Las encuestas del Brexit se igualan

cartel brexit

Los titulares de alarma de hace unos días sobre un muy posible triunfo del ‘no’ a la UE en el referéndum británico han quedado antiguos. Los últimos sondeos revelan un cambio de tendencia en favor de la permanencia. Lo más relevante es que su trabajo de campo se hizo en su mayor parte antes del asesinato de la diputada laborista Jo Cox y de la polémica por la agresividad que había contaminado a la campaña. El efecto de esa tragedia está aún por definirse.

Las diferencias son escasas y no tiene sentido dar por hecho que el resultado esté decidido. La incógnita va a persistir hasta el final, aunque sólo sea por los errores de las encuestas en las últimas elecciones británicas y el referéndum de Escocia.

Según la explicación que dan en YouGov, la clave estaría en que son más las personas preocupadas por el impacto económico del Brexit. En la encuesta publicada por The Sunday Times, un 33% cree que estaría económicamente peor en caso de salida de la UE. Hace dos semanas, ese porcentaje era del 23%. Anthony Wells, de YouGov, comenta que esa tendencia se produjo también antes del referéndum escocés. Tras un largo periodo de tiempo sin grandes cambios, primero hubo una movilización del voto a favor de la independencia, detectada por los sondeos, y luego una corrección en sentido contrario cuando en la última semana los votantes prestaron más atención a las consecuencias económicas.

El mensaje desde el establishment era claro. Más allá de la defensa de ciertos valores sobre la identidad nacional, lo más efectivo fue hacer hincapié en las incertidumbres económicas, cuando no el pronóstico de la pérdida de prosperidad. Ahora ocurre lo mismo. En el terreno del corazón y de los sentimientos, los nacionalistas –antes escoceses, ahora ingleses– llevan ventaja. Cuando se acerca la hora de votar, toca pensar con la cabeza, y es lo que hacen los sectores de la opinión pública que hasta ese momento no estaban muy movilizados.

El «presupuesto de emergencia» al que se refiere el tuit fue el aviso/amenaza de George Osborne, ministro de Hacienda y contrario al Brexit, que dijo que en caso de victoria de sus rivales, habría que aprobar un presupuesto extraordinario que incluiría subidas de impuestos. Llamémosle ejercicio de crudo realismo (sería absurdo pretender que el referéndum no tendría consecuencias económicas inmediatas) o apelación evidente al voto del miedo, lo cierto es que la economía será un factor básico en la decisión de muchos votantes.

Y por último está el impacto que pueda tener el asesinato de Jo Cox, un hecho tan dramático y tan cerca de la fecha de las urnas que nadie sabe con seguridad cómo puede influir. Pero supuso un parón de la campaña cuando los titulares de las encuestas indicaban una clara ventaja de los partidarios del Brexit y los políticos euroescépticos se las prometían muy felices. En el único sondeo cuyo trabajo de campo se hizo después del jueves, se ha producido un giro completo, aunque pocas conclusiones se pueden sacar de una sola encuesta.

Si el atentado cometido por un individuo de ideas ultraderechistas y por tanto enemigo de la UE provoca un aumento de la participación, no es descabellado pensar que el ‘no’ a la UE se vea perjudicado. Los partidarios de la salida de la UE llevan mucho tiempo movilizados y esperando que llegue el día. Un aumento repentino de la participación en la última semana puede favorecer a sus rivales.

Al menos según la encuesta de YouGov, entre los indecisos es más probable un voto a favor del Remain en una relación de dos a uno. El Gobierno de Cameron confía en que el miedo al futuro económico y la respuesta a la muerte de Cox desequilibren a su favor un resultado que todos dicen que estará muy ajustado.

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