Simon Hoggart, cronista parlamentario

Ha muerto Simon Hoggart, cronista parlamentario de The Guardian durante los últimos 20 años. Pertenece a una estirpe casi desaparecida en la prensa española pero que en el Reino Unido continúan cuidando, quizá porque sea una de esas pequeñas cosas que en teoría justifican la compra de un periódico: el análisis de la actualidad parlamentaria entendida no como un lugar en el que se debaten ideas, sino como un gran escenario teatral. Ese tipo de cosas que no se pueden hacer viendo la televisión o leyendo otros periódicos. Hay que estar allí y todos los días. Y tener un Parlamento como el británico.

Los cronistas como Hoggart, además de escribir bien, desarrollan un sentido bastante cínico sobre los grandes líderes de la política, y son por tanto el contrapunto perfecto para toda esa grandilocuencia impostada propia de ministros y diputados, lo que ahora llamamos neolengua. Por decirlo con otras palabras: no hacen prisioneros.

La verdad es que cuando estaba en Londres me gustaba más el estilo de la cronista de The Times, Ann Treneman, una artista a la hora de burlarse de los políticos del Gobierno de David Cameron. El humor de Hoggart era menos brutal. Incluso demostraba algo de compasión con sus víctimas.

Aquí hay un fragmento de uno de sus libros, dedicado a los primeros ministros que conoció, todos desde Harold Macmillan. De Thatcher recuerda su escaso sentido del humor, lo que no impedía que provocara situaciones bastante cómicas a su alrededor:

If Gladstone addressed Queen Victoria as if she were a public meeting, Thatcher tended to speak to people as if they were members of her cabinet. I ran into a BBC reporter in the early days of her regime. He had just filmed an interview with her. She had learned from him that his next assignment was to cover an Opec [OPEP] meeting. «If you want to help the British economy,» she told him sternly, «persuade them not to put up the price of oil.»

The reporter looked fazed by this instruction, though not his cockney cameraman, who said cheerily, «Orright, darlin’, I’ll do my best!»

Sobre Tony Blair, recuerda cuando le entrevistó en 1992, años antes de que llegara a Downing Street. Fue una entrevista algo extraña, porque en realidad era Blair quien hacía la mayor parte de las preguntas. ¿Era una forma de halagar al periodista para que creyera que de verdad estaba interesado en sus respuestas o una forma de no responder a las preguntas?

Perhaps it was simply a way of avoiding the question, a means of not committing himself to anything that might prove embarrassing later. Possibly a bit of both. But later I saw an interview with Sir Christopher Meyer, who used to be our ambassador in Washington. He was asked why Blair, who had got on so well with Bill Clinton, got on equally well with George W Bush, and he replied that Blair was rather like a radio searching for a signal, then suddenly locking on to it. Once he identified the signal Bush was sending out, he knew exactly what to say.

Muchas de sus crónicas están agrupadas en el libro  ‘Send Up the Clowns’. El título ya lo dice todo. Aquí se pueden leer algunas de ellas.

Su última crónica parlamentaria: George Osborne blown off course.

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1 respuesta a Simon Hoggart, cronista parlamentario

  1. Xaquín dijo:

    La política española (estatal, autónoma ou «independentista») no fomenta el tenista de repuesto, prefiere cultivar el recogepelotismo… y así le va a quien quiera comentar la actividad política (parlamentaria o «entre la gente»)…

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