Las mujeres árabes y la lucha por sus derechos

Mona Eltahawy la armó con el artículo «Why do they hate us?» con una denuncia directa del machismo institucional y social del mundo árabe. La revista Foreign Policy no le fue de mucha ayuda con una portada que bien podría definirse como sensacionalista. Su objetivo no parece ser resumir en una imagen el mensaje del artículo, sino vender más ejemplares en la tienda.

El niqab pintado que tapa a la mujer pero que en realidad la muestra como lo que es para los hombres: un objeto sexual. La metáfora que termina aprovechándose de la misma situación que denuncia. ¿Cómo no pensar que se trata de una imagen sexy cuando supuestamente la intención es defender la dignidad de la mujer?

Eltahawy establece la muy discutible teoría de que en el mundo árabe las mujeres no tienen libertad «porque nos odian». Aparentemente, ese es el tema fundamental. No que la mayoría de esos países hayan sido gobernados por dictaduras y regímenes autoritarios que en muchos casos han utilizado los valores de la tradición, es decir, de la religión, para legitimarse. El hecho de que los primeros indicios de libertad hayan puesto en primera línea a opciones conservadoras (es decir, islamistas) le sirve para pensar que dictadura o democracia son cuestiones irrelevantes en la pelea por los derechos de la mujer.

«Hasta que la ira pase de estar dirigida contra los opresores en nuestros palacios presidenciales a los opresores en nuestras calles y  nuestros hogares, nuestra revolución no habrá comenzado», escribe. Eso es toda una novedad para las mujeres que estuvieron en la vanguardia de las protestas de Egipto o Túnez, que fueron, como muchos hombres, golpeadas, gaseadas o perseguidas, y en algunos casos asesinadas. Eltahawy les dice que no han hecho nada, que su revolución ni siquiera ha empezado. ¿Deberían haberse quedado en casa y dejar que los hombres se ocuparan de eso porque su lucha es otra?

Ella da múltiples ejemplos pertinentes, la mayoría relacionados con Arabia Saudí, paradigma de una sociedad feudal donde ni hombres ni mujeres tienen derechos, pero donde son ellas las que de verdad son ciudadanos de segunda clase. Tiene razón en todo lo que denuncia, pero su artículo no habla de que los hombres saudíes odian a las mujeres. Se refiere a todos los hombres árabes.

«La mezcla tóxica de cultura y religión» a la que se refiere es evidente. Lo malo, y ya es bastante malo, no es que la visión extremista de religión conceda a la mujer un rol secundario y de sometimiento. Lo peor es que esos prejuicios han contaminado los valores culturales de toda una sociedad. La tradición es un conjunto de normas, no siempre relacionadas con la religión, que castiga a todos, pero que sin duda se ensaña con las mujeres. No siempre esa tradición es tan fuerte como para dejar a las mujeres secuestradas en sus casas. Sí en Arabia Saudí, pero en muchos países las universidades están llenas de mujeres estudiantes que gozan de oportunidades que fueron negadas a sus madres. Hay más batallas por luchar pero no hay ninguna posibilidad de que tengan éxito si no hay libertad en esa sociedad.

No es lo más importante el hecho de que puedan o no conducir. Sorprendentemente, la escritora dice que en Yemen, a diferencia de Arabia Saudí, las mujeres sí pueden hacerlo y que eso «simboliza su libertad». Pero ya tienen esa «libertad» en Egipto y Túnez y no parece que eso haya solucionado sus problemas. ¿De qué sirve entonces cuando se está haciendo una denuncia general de la situación de la mujer en todo el mundo árabe?

Eltahawy sostiene que más del 90% de las mujeres casadas en Egipto han sufrido la mutilación genital (incluidas su madre y todas menos una de sus seis hermanas). Es cierto que no hay estadísticas oficiales sobre esto, pero es la primera vez que veo citado un porcentaje tan alto. Las autoridades religiosas egipcias han prohibido esa práctica criminal, pero no han hecho lo suficiente para que desaparezca de la mentalidad de la gente.

Muchas periodistas y activistas de los derechos de la mujer árabe han salido en tromba para criticar a Eltahawy. Le acusan de basarse en estereotipos habituales en la prensa occidental, repleta de lugares comunes basados en la idea de nosotros contra ellos. Se indignan de que no haya ningún reconocimiento al papel realizado por las mujeres en la Primavera Árabe, como si lo conseguido hasta ahora fuera sólo una cortina de humo, una batalla inútil en lo que se refiere a los derechos de la mujer.

La blogger egipcia Gigi Ibrahim encuentra ofensivo el artículo. Las mujeres no son oprimidas por los hombres con el objetivo de perpetuar su dominación, dice, sino por regímenes (dirigidos por hombres) y sistemas de explotación (que se basan más en las diferencias de clase que en las de género). Tener mujeres en el sistema de poder no les sirvió de nada a las mujeres en el Egipto de Mubarak, donde había una cuota mínima de diputadas en el Parlamento. Si no hay libertad, no hay ninguna posibilidad de luchar por tus derechos. No importa si algunas leyes sean más tolerantes que las existentes en, pongamos, Arabia Saudí.

