Soldados turcos torturan a un civil kurdo en su ofensiva del norte de Siria

Soldados turcos interrogan a un agricultor kurdo en Afrin, en el norte de Siria. Uno de ellos golpea en la cabeza varias veces al preso con la culata de la pistola. Le preguntan por el paradero de armas antitanque. Cada vez que dice que no sabe nada le golpean. Le amenazan con entregarle a los insurgentes sirios del FSA que colaboran con el Ejército turco en su ofensiva contra las milicias kurdas del YPG en el norte de Siria. En el último plano del vídeo, cuando se abre la puerta del blindado, se ve precisamente a los sirios esperando. Quizá el destino de este pobre hombre sea aún peor a partir de ese momento, pero ya no lo sabremos.

En este reportaje de CNN, se ve a familias obligadas a esconderse en una cueva para protegerse de los bombardeos turcos. Sus casas han sido destruidas o ya no son un lugar seguro en el que guarecerse.

Todo parece indicar que EEUU ha abandonado a los kurdos del YPG a los que utilizó como fuerza de tierra apoyada por sus bombardeos para acabar con el control del norte de Siria por el ISIS, incluida la provincia de Raqqa. En estos momentos, la capacidad norteamericana de presionar a Erdogan es reducida, y en cualquier caso ambos países son aliados de la OTAN. Los planes de EEUU para utilizar al YPG para crear una fuerza de seguridad en el norte son ya historia. Turquía nunca iba a permitirlo.

Para desmentir esa impresión, el consejero de seguridad Nacional, HR McMaster viaja a Turquía el próximo fin de semana. Después lo hará el secretario de Estado, Rex Tillerson. las grandes operaciones militares suelen crear aliados inesperados. El Gobierno sirio ha permitido el paso de milicianos kurdos en camino hacia Afrin desde zonas más al este. Damasco tampoco está interesado en que los turcos dominen el Kurdistán sirio y lo entreguen a sus aliados del FSA.

El derribo de un avión ruso Su-25 en Idlib ha perjudicado a los turcos. Sirios y rusos van a aumentar su presencia aérea en la zona, lo que probablemente afectará al uso por los turcos de su Fuerza Aérea en el norte. Erdogan consiguió de Moscú el visto bueno a su operación militar, que dura ya más de dos semanas, pero no es un cheque en blanco si eso afecta a sus ataques sobre la provincia de Idlib.

A finales de enero, se supo que 311 personas habían sido detenidas en Turquía por comentarios contra esta operación militar escritos en redes sociales, según la agencia pública Anadolu.

La ofensiva del Gobierno sirio contra la provincia de Idlib, donde viven muchos de los desplazados de la guerra procedentes de otras partes del país, ha hecho que muchos de ellos intenten huir a Turquía para escapar de los bombardeos. Permanecer en Idlib también es arriesgado, porque la provincia está controlada en su mayor parte por el grupo insurgente antes conocido como Al Nusra y vinculado a Al Qaeda.

Aquellos que intentan entrar en Turquía son detenidos por los soldados turcos, que han llegado a abrir fuego sobre ellos. Muchos son devueltos a Siria.

Imagen del ataque de la aviación siria o rusa contra un hospital en la provincia de Idlib.

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