Jeb Bush está desesperado

Las primarias republicanas en Carolina del Sur tienen fama de ser las más sucias en EEUU. Desde luego, ningún candidato permite que sus huellas dactilares aparezcan en la escena del crimen. Otros se ocupan de eso. Es lo que descubrió John McCain, cuando se enfrentaba a George Bush, al extenderse el rumor de que había tenido una hija de raza negra fuera del matrimonio. El truco consistía en encuestas telefónicas en la que se preguntaba a la gente si ese pequeño detalle de su pasado les afectaría en su decisión de voto. Esa hija era en realidad una niña de Bangladesh a la que el matrimonio McCain había adoptado tiempo atrás.

Carolina del Sur es también un Estado de fuerte tradición conservadora y con una importante población de militares retirados, muchos de ellos veteranos de guerra. No sé si eso es lo que ha hecho que Jeb Bush haya hecho un ‘jumping the shark’ en Twitter, es decir, superar cualquier nivel de delirio que hay que imaginar en un candidato en una posición desesperada.

Así, sin más. Una pistola (se supone que de su propiedad) con su nombre inscrito y la palabra «America». ¿Qué mejor tarjeta de presentación en un Estado que seguro que tiene un alto número de miembros de la NRA? ¿Acaso no es apropiado en un Estado en el que se produjo el año pasado una matanza en una iglesia de Charleston donde nueve personas fueron asesinadas?

El gesto es algo peor que ofensivo. Será inútil. En especial, si se confirman los datos del último sondeo de CNN que da a Jeb Bush un miserable 10% (Trump 38%, Cruz 22%, Rubio 14%).

Por tanto, la única opción razonable es reírse de Bush o enfrentarlo a la realidad.

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