con el titular 'Who lost Egypt?' en los próximos meses.

De puertas para adentro, la Casa Blanca quedó decepcionada por el discurso de Mubarak, según la BBC y el Washington Post. En público, Obama se ha limitado a mover sus piezas un poco hacia adelante.

22.25
Si los egipcios necesitaban saber lo desconectado que está su presidente de la realidad, acaban de descubrirlo. Acaba de pronunciar un discurso con el que ha dado acuse de recibo a los mensajes procedentes de Washington. No se presentará a las reelección en las elecciones de septiembre. A los egipcios que se han rebelado contra su dictadura, les ha dicho algo que sólo contribuirá a enfurecerlos aún más: "Moriré en suelo egipcio". La alternativa Ben Alí (un vuelo con destino a Arabia Saudí) parece descartada.

El pueblo llegará a la conclusión de que no ha gritado lo suficiente.

Se supone que en unas horas Obama o Clinton deberán decir algo al respecto. Antes del discurso, la BBC dijo que Washington pretendía con las presiones convencerlo de que su tiempo ha acabado. El anuncio de Mubarak como tal no sirve de nada. No sabemos si hubiera sido suficiente hace una semana. Ahora ya no. La corresponsal de la BBC en el Departamento de Estado ya ha escuchado que lo que han oído no es suficiente.

Washington puede dar a Mubarak por imposible y desviar la presión al alto mando militar para que den al presidente el empujón definitivo. Otra opción es que intenten convencer a El Baradei y los partidos de la oposición de que formen parte de un Gobierno de transición que conserve en la presidencia a un Mubarak sin poder.

Es difícil de creer que acepten algo así. Mubarak ha seguido en otras partes del discurso el manual del dictador sordo y ciego. A los egipcios ha tenido que sonar como una provocación que diga: "Nunca he buscado el poder o la influencia". O que proponga una reforma constitucional para que se introduzca la limitación de mandatos en la presidencia después de tres décadas en el poder. O que plantee la tradicional disyuntiva entre orden y caos.

El Baradei tiene que subir la apuesta e insistir en el mensaje de hoy de que sólo la dimisión de Mubarak puede ahorrar al país un baño de sangre. Apelar al patriotismo del Ejército (y de paso garantizar su posición privilegiada en la sociedad egipcia) para que pongan fin a esta crisis. La idea de una transición pacífica es imposible con Mubarak.

21.30
NYT: Obama le dijo a Mubarak que renunciara a presentarse a las elecciones.

19.45
Según Al Arabiya, Mubarak pronunciará esta noche un discurso televisado para anunciar que no se presentará a las elecciones de 2012. Es lo máximo que le han arrancado los norteamericanos, supongo. Es también lo mismo que dijo Ben Alí. Si ésa es su idea de una salida digna del poder, demuestra que va a ser difícil quitárselo de encima.

El problema es que EEUU no pueda sacar más de ahí y pase a presionar a El Baradei y a otros dirigentes de la oposición.

18.00
El senador John Kerry ha sido la primera figura pública norteamericana que ha pedido, con mucha educación, que Mubarak abandone el poder:

President Hosni Mubarak must accept that the stability of his country hinges on his willingness to step aside gracefully to make way for a new political structure.

Otro senador demócrata, menos conocido, hizo ayer la misma petición.

Un periodista de Channel 4 ha contado que sus fuentes le dicen que Mubarak se ha negado a dimitir en una reunión con el embajador de EEUU en Egipto. Es cierto que es el mismo periodista que unas horas antes citó en Twitter los últimos rumores --se producen todos los días-- según los cuales el presidente ya estaba en camino de Bahrein.

Sobre el ex embajador que ha viajado a El Cairo --nadie sabe si por su cuenta o con una misión encomendada por su Gobierno--, hay que apuntar unas declaraciones de 2005. Cree que Mubarak conseguiría al menos el 65% de los votos en unas elecciones libres. Y luego nos sorprendemos que los gobiernos no vieran venir la rebelión.

