Los británicos no quieren más refugiados

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Es poco probable que los británicos reciban con aplausos a los refugiados sirios que lleguen al país, como ha ocurrido en Alemania y Austria. Años de xenofobia y desinformación en los medios de comunicación conservadores y promesas absurdas de los políticos han dejado su huella (lo que por otro lado también se puede apreciar en otros países europeos, en especial en Europa del Este).

La encuesta de YouGov indica que los británicos no quieren aumentar el número de refugiados (datos completos del sondeo, aquí), como parece probable que decida el Gobierno de Cameron. El trabajo de campo se hizo después de que periódicos y canales de televisión ofrecieran la imagen del niño kurdo muerto en una playa de Turquía. Esa foto hizo que los tabloides Daily Mail y The Sun pidieran en sus portadas que el Gobierno hiciera más en favor de las personas que huyen de la guerra. Es una amarga ironía que sean estos dos periódicos, en especial el Mail, los que más azuzan a la opinión pública contra los inmigrantes extranjeros con el argumento de que suponen una amenaza a la estabilidad económica del país.

Inmigrantes y refugiados se confunden en la mente de los británicos. Ambos son seres humanos, pero es cierto que su estatus legal y las obligaciones de los gobiernos europeos hacia ellos son diferentes.

Un sondeo de Ipsos demostró en 2014 el nivel de la paranoia en el Reino Unido en relación a la inmigración y a todo aquello que suene a extranjero. Hay un 5% de musulmanes en el país, pero los encuestados pensaban que eran el 21% (los datos no son muy distintos en otros países europeos). Creen que hay un 24% de inmigrantes (personas nacidas en otros países, incluidos los europeos) cuando la cifra real es 13%.

El ministro de Hacienda, George Osborne, ha dicho hoy en BBC que Gran Bretaña debe hacer mucho más por los refugiados. Es un caso en el que si los políticos no muestran liderazgo, es poco probable que la opinión pública cambie de opinión.

Esta crisis es una buena oportunidad para comprobar cómo han evolucionado algunas sociedades europeas o cómo la historia británica arroja otro tipo de ejemplos. Jon Snow da el ejemplo de lo que ocurrió en 1972 en Uganda. Idi Amin anunció la expulsión en tres meses de toda la población de origen asiático. Gran Bretaña acogió a 27.000 personas en una movilización general en la que participaron varias instituciones. Es absurdo pretender que en esa época la economía británica estaba en mejores condiciones que ahora para realizar ese esfuerzo. Más bien, ocurre lo contrario. A mayor prosperidad, mayor egoísmo basado en sensaciones subjetivas e información falsa.

Ahora la respuesta más extendida es apostar por la guerra para afrontar esta crisis humanitaria. Un 52% en esa encuesta de YouGov está a favor de una mayor implicación militar del país para poner fin a la guerra de Siria (se supone que piensan en la lucha contra ISIS cuando ni siquiera eso serviría para acabar con el conflicto). Es otro caso de ignorancia que no sólo olvida el papel irrelevante de las fuerzas militares británicas en las guerras de Irak y Afganistán sobre el terreno, sino la realidad actual.

Una solución ‘mágica’ para acabar con la guerra pasa por tanto por bombardear Siria con aviones que no tienes. No es extraño que los menos dispuestos a acoger refugiados sean los más interesados en una intervención militar. Permite mantener la ilusión de que se puede poner fin a una tragedia de dimensiones incalculables sin que ningún extranjero cruce la frontera de tu país.

Foto: refugiados sirios rescatados este fin de semana por la Guardia Costera chipriota a su llegada a un centro de acogida cerca de Nicosia.

18.00

The Sun siempre se supera cuando piensas que no se puede caer más bajo a la hora de manipular los sentimientos. Pide bombardear Siria «por Aylan».

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