« Ignorancia | Main | Los agujeros negros se tragan a Rajoy »

Marzo 13, 2006

Duelo entre generales

franks_200.jpg

En la segunda entrega tras el artículo de ayer, Michael Gordon ofrece en el NYT otro extracto de su libro sobre la invasión de Irak. Describe las discrepancias en el alto mando militar norteamericano sobre el ritmo del avance de las tropas y la forma de hacer frente a una amenaza no prevista en los planes iniciales de guerra: las unidades de paramilitares iraquíes que amenazaban las líneas de abastecimiento.

El general Tommy Franks, jefe del Mando Central del que dependían todas las tropas, estuvo a punto de destituir a uno de los generales que dirigían la invasión, el teniente general William Wallace. Franks restó importancia al acoso de los fedayines e insistió en que el avance continuara según lo previsto.

Wallace hizo a dos periodistas unos comentarios ("The enemy we're fighting is a bit different than the one we war-gamed against, because of these paramilitary forces. We knew they were here, but we did not know how they would fight") que sentaron muy mal en el Pentágono. Dicen que no hay plan de guerra que resista el primer contacto con el enemigo, pero las palabras de Wallace hicieron creer a Washington que algunos generales estaban ralentizando el avance sin que estuviera justificado.

Más repercusiones, no ya en el curso de la guerra sino en lo que ocurrió después, tuvo la decisión de Rumsfeld de impedir el despliegue de la Primera División de Caballería, con 16.000 hombres, una vez que concluyeron los combates. El Pentágono, interesado en comenzar la retirada de las tropas a los pocos meses del fin de la guerra, no creyó imprescindible la intervención de estas tropas. También en este caso los generales en Irak opinaban de forma diferente, aunque no manifestaron su oposición.

Con el paso del tiempo, y a la luz de todo lo ocurrido desde entonces, se puede decir que esa División podría haber sido muy útil para hacer frente a los primeros focos de la insurgencia. Pero el Pentágono partía de la base de que no habría una resistencia significativa en Irak tras el derrocamiento de Sadam. Cuando se dieron cuenta de que se habían equivocado, ya era demasiado tarde.

Posted by Iñigo at Marzo 13, 2006 09:46 AM

Trackback Pings

TrackBack URL for this entry:
http://www.escolar.net/cgibin/MT/mt-tb.cgi/4882

Comments

Pues al menos no hicieron caso del plan inicial de Rumsfeld: reducir la fuerza de invasión a unos míseros 30.000 hombres, de los cuales 10.000 atacarían mediante helicópteros directamente Bagdad, sin consolidar líneas de suministros ni nada. Cuando algún general dijo que eso era una barbaridad, y que tecnología o no tecnología una guerra era algo peligroso, Rummie le llamó cobarde a la cara.

Luego mandaron ciento cincuenta mil, y tuvieron los problemas que tuvieron, y que tienen.

Si es que hasta para ser malo hay que valer.

Posted by: Golias at Marzo 13, 2006 03:35 PM

La verdad es que no podia haberlo expresado mejor. De acuerdo totalmente. Cierta vez compararon el número de los efectivos policiales de la ciudad de NY (creo recordar, con riesgo de equivocarme, que pasaban de 30.000 efectivos) con las fuerzas desplegadas en Irak y te aseguro que se veía aún mejor la insuficiencia de medios para asegurar la conquista.

Posted by: pecha at Marzo 13, 2006 04:58 PM

Pues si que fueron bastante chapuzas, para que luego digan de España.

Posted by: Javier E at Marzo 14, 2006 12:50 AM