Ben Gurion e Israel reciben un golpe procedente de Washington

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Varias líneas aéreas norteamericanas han suspendido esta tarde sus vuelos al aeropuerto Ben Gurión, el mayor de Israel, por el que operan el 90% de los vuelos que entran y salen del país (más tarde, han seguido por el mismo camino otras compañías europeas como KLM, Iberia y Lufthansa). Al poco, se ha sabido que la orden venía de arriba, de la agencia federal de transportes, en otras palabras del Gobierno norteamericano.

En términos de imagen, puede ser una derrota para Israel y un triunfo psicológico para Hamás, que demuestra que es capaz de propinar daños económicos a Israel. Un momento. ¿Es esto más grave que centenares de muertos, que decenas de niños muertos en los bombardeos? No, pero el Gobierno está dispuesto a pagar un precio en términos de descrédito internacional por eso, pero no esperaba una medida de Washington de la que no fue informado con antelación.

Algunos portavoces israelíes han encajado mal el golpe, al menos este citado por el NYT: «Si querían entregar un premio a los terroristas, no podían haber elegido un método mejor. Si era seguro volar hasta ahora, ¿por qué no lo es ahora? No ha cambiado nada. El aeropuerto ha estado en el mismo sitio desde el día 1».

Menos enfurecido ha sonado el ministro de Transportes, que ha dicho que Ben Gurión es seguro: «No hay absolutamente ninguna razón por la que las líneas aéreas norteamericanas deban detener sus vuelos y entregar así una victoria al terrorismo». Es interesante que se refiera a las compañías, y no al Gobierno de EEUU, que es quien ha tomado una medida que en principio sólo abarca las próximas 24 horas.

Con respecto a si se trata de una medida técnica tomada por la agencia federal o una amable sugerencia de la Casa Blanca (un mensaje sutil a Netanyahu), a esta hora sólo se puede especular. Es probable que en Israel muchos piensen en la segunda alternativa.

La prohibición se produce después de que un cohete (o «fragmentos de un cohete», según algunos medios israelíes) cayera a pocos kilómetros del aeropuerto. Los cohetes que lanzan las milicias de Hamás y de otros grupos son eso mismo, cohetes, no misiles, por tanto no cuentan con la precisión necesaria como para poder acertar en un objetivo concreto. Después de la catástrofe de Ucrania, parece que hay quien ha decidido que eso ya es un riesgo que no se puede asumir.

¿Qué efecto puede tener la noticia en el Gobierno de Netanyahu si se prolonga durante varios días? En Haaretz, Anshel Pfeffer no es optimista:

«Una suspensión parcial de operaciones en Ben Gurión sería una gran victoria para Hamás, que ha tenido tan pocos éxitos que ahora pretende haber capturado a un soldado israelí que casi seguro murió el sábado, aunque sus restos no hayan sido aún identificados. Aceptar las condiciones de Hamás para un alto el fuego es ahora impensable.

Es más probable que, ante la posibilidad de que más cohetes dejen a Israel fuera de las rutas aéreas internacionales, el Gobierno se muestre inclinado a ordenar un golpe mucho más devastador, una operación por tierra mayor para ocupar las zonas desde las que se lanzan los cohetes o incluso para atacar las instalaciones subterráneas de mando de Hamás, con terribles consecuencias para aquellos que vivan encima».

En realidad, casi todas las alternativas que defienden en público políticos y periodistas israelíes coinciden en desear o pronosticar una intensificación de la ofensiva. Para esa alternativa, el mercado siempre es alcista en Israel.

11.30

Anoche, Netanyahu se apresuró a telefonear a John Kerry para convencerle de que el Gobierno de EEUU anulara la decisión de la agencia federal de transportes. Sin éxito. El miércoles, el Ministerio israelí de Transportes se ha rendido a la evidencia y ha ordenado que el aeropuerto de Eilat, en el sur, comience a operar hoy mismo para los vuelos internacionales que hasta ahora utilizaban Ben Gurion. Hay 4.000 israelíes que se han quedado en Estambul sin poder regresar al país de momento.

Una suspensión de Ben Gurion durante unos pocos días no tendría un impacto grave en la economía del país. Si se prolongara en el tiempo, obviamente sería distinto. El turismo supone cerca del 2% del PIB de Israel. Ya se ha visto afectado por la ofensiva sobre un Gaza con un impacto que se prolongará durante todo el verano y una suspensión de viajes en grupo que ya se ha estimado en un 30%.

La tesis oficial es que el aeropuerto es seguro y que las probabilidades de que sea alcanzado por un cohete son ínfimas. Si es cierto lo que dice este israelí que vive cerca de Ben Gurion, y que el Gobierno nunca ha revelado, las compañías aéreas extranjeras no estarán tan seguras. El hecho de que decenas de cohetes hayan sido interceptados a pocos kilómetros del aeropuerto no garantiza por completo que siempre vaya a ser así.

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