« James Bond libraba este fin de semana | Main | Es duro vender periódicos »

Marzo 07, 2011

Nuestros pobres héroes fracasados

propaganda IIGM.jpg

El ridículo de Libia, segunda parte, ha tenido lugar en la Cámara de los Comunes. El ministro de Exteriores, William Hague, ha dado explicaciones... Un momento. Conviene hacer una aclaración. El Parlamento británico no funciona como el español. No hay un reglamento concebido para que el Gobierno campe a sus anchas, acepte las interpelaciones que le vengan en gana y sobre todo cuando le interesa, ni utiliza la Mesa del Congreso para vetar que aquello que no es pertinente. Los temas no se discuten mucho tiempo después de que aparezcan en las portadas de la prensa.

Al día siguiente de un acontecimiento notable, a veces el mismo día, un ministro comparece para informar a la Cámara. Si no lo hace, lo reclamará la oposición, así que lo mejor es adelantarse. Si aparece en la portada de un periódico una filtración sobre un proyecto de ley y es tan detallada que poco más queda por contar, el ministro pide disculpas a los diputados.

Sigamos. Hague se presentó ante el Parlamento, y esta vez no pudo contar mucho más de lo que ya se sabía sobre el bochorno sufrido por seis soldados de los SAS y uno o dos agentes del MI6 (quizá el segundo fuera un diplomático). Admitió que él había dado la orden y que los detalles operativos fueron cosa de otros (del Ministerio de Defensa).

Si bien dijo que en una zona de guerra, hay que tomar todas las precauciones, la oposición le recordó que no era necesaria tanta parafernalia de película de espías. Los representantes británicos podrían haber atravesado la frontera y haberse trasladado unos pocos kilómetros hasta la sede del Consejo Revolucionario de Bengasi. Contactar con la oposición libia era el supuesto objetivo de la misión.

La frase del día fue del diputado laborista Douglas Alexander:

"La opinión pública británica tiene derecho a saber si cuando algún nuevo vecino se traslada a la calle donde vive el ministro de Exteriores, éste se presenta llamando a la puerta o saltando la verja en mitad de la noche".

Pero eso hubiera impedido alardear de los sacrosantos SAS, la unidad de las Fuerzas Especiales de la que los británicos están tan orgullosos que siguen afirmando que se trata de la mejor del mundo. Qué paciencia tienen los norteamericanos con sus simpáticos primos británicos. Del imperio ya no queda ni rastro, pero arrogancia imperial aún sobra en la élite política y periodística del país.

A la hora de asignar culpas, los columnistas de derecha no tienen dudas: "The Government has humiliated the SAS with its botched Libya mission". ¿Cómo se atreven a dejar en evidencia a nuestros superhéroes?

Posted by Iñigo at Marzo 7, 2011 11:45 PM

Trackback Pings

TrackBack URL for this entry:
http://www.escolar.net/cgibin/MT/mt-tb.cgi/12136

Comments

¿Por qué nadie parece preguntarse si el objetivo de la misión no era tan simple como ha declarado el gobierno británico?.

Posted by: Olivo at Marzo 8, 2011 10:25 PM

¿Quizás el segundo agente era de BP?
Saludos y enhorabuena por el blog.

Posted by: jordi at Marzo 8, 2011 11:15 PM

Totalmente de acuerdo con respecto a las SAS. Mitifican tanto a sus leyendas que se llegan a creer de verdad su infalibilidad.
Pero es que hablamos del país que convirtió en actos heróicos nacionales chapuzas y masacres como la batalla de Isandlwana o la carga de la caballería en Balaclava...

Un saludo y gran artículo como siempre

Posted by: Ricardo Cuevas at Marzo 9, 2011 12:28 AM

Sí, por ahí han salido dudas razonables sobre cuál era la auténtica misión de los SAS. En blogs norteamericanos, no en la prensa del Reino Unido. Podrían haber viajado allí para recoger información con vistas a una hipotética imposición de una zona de exclusión aérea. Pero es sólo especulación, no hay ninguna prueba.

Posted by: Iñigo at Marzo 9, 2011 01:11 AM