¿Qué es lo que une a Arabia Saudí y al ISIS?

ejecucion saudi

En mitad de la calle. Al lado de una explanada. Allí tuvo lugar la ejecución de una mujer en La Meca esta semana. Se llamaba Laila Bint Abdul Muttalib Basim, era birmana y por la nacionalidad podemos deducir que trabajaba en Arabia Saudí como criada. Había sido condenada a muerte por el asesinato de su hijastra de siete años en un sistema de justicia que no da muchas oportunidades a los acusados de delitos graves, y más si son extranjeros o mujeres.

La pena de muerte se aplicó con la espada, como es habitual allí. A diferencia de otras ocasiones, como esta ejecución de 2011, el verdugo no eliminó al condenado de un solo tajo. Necesitó hasta tres golpes de espada.

Fue la novena ejecución en los 14 primeros días de este año.

La pena de muerte podría aplicarse dentro de la prisión. Las autoridades saudíes lo convierten en un acontecimiento callejero, se supone que con la intención de dar ejemplo.

Forma parte de la vida cotidiana de una ciudad saudí en estos tiempos. «Solían ejecutar a la gente en las zonas céntricas de las ciudades, pero desde principios de 2014 decapitan a las personas en cualquier lugar», dice un activista saudí de derechos humanos. «Antes en las ejecuciones públicas se reunía mucha gente para observar. Pero ahora con tantas ejecuciones sólo se acercan unas pocas personas. Cuando hay una en la calle la gente sigue andando porque se ha convertido en algo normal».

Hay otro sitio donde las ejecuciones por decapitación se realizan a la vista de todo el mundo. En Siria e Irak a manos de ISIS.

El otro grupo yihadista, el Frente Al Nusra, leal a Al Qaeda, también lo hace.

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