El mercado de la xenofobia en Europa

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Dos vallas publicitarias de los euroescépticos británicos de UKIP muestran la cara más cruda de la campaña de este partido y de otros movimientos políticos que tienen muchas opciones de obtener un buen resultado en las elecciones europeas de mayo. Es la mayor campaña financiada por UKIP, pagada en este caso por un millonario que ha desembolsado el millón y medio de libras que supone su coste (también aparecerá en periódicos e Internet).

Como dice Lord Deben, miembro tory de la Cámara de los Lores, ese mensaje apela «a lo peor en los seres humanos: nuestros prejuicios, nuestro egoísmo y nuestro miedo». Desgraciadamente, será efectiva. UKIP está ahora mismo en los sondeos en torno al 20% de votos de cara a los comicios europeos, disputando el primer puesto a los laboristas.

No es así sólo por unos anuncios, sino también por la cobertura ideológica que durante años han dado a esos sentimientos xenófobos algunos medios de comunicación y políticos conservadores en el Reino Unido. Ya tuvimos algunos ejemplos de ello en enero cuando se desató una paranoia absurda al llegar el momento en que rumanos y búlgaros podían, como ciudadanos de la UE, entrar al país para vivir y trabajar.

Channel 4 hace un ‘fact-checking’ del contenido de la campaña. En cuanto a la construcción, uno de los temas con los que se mete miedo a los trabajadores: aunque es un sector fuertemente golpeado por el estallido de la burbuja, el número de trabajadores empleados en el sector ha aumentado con respecto a hace un año, y aún falta personal cualificado.

Sobre el argumento de que «el 75% de nuestras leyes se aprueban en Bruselas», un detalle que también se utiliza bastante en España aunque para resaltar lo importante que es el trabajo que se hace en el Parlamento Europeo, destaca que sencillamente no es cierto. Pregunten en España cuáles son las leyes que más han afectado a la gente negativamente en esta crisis económica y comprueben cuántas han salido del Congreso y Senado, y cuántas del legislativo comunitario. Me sorprendería que se les ocurriera alguna aprobada en el Parlamento Europeo.

No es extraño que se hayan encontrado similitudes entre esta campaña y una anterior de la ultraderecha británica.

Hay al menos espacio para las parodias.

La realidad es que no todos los votos que reciba UKIP, al igual que otros partidos en el resto de la UE, procederán de sentimientos xenófobos o contrarios a la UE. Hay que adjudicar una parte de esa responsabilidad a los partidos que han dominado la vida política de esos países. Cuando las opciones tradicionales son las que son, muchos votantes están dispuestos a cualquier cosa.

 

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