Ibrahim reprocha a Eltahawy que perpetúe una imagen de la mujer árabe desvalida y acorralada que no se corresponde con la realidad. ¿Sabe que cerca de 3.000 trabajadoras comenzaron una de las primeras huelgas de esa década, en 2006, protestas que comenzaron la movilización que terminaría con la revuelta que derrocó a Mubarak?, le pregunta. Contra la imagen habitual en Occidente de que todo comenzó cuando un grupo de valientes jóvenes unieron sus esfuerzos a través de las redes sociales, la realidad es que la movilización fue cobrando fuerza en los años anteriores gracias a sindicatos y movimientos populares que defendían condiciones más dignas de trabajo, y en ellas las mujeres tuvieron un papel fundamental que no encaja con esa visión de mujeres neutralizadas por el odio.

Pero quizá el lector de Foreign Policy esté más interesado en oír hablar de Facebook que de los sindicatos, de mujeres desvalidas que de mujeres que lucharon por sus derechos.

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13 respuestas a Las mujeres árabes y la lucha por sus derechos

  1. Asturchale dijo:

    Egipto, ¿Es ese país donde querían asesinar a una chica por desnudarse en el blog? ¿El pais donde el jeque Abu Ishaq el Howeini proponia invadir Suecia y llevarse a las suecas como esclava para salir de la crisis?
    http://www.dailymail.co.uk/news/article-2000292/Men-allowed-sex-slaves-female-prisoners-job–WOMAN-politician-Kuwait.html
    En cuanto a las activistas arabes, las feministas musulmanas, ¿Sirve como ejemplo Salwa al Mutani, la kuwaiti que queria convertir a las mujeres infieles en esclavas sexuales para liberar a la mujer arabe?
    http://www.dailymail.co.uk/news/article-2000292/Men-allowed-sex-slaves-female-prisoners-job–WOMAN-politician-Kuwait.html
    Estoy de acuerdo en que no se puede denigrar sin mas a los hombres arabes. El problema es la RELIGION MUSULMANA, tanto da que sean arabes como pashtunes.
    Es irritante ese empeño en hacernos comulgar con ruedas de molino. Si te fias de la correccion politica y del discurso dominante, se diria que las pakistanies son las liberadas y las españolas, las oprimidas. Hay que joderse.

  2. zamir shimshon dijo:

    Sr Ugarte: Preste atencion que la suerte de 750 millones de mujeres Musulmanas despierta en sus lectores 1 comentario, al tiempo que el incidente alrededor de la bandera en el vehiculo Israeli desperto 13 comentarios.
    Que le dice esa proporcion sobre las prioridades de sus lectores? Interesante, no?

  3. Gabriel dijo:

    Yo, a mi pesar, cada vez soy más islamófobo. Es una religión que destruye toda posibilidad de progreso, y no hablemos ya de cosas tan contrarias al espíritu del Corán como la democracia o los derechos humanos…

  4. Xaquín dijo:

    La portada de FP es de un licantropismo subido. Y, por otro lado, quisiera decir que los perros con rabia son hidrófobos por naturaleza, pero ser islamófobo se es por purita aficción…sería mucho pedirle a los fanáticos que se acerquen un poco al agua del conocimiento?

  5. El protagonismo de las mujeres en las revueltas de Egipto y Túnez fue un hecho evidente y constatable, también el miedo de los varones al contemplar ese protagonismo y las posibilidades que se podían abrir. La situación de la mujer en el mundo islámico tiene más que ver, creo yo, en las estructuras tribales/feudales de sus sociedades que apenas logran disimular las instituciones políticas modernas que en el corpus de creencias en sí. Se pueden encontrar citas coránicas para todos los gustos a favor y en contra de la liberación de la mujer, con la Biblia pasa lo mismo. La religión es una superestructura que admite interpretaciones diversas. Lo que ha ganado puestos en los últimos años no es tanto el Islam como una determinada interpretación del Islam que ahora parece ser la hegemónica. De todos modos no creo que vaya a mantenerse así mucho tiempo más.

