Time, los indignados y la opinión pública internacional

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Time elige personaje del año a «The Protester» (con portada de Shepard Fairey). Para entendernos, los indignados, los ciudadanos rasos que se han alzado en medio mundo contra el poder del Estado sea democrático o dictatorial. Las reivindicaciones son diferentes y las circunstancias de cada país, muy distintas pero hay una idea común que por ejemplo podríamos definir con el eslogan ‘no nos representan’. La duda sigue existiendo: ¿cuándo un grito por efectivo que sea se convierte en una idea que perdura?

Resulta llamativo, sólo eso, llamativo, que una publicación del establishment se haya fijado en este movimiento con pocos o ningún líder definido. Ya se sabe que los medios de comunicación se ponen nerviosos si no encuentran a una persona que simboliza esa actitud. O cometen errores clamorosos –hay que encontrar como sea a alguien– como cuando algunos decidieron que Wael Ghonim era quien mejor representaba a la juventud egipcia que se había levantado contra Mubarak. Luego llegaron los resultados de la primera ronda de las elecciones de Egipto y las cuentas no salían.

Supongo que la decisión de la revista tiene que ver sobre todo con la capacidad de resistencia del movimiento Occupy Wall Street para superar el primer rechazo de políticos y periodistas, sorprendidos porque los sondeos demostraban que una mayoría de norteamericanos aceptaba al menos la denuncia sobre la desigualdad del sistema y los privilegios de la industria financiera. Los medios han aceptado el ‘socialismo para ricos’ (si te hundes, yo te salvo con fondos públicos) como un daño colateral. En la calle, la indignación no permite tal hipocresía.

La elección recupera la idea de la que tanto se habló en 2003 y que parecía que había quedado en nada. Las movilizaciones masivas contra la invasión de Irak hicieron que se hablara de la «opinión pública internacional» como de un nuevo e intrigante protagonista de las relaciones internacionales. Fue en realidad una aparición tan espectacular como fugaz. Irak fue invadido, quizá porque esas manifestaciones no fueron tan importantes en el país cuyo Gobierno estaba dispuesto a todo con tal de tomar esa decisión.

Ahora es cuando se ha producido un contagio y al final no importa tanto que las condiciones de vida sean casi opuestas en Nueva York y Madrid a las de El Cairo y Túnez. Hasta en Moscú la gente hace lo que el poder pensaba que era imposible: despertar y protestar.

Las invocaciones optimistas al poder del pueblo olvidan que siempre hay una contrarrevolución. En Europa, el poder ha reaccionado con gobiernos tecnocráticos y planes de austeridad para imponer una medicina de sabor amargo y efectos secundarios terribles.

¿Qué quedará de todo esto dentro de un año?
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Shepard Fairey from The Arkitip Chronicles on Vimeo.

Shepard Fairey, en plena faena.
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Otros personajes del año:

Bernanke, personaje de un año horrible. 2009.
Time condecora a Obama. 2008.
La bestia del año. 2006.

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