Los medios son el enemigo, dice el consigliere de Trump

Stephen Bannon ha cogido el teléfono a un reportero del New York Times. Eso ya es una novedad, porque el NYT es el enemigo para el cofundador de Breitbart News y ahora principal consejero de Donald Trump en la Casa Blanca. En realidad, no sólo el NYT, sino todos los medios de comunicación norteamericanos, con la posible excepción de Fox News.

Bannon, principal inspirador y coautor del discurso ultranacionalista de Trump en su toma de posesión, ha resumido en unas pocas frases cuál va a ser la actitud de la Casa Blanca hacia los medios y el periodismo en general:

«Los medios de comunicación deberían estar avergonzados y humillados, mantener la boca cerrada y limitarse a escuchar por un tiempo». «Quiero que me cite con esto. Los medios son aquí el partido de la oposición. No comprenden a este país. Aún no comprenden por qué Donald Trump es el presidente de EEUU».

Vamos a dejar a un lado las dos últimas frases, porque quizá Bannon no esté del todo equivocado, aunque lo mismo se podría decir de él. Es un ultraconservador de ideas reaccionarias que cree que la mitad del país está compuesto por traidores o gente engañada por los medios. Lo que importa no es tanto su análisis político, sino el hecho de que Trump habla por su boca.

El motivo de la conversación era preguntarle por la conducta del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, en su primera comparecencia ante los medios, cuando no aceptó preguntas y se lanzó a un ataque total contra los medios por informar –con fotos– que habían asistido menos personas a la toma de posesión de Trump ante el Capitolio que las que hubo en la primera de Obama en 2009.

Preguntado sobre si le preocupaba que Spicer hubiera perdido su credibilidad para los medios informativos, Bannon se rió. «¿Es una broma?», dijo. «Creemos que eso fue (para Spicer) como una condecoración («badge of honor»). Cuestionar su integridad, ¿es una broma? Los medios no tienen ninguna integridad, ninguna inteligencia, y no trabajan duro».

Fue ahí, según el artículo, cuando Bannon dejó claro lo que piensa: «Ustedes son el partido de la oposición. No el Partido Demócrata. Ustedes son el partido de la oposición. Los medios son el partido de la oposición».

Es un detalle adicional que no conviene olvidar. Bannon no cree que el Partido Demócrata sea el principal adversario de su jefe, al menos en los primeros meses de la presidencia, lo que indica que Trump está bastante confiado, con razón o sin ella, en su capacidad para controlar a los demócratas. Desde luego, si la principal voz de oposición en el Senado es Chuck Schumer, senador por Nueva York y líder de la minoría demócrata en esa Cámara, es muy posible que su optimismo esté bien fundado.

Trump ya dijo en su discurso en la sede de la CIA que está embarcado en una guerra contra los medios. Como siempre ocurre con el presidente de EEUU, hubo unos cuantos que lo justificaron por la retórica victimista propia de Trump, con una piel tan fina como la de un niño de ocho años y un ego de proporciones gigantescas.

Las palabras de Bannon indican, por si era necesario confirmarlo, que se trata de una estrategia diseñada y meditada, no sólo un pequeño defecto personal típico en los que llegan a lo más alto. Trump y sus asesores están convencidos de que los medios deberían estar callados, que no tienen ningún derecho a cuestionar las decisiones del caudillo, porque ignoran lo que necesita el país, defienden intereses extranjeros y además son unos perdedores.

Hay muchos regímenes autoritarios y dictatoriales en los que los caudillos piensan igual. En muchos de esos casos, los que mandan prefieren no dejarlo tan claro, porque fingir también tiene sus ventajas políticas. No en el caso de la Administración de Trump. Para alguien como Bannon, sería desperdiciar la oportunidad que llevan esperando toda la vida.

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