Otro crimen horrendo del ISIS

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Metieron al piloto en una jaula y le prendieron fuego. Antes habían impregnado su mono naranja con una sustancia inflamable, probablemente gasolina. Las llamas se propagaron de inmediato. Poco después, Moaz al-Kasasbeh era una bola de fuego. ISIS ha creado un método de matar aún más salvaje que degollar a un rehén,

El asesinato del teniente de la Fuerza Aérea jordana es otra herramienta de terror para ISIS. Llama la atención que hayan reservado esta forma de matar para un musulmán, que además había hecho la peregrinación a La Meca, pero sólo si, obsesionados por la posible amenaza que suponen los yihadistas en Europa, pensamos que nosotros somos sus principales enemigos. En realidad, ya está dicho pero hay que seguir recordándolo, casi todas sus víctimas son musulmanes y sus mayores enemigos son musulmanes. Al-Kasasbeh era un militar, alguien enviado por un Gobierno árabe para acabar con los yihadistas. Reservaron para él el peor destino.

En las últimas semanas y a través de intermediarios, se estaba produciendo una negociación entre ISIS y el Gobierno jordano con vistas a un intercambio entre el piloto y Sajida al-Rishawi, una mujer iraquí, encarcelada desde hace nueve años por su participación en un atentado en 2005 contra un hotel de Amán en el que murieron 57 personas. Los explosivos que llevaba escondidos en su ropa no llegaron a estallar. Los de su marido, sí. Ella fue condenada a muerte en el juicio, pero la sentencia no se llegó a aplicar. Ahora varios medios informan que será ejecutada en las próximas horas. El piloto es miembro de una de las principales tribus jordanas, de la que forman parte unas 25.000 personas, que no espera otra cosa que se ejecute la sentencia cuanto antes.

La televisión pública jordana ha informado que el asesinato del piloto se produjo hace varias semanas, en los primeros días de enero. Algunos mensajes aparecidos entonces en Twitter lo daban a entender, pero nadie lo había confirmado. Quizá el Gobierno lo sospechara y por eso pidió una prueba de vida del rehén que nunca llegó.

Una interpretación que ha circulado en las últimas horas es que la noticia de la muerte de Moaz al-Kasasbeh se ha conocido ahora porque ISIS quiere compensar así el impacto de su derrota en Kobani, el pueblo kurdo situado junto a la frontera entre Siria y Turquía, que estaba siendo sitiado desde diciembre. En un lugar sin demasiada importancia estratégica en la guerra de Siria, los yihadistas se enfrentaron a la respuesta desesperada pero valiente de las milicias kurdas del YPG, de ideología izquierdista. Al principio, combatían solos y en una situación de completa inferioridad en hombres y armamento. La cobertura de la noticia en los medios de comunicación hizo que los turcos permitieran el paso de algunas unidades kurdas, no demasiadas porque desconfían del YPG, aliado con el PKK. Fueron más decisivos los bombardeos de los aviones norteamericanos que detuvieron la ofensiva cuando parecía que iba a pasar por encima de la resistencia de los defensores de Kobani. Después, las milicias consiguieron recuperar el control del pueblo, calle por calle, durante todo el mes de enero.

Fue la derrota más mediática de ISIS. No la primera, pero sí la que tuvo más cobertura en los medios. Matar de esta manera al militar jordano es su respuesta.

Tal nivel de terror parece imposible de entender. La lógica es también terrorífica, pero no necesariamente irracional. Todos los ciudadanos árabes saben que sus gobiernos son capaces de cualquier cosa para imponer el orden y someter a sus adversarios. ISIS pretende enviar el mismo mensaje: nadie nos puede parar, podemos aplicar el mismo nivel de terror que esos gobiernos a los que tenéis tanto miedo, no tememos a esos estados tan poderosos ni a su mujabarat y estamos en condiciones de devolver golpe por golpe. No nos interesa negociar y vamos a llegar hasta el final.

Evidentemente, hay un largo historial de fanáticos que se creyeron invencibles y que acabaron mordiendo el polvo. Consiguieron hacerse más enemigos de los que podían afrontar. Lo malo es que Siria, y en menor medida Irak, son un terreno fértil para grupos como ISIS. Incluso si fuera factible una intervención militar masiva, los beneficiarios últimos podrían ser aquellos, como el Gobierno sirio o Al Nusra (es decir, Al Qaeda) que también están en la lista de enemigos de los países occidentales.

Esa es la principal baza de ISIS en la guerra de Siria.

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Al final, fueron dos los ejecutados. Sajida al-Rishawi y Ziad al-Karbouli, dirigente de Al Qaeda en Irak, condenado este último por la planificación del mismo atentado en el que intervino la mujer. En la noche del martes se produjeron manifestaciones de duelo y protesta en Amán y Karak, donde había nacido el piloto.

Según una encuesta de noviembre, el 59% de los jordanos apoya la ofensiva militar contra ISIS.

Foto: la esposa del piloto jordano, tercera por la izquierda, y otras mujeres sostienen fotos de Moaz al-Kasasbeh en un acto en una universidad de Amán el 3 de febrero.

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