Kim Jong-un 1 – Hollywood 1

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Ha sido el mayor hackeo sufrido por la industria cinematográfica. El ataque contra Sony ha permitido la filtración de cinco películas aún por estrenar, así como infinidad de datos confidenciales, como los sueldos de 6.000 empleados de la compañía. Entre ellos aparecen los de 17 altos directivos, todos ellos por encima del millón de dólares. La filtración ya ha servido para que se llame la atención sobre un dato embarazoso. Entre esos 17 jefes, sólo hay una mujer y todos los demás son varones de raza blanca.

Los trabajadores de Sony también se encuentran entre las víctimas, al haberse desvelado su número de la Seguridad Social y otros datos personales.

La hipótesis más intrigante sobre los desconocidos autores del hackeo nos lleva hasta Corea del Norte. No es que haya muchas pistas, pero la idea de que se trata de una venganza por el próximo estreno de ‘The Interview’ es demasiado tentadora como para rechazarla. La película cuenta en tono de comedia el intento de dos norteamericanos reclutados por la CIA de asesinar a Kim Jong-un. En su momento, Pyongyang lo consideró «una declaración de guerra».

Como es una oportunidad que no se presenta todos los días, un portavoz de la embajada de Corea del Norte en la ONU no ha querido desmentir la posible implicación de su país en el ataque a Sony: «The hostile forces are relating everything to the DPRK (North Korea). I kindly advise you to just wait and see».

Algunos medios especulan con la capacidad del Gobierno de Corea del Norte para participar en operaciones de cibercrimen de estas dimensiones. Hasta se dice que sus expertos podrían operar desde ciudades del norte de China donde la infraestructura de Internet es mucho mejor. Siempre es difícil distinguir la realidad, la leyenda y la propaganda en las informaciones relacionadas con ese país.

Por espectacular que haya sido el hackeo, no llega a la altura de la mejor operación criminal nunca adjudicada a Corea del Norte: la falsificación masiva de billetes de cien dólares de gran calidad. Durante bastante tiempo, se dijo que los «superdólares» podían invadir los países occidentales casi sin ninguna posibilidad de ser detectados, tan buenos eran. A veces también aparecía Hizbolá en la historia. Cómo pudo llegar allí la maquinaria de impresión, el papel y la tinta necesarios para tal prodigio en el noble arte del crimen era algo que nunca se llegó a explicar de forma convincente.

La cadena de periódicos McClatchy realizó una investigación de diez meses en tres continentes sin encontrar pruebas de peso que validaran las acusaciones de la Administración de Bush.

En esglobal tienen una entrevista con Stephen Bosworth, que fue embajador de EEUU en Corea del Sur y enviado especial para Corea del Norte. Le preguntan sobre la información que nos llega de ese país:

«En Occidente hay tres grandes mitos sobre Corea del Norte. El primero: los norcoreanos están locos. Esa es una idea en gran medida generada por nuestros medios de comunicación. Sin embargo, si uno evalúa el comportamiento desde el punto de vista de su interés y de su visión del mundo, uno se da cuenta de que en absoluto están locos.

El segundo mito: no se puede negociar con ellos porque no van a mantener los acuerdos. En realidad, al mirar de cerca la historia de las negociaciones con Corea del Norte descubrimos que esa idea no se corresponde con la realidad. Desde luego que no es sencillo negociar con ellos. En mi tiempo como director de KEDO [Korean Peninsula Energy Development Organization], se negociaron importantes aspectos que fueron mantenidos por parte del régimen.

El tercer mito es al que me he referido antes: Corea del Norte está al borde del colapso. Eso es una excusa para no afrontar la realidad. Es cierto que su situación económica es desastrosa, pero lo ha sido durante los últimos veinticinco años y China no tiene ningún interés en que el régimen se desmorone. Pekín puede presionar a Pyongyang de vez en cuando sobre algunos asuntos, pero China no va a ceder y va a seguir evitando que Corea del Norte entre en una parálisis fatal a causa de su situación económica.»

El resto de la entrevista puede leerse aquí.

Abril 2013: Por qué EEUU y Corea del Norte no están condenados a la guerra.

Foto: Kim Jong-un posa con las primeras mujeres pilotos de combate de Corea del Norte en una imagen difundida la semana pasada por un periódico del partido en el poder

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