Disturbios en Ferguson tras la absolución del policía Darren Wilson

Un gran jurado de San Luis ha decidido no pedir el procesamiento del policía Darren Wilson por la muerte a tiros del joven negro Michael Brown en el incidente que se produjo en Ferguson (Missouri) hace tres meses. Se esperaba su veredicto desde finales de la semana pasada y existía el temor de que lo que en la práctica es una absolución desencadenara incidentes violentos.

Es lo que ha ocurrido esta noche con enfrentamientos entre la policía y manifestantes, la quema de locales comerciales, incluida una gasolinera y restaurantes, y una tensión que no remitió hasta muchas horas después.

El gran jurado estaba formado por nueve blancos y tres negros. Su composición racial es relevante, aunque sólo porque sea los sondeos nacionales revelaban que la respuesta de los encuestados sobre este caso era distinta en función de su raza. Si el gran jurado hubiera dado el visto bueno al procesamiento, la fiscalía podría haberle acusado, en función de las pruebas disponibles, de homicidio o asesinato.

En una rueda de prensa, el fiscal del condado de San Luis explicó a los periodistas las declaraciones y pruebas presentadas ante el gran jurado sobre el enfrentamiento físico entre Wilson y Brown, que comenzó cuando el policía estaba dentro de su coche, y lo que sucedió momentos después cuando Wilson disparó varias veces contra el joven negro, que estaba desarmado, cuando este tenía los brazos en alto, según varios testimonios de testigos.

El fiscal comentó que había habido contradicciones en las declaraciones de algunos testigos ante el gran jurado, en especial sobre la posición de las manos de Wilson en el momento de los disparos.

Se han hecho públicos varios documentos del gran jurado, entre los que está la declaración del policía, que contiene fragmentos reveladores. En su intento de defender que actuó en legítima defensa, asustado por la amenaza que suponía Wilson, lo describe como un hombre agresivo, físicamente imponente y casi desquiciado.

Wilson dice que Brown y su novia caminaban por el centro de la calzada cuando les ordenó que se subieran a la acera. Wilson se acercó al coche y comenzó el forcejeo en el que Wilson, según su testimonio, se llevó dos golpes. Llama mucho la atención esta frase: «Y cuando me agarró, la única forma de describirlo es que me sentí como un niño de cinco años que tiene ante sí a Hulk Hogan. Así de grande parecía él y así de pequeño me sentía yo cuando me agarró del brazo».

Wilson dice que intentó coger su arma y que en ese momento Brown «tenía una mirada intensamente agresiva. Sólo puedo decir que parecía un demonio, así de enfurecido estaba».

Brown era sin duda muy tipo muy grande pero Wilson tampoco es pequeño, lo que permite dudar del dramatismo de su comparación. El policía mide 1,93 y pesa 95 kilos.

Wilson dice que al final cogió su pistola e hizo dos disparos desde dentro del coche. Brown se apartó rápidamente pero volvió a encararse con él. Es en ese momento cuando algunos testigos dijeron que el joven tenía las manos en alto y parecía dispuesto a rendirse ante el policía, que ya estaba fuera del vehículo y con el arma en la mano. Wilson volvió a disparar.

En total, Wilson disparó doce veces.

En teoría, el Departamento de Justicia podría procesar al policía por violar los derechos civiles de Brown (hay una investigación en marcha) pero los medios creen que hay pocas posibilidades de que eso ocurra. Wilson se encuentra suspendido con derecho a sueldo desde el momento de los hechos. Sus compañeros han comentado que lo más probable es que abandone la policía.

  Los familiares de Brown han negado que fuera una persona agresiva y lo han descrito como «un gigante afable». La policía intentó en su momento manchar su reputación difundiendo imágenes de una cámara de seguridad en las que se veía a un hombre muy parecido a él robando en una tienda y amenazando al encargado.

Dos datos para terminar. Es extremadamente poco habitual que un gran jurado no acepte un procesamiento cuando es convocado a tal efecto, al menos en el caso de delitos federales. Por otro lado, es muy raro que los policías acaben en el banquillo de los acusados por conducta violenta. En un país en el que hay estadísticas para casi todo, el FBI ni siquiera incluye en sus registros todos los casos en que un policía mata a un sospechoso.

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