Tras Iowa, sólo un Gingrich enloquecido puede parar a Romney

Rick Santorum culminó la remontada. El último candidato en unirse al concurso ‘cualquiera-menos-Romney’ aprovechó su sentido de la oportunidad y el hecho de que hasta hace menos de una semana estaba fuera del radar de los medios de comunicación para alcanzar al favorito, aunque sin sobrepasarlo literalmente por un puñado de votos.

Los resultados oficiales dieron a Romney 30.015 votos, ocho más que a Santorum. Los condados tienen dos semanas para enviar sus datos definitivos, con lo que es posible que cambien. En cualquier caso, se trata en la práctica de un empate. El sondeo más importante, el del diario Des Moines Register el 1 de enero, concedía a Romney nueve puntos de ventaja sobre Santorum. El ex senador de Pennsylvania recortaba diferencias en cada día hasta que al final se quedó a las puertas de la victoria.

En porcentajes, Romney y Santorum estuvieron en el 24,6%. Por detrás, Ron Paul, 21%, Newt Gingrich, 13%, Rick Perry, 10%, y Michele Bachmann, 5%.

Los resultados no son muy diferentes a los de 2008. Romney ha sacado prácticamente el mismo resultado, aunque le ha salido por la mitad del dinero invertido. La diferencia es que entonces Huckabee recogió la mayor parte del voto más conservador con un 34%, y ahora ese pedazo de la tarta ha estado muy repartido. Si sumamos los porcentajes de Santorum, Perry y Bachmann, sale un 39%. No es que sea un cálculo exacto. Al menos, indica que la abundancia de candidatos muy similares ha terminado por favorecer a Romney.

Los resultados son buenos para Romney en la medida de que los sondeos le dan una muy amplia ventaja en las primarias de New Hampshire, que se celebran el próximo martes. Para la prensa de allí, ganar las dos primeras citas es decisivo. Aun así, no sería raro que cambien de discurso si Romney tropieza en las dos primarias siguientes: Carolina del Sur y Florida (21 y 31 de enero). Según la campaña se acerque al sur, aumentarán las dificultades para el ex gobernador de Massachusetts.

Sin embargo, la potencia de un candidato se mide también por la de sus rivales. Los adversarios más peligrosos para Romney eran Gingrich y Perry. El segundo es ya historia y el primero no tiene dinero suficiente para llevar la batalla hasta el final. Por otro lado, es sabido que Gingrich es el peor enemigo de sí mismo.

En las elecciones norteamericanas, la mejor forma de recaudar dinero es ganar primarias. Los dólares tienden a acercarse al que va por delante o al que obtiene un triunfo más o menos inesperado. En el verano de 2008, John McCain estaba arruinado. Comenzó las primarias con un presupuesto muy reducido y su victoria en New Hampshire le dio el impulso necesario para ser competitivo en la compra de publicidad en televisión.

Ahí es donde la campaña de Romney ha destrozado a Gingrich con la inestimable ayuda de su pasado. En un solo mes, Gingrich ha sido aniquilado por una lluvia de anuncios negativos, la mayoría de ellos pagados por un PAC proRomney. Estos grupos no asociados directamente a la campaña electoral del candidato son el método habitual en EEUU para atacar a un rival sin dejar las huellas dactilares en el arma homicida.

Gingrich está cabreado, como se pudo apreciar en una entrevista en la CBS anterior al caucus de Iowa.

“You’re calling Mitt Romney a liar?” she repeated.

“Well, you seem shocked by it,” replied Gingrich.

“Why are you saying he is a liar?” O’Donnell followed up.

“Because this is a man whose staff created the PAC, his millionaire friends fund the PAC, he pretends he has nothing to do with the PAC – it’s baloney. He’s not telling the American people the truth.”

Un Gingrich loco de atar sería un inconveniente serio para Romney. Por eso, este quiere acabar con las primarias cuanto antes, que termine enero con las primarias de Florida y que no haya dudas sobre su victoria. Si Gingrich aguanta tanto como lo hizo Clinton ante Obama (cosa poco probable si no consigue dinero), Romney llegará desangrado al gran duelo ante el presidente.

¿Hay más problemas para los republicanos? Unas 122.000 personas participaron en los caucus. La cifra está un poco por encima de las expectativas y es parecida a la de 2008, pero se queda muy lejos de los cerca de 240.000 votantes que hubo en los caucus demócratas de Iowa en 2008. El nutrido plantel de candidatos no entusiasma tanto a los republicanos como lo hizo el enfrentamiento entre Obama y Clinton hace cuatro años.

¿Qué decir sobre Santorum, un candidato que dice que los estados deberían tener derecho a ilegalizar la planificación familiar y las relaciones sexuales entre gays sin interferencias del Tribunal Supremo? Supongo que EEUU aún no está preparado para elegir presidente a un talibán. Hay que darles más tiempo.

Foto: Flickr de Cage Skidmore.

Esta entrada ha sido publicada en Elecciones EEUU y etiquetada como , , , , . Guarda el enlace permanente.

1 respuesta a Tras Iowa, sólo un Gingrich enloquecido puede parar a Romney

  1. Gutierrez dijo:

    Ayer me pasé por el caucus republicano que había en el instituto donde trabajo, al oeste de Iowa.
    Varias cosas me llamaron la atención: la alta media de edad de los asistentes, que no hubiera debate como en los caucus demócratas, que algunos candidatos como Bachmann no tuviera un representante en la sala, que el tema más recurrente fuera que la vida empieza con la concepción…
    Los cuatro que se sentaron en mi mesa (el caucus fue en la cafetería) votaron a Santorum antes de escuchar a los representantes de los candidatos, se ve que ya traían la decisión tomada de casa, o de la iglesia. Una de ellas me comentó que estaba realmente emocionada al ver tantos coches en el parking del instituto, pero después se desilusiono al comprobar que la mayoría de los coches era de gente que estaba viendo el partido de baloncesto que había en el gimnasio. Por lo visto no había tanta gente como pensaban.
    Un saludo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *