Todos contra Merkel

¿Hay algo que los principales medios económicos estén intentando contar a Angela Merkel y la banda armada de la austeridad?

merkel

«Sólo está descansando», dice la portada de The Economist que dice Merkel (el chiste viene a cuenta del famoso sketch de Monty Python).

Tras un par de años de sostener que eso no podía ocurrir, el estancamiento no va a durar tanto, la deflación no era una amenaza real, la recuperación llegará gracias a las reformas, etc, etc, etc, la eurozona está «al borde de la tercera recesión en tres años», dice The Economist.

El consejo de la revista: «Si Europa quiere impedir que su economía empeore, debe poner fin a a su comportamiento autodestructivo. El BCE necesita comenzar a comprar deuda soberana. La canciller alemana, Angela Merkel, debería permitir a Francia e Italia que reduzcan el ritmo de sus recortes fiscales; a cambio, ambos países deberían acelerar sus reformas estructurales. Alemania, que ahora pide prestado dinero con tasas de interés reales negativas, podría invertir más en infraestructuras».

El resultado en números de estas y otras medidas sería un programa de inversiones en toda la eurozona de unos 300.000 millones de euros. ¿El Economist pretende ese fenomenal esfuerzo de inversión pública? Sí que tiene estar jodida la cosa.

¿Entonces, es cierto que hay medios que ya no saben qué hacer para que Merkel escuche?

keynes

Bloomberg Businessweek le echa valor, sin duda. Un artículo de 3.000 palabras para decir que «Keynes es el economista que el mundo necesita ahora». En Berlín ya han cortado la suscripción.

Podríamos deducir que esta es una campaña del capitalismo para conseguir que Merkel no hunda el capitalismo, y que además cuenta con la colaboración de Mario Draghi, convencido de que es necesario contemplar (quizá incluso adoptar) las mismas medidas que provocan escenas histéricas en el Bundesbank y en la cancillería alemana.

¿Tiene algunas posibilidades de éxito esta iniciativa? Veamos lo que contaba Reuters hace una semana. Benoit Coeure, miembro del Consejo del BCE y muy cercano a Draghi, viajó a Berlín hace unas semanas para convencer a Merkel de que es necesario reducir la intensidad de las críticas alemanas al banco central.

Ja.

«Esta tensión (entre los alemanes y Draghi) es más evidente en la relación entre Draghi y el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que, según numerosas fuentes oficiales que hablaron con Reuters a condición de que no se revelara su identidad, prácticamente está rota. Pero el problema es aún mayor.

Según fuentes alemanas, Merkel se siente traicionada por el discurso que dio Draghi en la conferencia financiera de Jackson Hole, en Wyoming en agosto, en la que presionó a Berlín para que abriera la mano en la política fiscal con el fin de estimular la economía».

Berlín teme que si los últimos planes del BCE no funcionan, Draghi se decida a incurrir en la ignominia de que el banco central compre deuda soberana. Eso es tabú en Alemania, según la interpretación de las fuentes citadas por Reuters, porque las autoridades creen que sería un regalo caído del cielo para el nuevo partido euroescéptico AfD.

Podríamos añadir que todo esto no es sólo por AfD. Esta es una guerra de religión (económica) en la que Berlín no está dispuesta a transigir con los infieles.

El artículo de Reuters se titula «El problema alemán de Draghi». En realidad, todos tenemos un problema alemán.

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