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mubarak manifa.jpg

Es imposible saber si la 'marcha del millón' hará honor a su nombre, pero es indudable que el movimiento popular por el fin de la dictadura de Mubarak no ceja en su empeño. Si el régimen confía en que la protesta pierda fuerza en la calle para poner en marcha algún tipo de transición que conserve, aunque sea por un tiempo, a Mubarak en la presidencia, las imágenes demuestran lo contrario.

Al Jazeera afirma que hay uno o dos millones en la plaza Tahrir y sus alrededores. Se trata del típico entusiasmo de los medios de comunicación en poner un número en tiempo real a lo que es imposible de medir. Según esta foto del NYT, en la plaza pueden caber unas 225.000 personas.

Una manifestación no es una votación, y por eso resulta ridículo comparar la asistencia a estas movilizaciones, que desde luego también se están produciendo en otras grandes ciudades como Alejandría y Suez, con la población total del país. Lo que es más relevante es que la gente ha decidido que el país continuará paralizado hasta que Mubarak se vaya. El Ejército dio ayer en la práctica el visto bueno a la movilización al defender el derecho a la libertad de expresión de los egipcios.

El Estado se ha rendido. El partido gubernamental ha desaparecido. La policía ha renunciado a cualquier posibilidad de imponer el orden. La Bolsa y la economía del país están paralizadas, aunque eso no impide que lleguen suministros a la capital. La alternativa del régimen de dejar que el caos envuelva a El Cairo para presentarse como garantía de estabilidad ha fracasado. Cada día hay nuevas medidas con las que neutralizar las protestas, ayer cancelar los trenes, y cada día se revelan inútiles.

Washington ha ordenado la salida del país de todo el personal diplomático no básico. Un ex embajador norteamericano en Egipto está desde ayer allí, presumiblemente para convencer a Mubarak de que ofrezca algo sobre su salida del poder, ahora o en un futuro cercano. Se da por hecho que el nuevo vicepresidente, Omar Suleimán, está en contacto con la oposición. La única posibilidad que le queda al régimen es que esos partidos acepten formar parte de un Gobierno, pero ellos saben que no son ellos los que dirigen la protesta. El Baradei ha dejado claro que Mubarak debe irse para evitar un baño de sangre. Es el único argumento digno que le queda al presidente.
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Sobre el papel del Ejército, hay un interesante artículo de Steven Cook: Five Things You Need to Know about the Egyptian Armed Forces.

What is the strategy? To contain and control the protests for as long as possible and play for time. From the perspective of Mubarak, Vice President Omar Soleiman, the chief-of-staff General Sami Annan and the others now clinging to power every day provides an opportunity to try to weaken the opposition and peel the less committed from the demonstrations. Is it any wonder that Soleiman started talking about constitutional change today? The senior command believes they can save the regime. Delusional? Perhaps, but not surprising given their deep links to the regime.
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Fotos de las pancartas de los manifestantes.

El testimonio de un egipcio:

Fuck the internet! I have not seen it since Thursday and I am not missing it. I don’t need it. No one in Tahrir Square needs it. No one in Suez needs it or in Alex…Go tell Mubarak that the peoples revolution does not his damn internet!
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Habrá más información en el blog a lo largo del día.

Posted by Iñigo at Febrero 1, 2011 03:54 PM

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Comments

El discurso es el anticipo de un final inminente. Mubarak no quería dejar su poltrona sin un último intento, igualito que en Tunez. Tengo la sensación que estamos apunto de presenciar el Mayo del 68 de Oriente Medio, pero sin la carga ideológica de entonces. La UE y EEUU tienen que tener miedo al futuro, por la responsabilidad que tienen en consentir y apoyar tantos años de injusticias.

Posted by: Jacobo Rivero at Febrero 1, 2011 10:52 PM