Los bombardeos saudíes en Yemen ya tienen un vencedor: Al Qaeda

Sin que se sepa si es el inicio de una ofensiva o por tierra, sin que haya indicios de que haya provocado la retirada de las milicias huzíes de Yemen, los aviones saudíes continúan con sus bombardeos del país vecino. Y como se puede apreciar en las imágenes en la capital de Yemen, no se puede decir que los ataques sean muy quirúrgicos. La intensidad de la explosión, o la posibilidad de que impactara en un depósito de municiones, fue tan grande que arrasó decenas de viviendas en la zona habitada más cercana.

 

Entre los objetivos de esos ataques, un almacén de la ONG Oxfam.

El almacén ha quedado completamente destrozado. En este caso no ha habido víctimas. Oxfam dice que allí sólo guardaba material relacionado con su trabajo en Yemen para dotar de agua potable a la población civil. Habían entregado las coordenadas de su localización a la «coalición» (Arabia Saudí y otros países del Golfo). ¿Cuáles son los objetivos? Todos. Se trata de destruir la infraestructura militar y civil del país. Es esa lógica que nunca ha funcionado. Destruyes un país para que la población civil, en vez de huir aterrorizada, se enfrente desarmada a tu enemigo. Esta imagen es del día 17.

 

 

¿Quién es el beneficiario inmediato de esta ofensiva? Aparentemente, Al Qaeda ya está jugando sus cartas. El viernes, se informó de que se había hecho con el control de un gran depósito de material militar del Ejército en la zona este del país. El botín incluye decenas de tanques y lanzaderas de cohetes Katyusha.

¿Tiene algo que temer Al Qaeda de la campaña de bombardeos aéreos de los saudíes y sus aliados? En absoluto. Hasta ahora no se han visto atacados desde el aire. Y no, no es una impresión basada en información incompleta. Ha sido confirmado por el portavoz militar saudí de las operaciones.

 

Según el NYT, Al Qaeda está entablando alianzas con tribus yemeníes enfrentadas a los huzíes, que son chiíes. Es ese tipo de pactos que perduran en el tiempo. Nada que importune a los saudíes, cuyo único objetivo es aplastar a los huzíes.

Washington ha colaborado con los saudíes con información de satélite sobre los daños ocasionados en los objetivos y otros lugares que pueden ser atacados, un elemento fundamental en cualquier campaña aérea. Los medios norteamericanos citan fuentes del Pentágono para decir que se está intentando reducir el número de víctimas civiles en los ataques, que ya se cuentan por centenares. Como hemos visto arriba, no con mucho éxito. Además, según Los Angeles Times, el Pentágono ha enviado dispositivos GPS con los que equipar a los proyectiles. Es la mejor forma de que continúe la campaña militar. También se ayuda a los aviones saudíes abasteciéndoles de combustible en vuelo fuera de Yemen.

Una fuente norteamericana citada por LAT dice que la campaña es un «desastre» y que los saudíes no tienen ningún plan viable para conseguir la victoria. Podemos imaginar que eso no impedirá que la ayuda siga entregándose.

Bombardeos saudíes indiscriminados sobre el país donde Al Qaeda es más fuerte y sin que ni uno solo de los ataques se haya dirigido contra ese grupo. Un plan perfecto.

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