El asalto al Capitolio desde dentro

Uno de los asaltantes del Capitolio, eufórico y convencido de que estaba viviendo un momento histórico, estuvo grabando todo el tiempo que pasó en la sede del Congreso de EEUU. El montaje de todo ese material, de 52 minutos, ofrece una visión interesante de casi todo lo que ocurrió dentro. El documento acaba con el momento más dramático, cuando los ultras se agolpan ante unas puertas acristaladas para intentar acceder a una zona donde aún se encuentran los congresistas. Una mujer, Ashli Babbitt, de 35 años, muere tras recibir un disparo de un policía situado al otro lado de las puertas.

El grupo del que forma parte el autor de la grabación entró al recinto con gran facilidad. Son demasiados para los pocos policías que tienen enfrente. Aquí no se ven las escenas más violentas que sí se pudieron observar en otros lugares y momentos.

A partir del minuto 9, ya están subiendo las escalinatas de acceso al Capitolio. Poco después, entran con toda facilidad en el edificio. Otros antes ya han roto ventanas y forzado las puertas. El cámara entra por una ventana (minuto 15). En el interior, reina el caos y la satisfacción de los que han logrado entrar. Algunos no se lo creen. Antes, el cámara estaba maravillado: «No me puedo creer que esto sea la realidad. ¡Lo conseguimos!».

Se escuchan constantes comentarios eufóricos. «Es como una película», dice. Otro responde: «Esto es la revolución». Han tomado de forma inesperadamente fácil la sede de la soberanía del país.

Los pocos policías que hay en esa zona les dejan el paso franco e incluso les orientan a hacia dónde pueden ir. Quizá la idea es tenerlos reunidos en grandes espacios, como la galería de las estatuas, y que no se acerquen a las zonas de despachos o el hemiciclo, lo que pronto que se verá que es imposible.

Más adelante, minuto 19, los policías sí que intentan impedir que sigan adelante. Pasan varios minutos bloqueados allí, pero no los pueden parar mucho tiempo. Superan a los agentes y siguen adelante. Encuentran otra zona bloqueada por la policía del Capitolio, por un grupo de unos diez agentes (minuto 29). Un hombre con un megáfono intenta pedir calma, pero la mayoría tiene otras ideas al respecto. Unos minutos después, arrollan a los policías.

Son tantos que luego se quedan atrapados en un pasillo más estrecho. No pueden pasar por esa puerta y varios gritan: «Echadla abajo». Siguen por otro pasillo que les da acceso a una zona distinta. Hay varias puertas cerradas, quizá despachos o salas, a las que golpean. Los congresistas habían sido evacuados a una zona segura, pero algunos se quedaron atrás y se refugiaron bajo llave en despachos. Una congresista demócrata pasó cinco horas escondida mientras escuchaba los gritos de los asaltantes sin saber si en algún momento podían decidir forzar la puerta.

En el minuto 42, llegan a la puerta acristalada donde se producirá la muerte de Babbitt por el disparo de un agente. Se produce una situación extraña, porque de repente los dos únicos policías que tienen delante se retiran. El grupo empieza a golpear la puerta y los cristales. «¡Que se joda la policía!» (Fuck the Blue), dicen algunos.

De repente, el joven que lleva la cámara grita varias veces: «¡Hay un arma!». Ha visto que en el lado izquierdo asoma una pistola de un policía al que no se le ve. Cuando Babbitt intenta saltar al otro lado desde la parte derecha, recibe el tiro.

Como decía antes, hay otras imágenes que dejan patente la violencia con la que se produjo el asalto en otros accesos del Capitolio. El policía al que se ve en el suelo mientras le golpean no es el agente que falleció.

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