El padre del capitán Khan, contra Donald Trump

Concebidos como programas televisivos interminables, las convenciones de los partidos en EEUU han perdido la mayor parte de su interés. Ni siquiera los discursos de los candidatos a presidente abundan en propuestas políticas concretas. Eso queda para el programa del partido del que el propio candidato podrá olvidarse si le place en caso de ganar la presidencia.

Sólo el discurso de Ted Cruz y las protestas de los partidarios de Sanders más descontentos se salieron del guión en ambas convenciones. Pero hubo un discurso de siete minutos que sí estaba en el programa oficial del acto demócrata y que puede hacer a Trump mucho más daño que las intervenciones de Clinton y otros. La influencia que pueda tener en la campaña es algo que de todas formas está por ver.

Khizr Khan, abogado de origen paquistaní con la ciudadanía estadounidense, subió al escenario con su esposa por ser el padre del capitán Humayun Khan, fallecido cuando estaba destinado en Irak en 2004. Lo mató la explosión de un ataque suicida al intentar alertar a sus soldados de esa amenaza.

No es lo mismo que un político profesional ataque a otro político profesional. Cuando las críticas las hace un simple ciudadano, todo cobra un mayor aire de credibilidad. Khan representa además un colectivo que no existe en el discurso de Donald Trump. El de los inmigrantes –musulmanes en su caso– que llegaron a EEUU y prosperaron y ayudaron para que el país de acogida prosperara. Y que además pagó un alto sacrificio con la muerte de su hijo.

El momento más impactante de la intervención de Khan se resume en esto: una persona de origen extranjero enarbola un ejemplar de la Constitución de EEUU y se ofrece a prestársela al candidato del Partido Republicano para que la lea. El mensaje es poderoso y tiene una interpretación obvia: Trump es una amenaza para esa Constitución, por sus ideas, su ignorancia o ambas cosas.

«Usted no ha sacrificado nada», dijo refiriéndose a Trump, una frase que define bastante bien a un multimillonario como él. Aparecerá en muchos discursos de dirigentes demócratas, y no sería extraño que Clinton la empleara como arma en los debates.

Con razón, Fox News hizo todo lo posible para no dar las palabras de Khan.


Domingo

Lo menos sorprendente de la reacción de Trump ante las palabras de Khizr Khan ha sido su propia reacción: como no sabía qué decir, se preguntó en una entrevista por qué su esposa no dijo nada en la convención demócrata. Dio a entender que le habían prohibido hablar. También sugirió que la campaña de Clinton había escrito las palabras pronunciadas por Khan. El daño estaba hecho, pero él podría haberlo mitigado si al menos hubiera reconocido el servicio prestado por el militar muerto y su respeto por los padres. Pero ese no es el estilo de Trump. Él no rectifica, ni siquiera cuando sus palabras indignan a muchos y avergüenzan a otros tantos.

La respuesta a la intervención de Trump ha sido unánime, incluso entre varios dirigentes republicanos. La tachan de infame o afirman que sólo se puede mostrar respeto por la pérdida sufrida por los padres de Khan. Siempre a la búsqueda del momento decisivo, los periodistas norteamericanos afirman que Trump podría haber cometido un error clave. Pero el millonario ha dicho cosas parecidas en esta campaña. A su electorado natural, les guste poco o mucho su reacción, no le preocupan demasiado estas polémicas. Otra cosa es que sólo con ese electorado, no se ganan unas elecciones.

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