Siria como Somalia: una visión pesimista de la guerra

brahimi

En una entrevista en Der Spiegel, Lajdar Brahimi hace un balance de la guerra de Siria que no puede ser más pesimista. El diplomático argelino ha dimitido hace unos días como enviado especial de la ONU. No tenía muchas más opciones, ya que las conversaciones de Ginebra fueron un fracaso. Las partes enfrentadas no tenían ninguna intención de negociar. El Gobierno sólo se presentó para complacer a Moscú, dice Brahimi, y la mayoría de los rebeldes estaba en contra de viajar a Ginebra.

El periodista le pregunta por qué Asad no encuentra a un político que pueda sustituirle en la presidencia y en el que confíe:

«Es su régimen. Aún conserva el ansia por el poder. El régimen está construido en torno a su persona y aún cuenta con la autoridad suficiente sobre la gente como para que su permanencia en el poder sea una parte fundamental de su visión del futuro. Tal y como él lo cuenta, «la gente me quiere aquí, y no puedo decir que no», dice. «Soy un ciudadano sirio. Si tengo el 50% más un voto, me quedo. Si tengo el 50% menos un voto, me voy». ¡Ayer (por el viernes) fue reelegido por otros siete años! Tienes una situación en la que un bando dice que no puede haber una solución mientras Asad siga en el poder. Y el otro bando dice que no puede haber una solución a menos que Asad se vaya. ¿Sabe cómo cuadrar un círculo?».

Le preguntan si cree que Asad conoce cómo su Ejército está combatiendo. «Al cien por cien», responde. ¿Incluidos los bombardeos indiscriminados y las torturas?

«Lo sabe todo. Quizá no conozca cada detalle de lo que sucede, pero estoy seguro de que es consciente de que la gente está siendo torturada, de que están matando a la gente, de que están lanzando bombas, que las ciudades están siendo destruidas. No puedo ignorar el hecho de que hay 2,5 millones de refugiados. Serán cuatro millones el próximo año, y hay seis millones de desplazados en el interior del país. Sabe que hay entre 50.000 y 100.000 personas en sus prisiones. Y que algunos de ellos son torturados cada día».

Sobre si el régimen es el mayor responsable de los crímenes de guerra:

«Se cometen crímenes de guerra cada día por ambos lados. El hambre se utiliza como arma. Cuando impides que llegue agua y alimentos a 250.000 personas, ¿cómo puedes llamar a eso? Y al mismo tiempo, algunos de los grupos armados utilizan a civiles como escudos humanos. Pero el régimen tiene un Estado, un Ejército de 300.000 hombres, tiene aviones, y eso es algo que la oposición no tiene».

Sobre su pronóstico en relación a Siria y toda la zona:

«A menos que haya un esfuerzo real y constante por una solución política, hay un grave riesgo de que toda la región salte por los aires. El conflicto no se va a quedar contenido dentro de Siria. Se extenderá por toda la región. Ya está desestabilizando a Líbano, donde hay 1,5 millones de refugiados, que representan a una tercera parte de la población. Si fuera Alemania, sería el equivalente a 20 millones. Lo está desestabilizando porque ISIS ya opera en Siria e Irak, y Jordania intenta impedir que pase allí. ¡Incluso Turquía! Según un algo cargo iraquí, ISIS ha llevado a cabo 100 operaciones en Siria y mil en Irak sólo en los últimos tres meses».

Sobre si el Gobierno sirio se abstiene de atacar las zonas controladas por ISIS:

«Lo he oído varias veces. La gente te dice que si ISIS controla una provincia, el Gobierno nunca les ataca. Probablemente, es la forma del Gobierno de decir: este es el futuro que os espera si nosotros no estamos allí».

Sobre si cree que la guerra habría terminado ya si los países occidentales hubieran apoyado a los rebeldes del Ejército Libre de Siria desde el principio con armas:

«No, porque creo que sí ayudaron al Ejército Libre de Siria. Pero pensaron que el régimen caería rápidamente, lo que fue un error total. Siria tiene un Estado, un Ejército, y se creía que caería como le ocurrió a Libia».

Sobre los ataques con armas químicas:

«La misión de investigación de la ONU recibió instrucciones estrictas de no determinar quién había sido el responsable (del ataque del verano pasado). Por lo que poco que yo sé, parece que existe la posibilidad de que el ataque de Khan al-Assal, en el norte, el primero en que se usaron armas químicas, fuera obra de la oposición. En relación al uso de armas química el 21 de agosto de 2013 en los suburbios de Damasco, es un hecho que para Occidente y quizá la mayoría de la gente en la región, fue responsabilidad del régimen. Moscú y Teherán están seguros de que el Gobierno no ha usado armas químicas. Es una pena que la ONU tuviera instrucciones estrictas de no acusar a nadie».

Sobre el futuro de Siria:

«Se convertirá en otra Somalia. No se dividirá, como muchos han predicho. Será un Estado fracasado con señores de la guerra controlando todo el país».

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