  6. Caja China dijo:

    Probablemente el artículo de Eltahawy es provocador a propósito. Se pueden enumerar muchos argumentos en contra de que los hombres árabes odien sistemática y unánimemente a las mujeres. Pero el hecho es que sus instituciones, su religión (en la práctica), su comportamiento, sus leyes y sus normas religiosas y sociales son como si en efecto las odiaran.
    Se le pueden dar muchas vueltas a si las discriminaciones de género son un subproducto meramente de las de clase, y si la opresión es general y acabando con ella se acabará la opresión particular contra las mujeres. La historia occidental, de los últimos dos siglos, no parece abonar esa opinión. Ciertamente, las mismas ideas ilustradas que inspiraron la Revolución francesa inspiraron a las mujeres en reclamar lso mismos derechos… pero la mayoría de los ilustrados que reclamaban igualdad para «los ciudadanos» no lo veía así. Y tardó en verlo de cien a doscientos años.
    Todavía yo he oído (hace años) discusiones entre sindicalistas durante la transición española en el sentido de que las mujeres que trabajaban «le quitaban un puesto de trabajo a un hombre». Sindicalistas de sindicato de clase y todo eso, eh.
    Que un artículo así levante polvareda, y que feministas musulmanas (que ya hacen equilibrios casi imposibles entre ambas cosas) la contradigan, es normal, es de esperar, y seguramente la autora lo esperaba. Es un debate que tiene mucho que recorrer y seguramente ese artículo es más descarado de lo que muchas querrían.
    Pero el post es superficial y bastante banal.
    Y sí, yo sí había leído esos porcentajes de ablación genital en Egipto, y en Arabia Saudi también. Debe ser un tema bastante tabú en su contexto cultural, porque se lee mucho maś acerca de ello respecto a los paises subsaharianos, pero ha sido y casi sigue siendo -por lo visto-absolutamente generalizado. Por cierto, también entre las minorías cristianas de Egipto, lo que sí que justifica que la autora hable de los hombres árabes.
    El Islam es una religión especialmente misógina, pero todavía estoy esperando que le Papa diga algo acerca de ello: por ejemplo, que es tan pecado como usar preservativos, y que lso que loo hagan están excomulgados. Creo que mejor espero sentada.

  7. judio dijo:

    Sr. zamir shimshon: a mí me dice que es usted un pesao de cojones con una visión del mundo bastante cerradita.

  8. Atlas dijo:

    Don’t feed the troll, judio.

  9. parvulesco dijo:

    Y las enfermas de anorexia y bulimia en Occidente qué? Es que nadie se acuerda de ellas?

    Quizá es a propósito, pero la portada de FP es muy buena, la mujer como objeto en Este y Oeste a la vez.

  10. Caja China dijo:

    Quizá es a propósito, pero la portada de FP es muy buena, la mujer como objeto en Este y Oeste a la vez.
    Los defensores del tradicionalismo y en particular de las tradiciones culturales musulmanas disfrutan mucho haciendo hincapié en la utilización pública (publicitaria y en otros contextos) de la imagen de las mujeres como objetos sexuales, contraponiéndola al presunto respeto que su propia tradición tiene hacia esa imagen.
    Esas autoalabanzas son injustificadas. Para la ideología patriarcal tradicional la imagen de las mujeres es, todavía maś acentuadamente, la de objetos sexuales.
    La diferencia es que, por eso mismo, son objetos privados, objetos cuya exhibición pública es tabú. La diferencia viene de que esos objetos humanos pertenecen, siempre y en todo caso, a un dueño, y son, para ese dueño, una propiedad privada e intima, cuya exhibición es tan deshonrosa como para nosotros sacar al presidente del gobierno esforzándose en el baño.
    Para nosotros, al menos de boquilla, las mujeres son, en primer lugar, seres humanos autónomos, y por tanto, pueden exhibirse a śi mismas en público como quieran, como sujetos (con actividad y voz pública) y no objetos. Luego viene la realidad con la rebaja y utiliza ese sobreentendido para la explotación comercial del atractivo sexual , como utiliza todo (hasta los iconos políticos o los buenos sentimientos) pero más, claro, porque el poder del sexo es mayor.
    Para los defensores barbudos de esa presunta dignidad, las mujeres no tienen motivos ni derechos para tener voz o presencia pública como personas (independientemente de su sexo) y por lo tanto, no es que no sean objetos sexuales, es que nunca, por ningún concepto, son otra cosa, y por eso han de ir tapadas y ser invisibles.

  11. parvulesco dijo:

    Reconozco que no me afeito muy bien, pero tampoco soy barbudo. Lo que pasa es que el bombardeo mediático al que se somete la mujer en este pedazo de mundo, no a miles de kilómetros, llega hasta tal paroxismo que enferma psicológicamente a muchas mediante bulimia o anorexia y eso no es moco de pavo. Las revistas, los photoshops, los anuncios son ataques sistemáticos a la confianza personal de la mujer en su propio cuerpo y esto en una sociedad abierta no debería existir.

  12. Marta dijo:

    Yo estudio en la universidad de murcia, y hace poco tuvimos la gran suerte de la politóloga iraní, Nazanin Armanian, en una conferencia sobre: «Mujer musulmana, su implicación en la Primavera árabe y su idiosincrasia en nuestra sociedad». Fue realmente interesante ya que abrió los ojos de la mayoría de nosotros que pensábamos que la vida de la mujer musulmana siempre había estado relegada al hombre, al velo, al niqab… tal como nos muestra este blog. Decir para los que piensen igual que lo hacíamos nosotros, que estuvimos viendo fotos de mujeres egipcias, iranis, pakistaníes… que nos distaban nada de algunas de las fotos que tienen nuestras madres en los 50, con sus faldas acampanadas y sus camisetas sin mangas y por supuesto el pelo al aire. Por lo que hay que rechazar el cliché de que la mujer árabe SIEMPRE ha estado relegada, cuando en realidad esto solo ocurre desde hace 40 años aproximadamente.

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