Soldados norteamericanos en Siria (y con insignias kurdas)

Un fotógrafo de AFP ha descubierto a un grupo de soldados norteamericanas de las Fuerzas Especiales en la localidad siria de Fatisah. Forman parte de la ofensiva de las milicias kurdas de YPG contra la localidad de Raqqa, el gran bastión del ISIS en Siria. Sería más correcto decir que la ofensiva es contra las poblaciones cercanas a Raqqa porque no parece que ni política ni militarmente los kurdos estén en condiciones de hacerse con el control de una ciudad árabe.

La presencia de esos soldados no es exactamente una sorpresa. Se sabe que 300 de ellos han sido desplegados allí en la lucha contra ISIS. Los norteamericanos llevan ya mucho tiempo colaborando con YPG, fundamentalmente con apoyo aéreo, para sacar a los yihadistas de la zona norte. Pero en este caso, y tan cerca de la línea del frente, es menos probable que su función sea simplemente entrenar a las milicias kurdas y colaborar en la logística, como se afirma desde Washington. Según un jefe de las milicias en la zona, citado por AFP, «en la azotea de esta casa hay soldados de EEUU con misiles (antitanque) TOW para disparar sobre los coches cargados de explosivos que Daesh utiliza para atacar al SDF». Otro comenta que los norteamericanos están presentes «en todas las posiciones del frente, sobre el terreno y en el aire».

SDF son las siglas en inglés de Fuerzas Democráticas Sirias, una coalición de grupos que está compuesta en su mayor parte por miembros de YPG, la milicia izquierdista kurda aliada con el PKK, el grupo armado kurdo que lucha contra el Estado turco (no sería del todo incorrecto llamar al YPG el ala siria del PKK). Por eso, se pueden encontrar comentarios irónicos de gente que se pregunta si no es la primera vez que tropas norteamericanas combaten junto a milicias comunistas.

El presidente turco Erdogan tiene que haberse enfurecido bastante al ver estas imágenes porque cuentan con un detalle simbólico añadido. Uno de los soldados lleva en el uniforme la insignia amarilla del YPG. Otro se ha puesto la insignia verde de las unidades femeninas del YPG. Aunque digan que no es raro que un soldado se coloque el distintivo de un grupo local por aquello de ganarse su confianza, el impacto político es innegable, sobre todo para el Gobierno turco.

En realidad, la insignia de YPG tiene más que ver con la divisa de las milicias del PKK, pero nos hacemos a la idea.

En la enmarañada red de alianzas, algunas contra natura, de los grupos insurgentes que combaten contra el Gobierno sirio, EEUU ha conseguido indirectamente apoyar al mismo tiempo a grupos que se han enfrentado a tiros en distintos momentos. Y en esta ofensiva contra Raqqa está ocurriendo precisamente eso. Washington querría que grupos suníes como el FSA, al que la CIA ha financiado, colaboren con el YPG para hacerse con la mayor ciudad ocupada por el ISIS. Esa coalición llamada SDF no es suficiente como instrumento al estar compuesta en su mayoría por kurdos sin tener un componente árabe significativo. Tal Abyad fue otra localidad árabe arrebatada al ISIS por los kurdos sirios y las noticias de las represalias posteriores contra la población local no ayudarán en ningún caso a que el YPG sea recibido como un libertador, incluso por gente que no tiene nada que ver con el ISIS.
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Sábado

Se acabó la demostración de camaradería de los soldados y sus aliados kurdos. Al principio, en Washington el Pentágono se limitó a decir que el uso de esos parches (insignias) del YPG en los uniformes de las tropas era sólo una decisión tomada sobre el terreno sin ningún tipo de apoyo político, y que además ocurre a veces en los despliegues en el extranjero de sus soldados. Pronto los turcos empezaron a hacer ruido.

«Recomendamos (a las tropas de EEUU) que lleven insignias de ISIS o de Al Nusra (el grupo sirio de Al Qaeda) cuando vayan a otras partes de Siria e insignias de Boko Haram cuando vayan a África», dijo el viernes Mevlut Cavusoglu, ministro turco de Exteriores. «Si no creen que esos grupos son lo mismo que el YPG, entonces es un doble rasero, una muestra de hipocresía».

EEUU no va a dejar de apoyar al YPG por mucho que moleste a Turquía, porque es la única fuerza insurgente de la que puede fiarse si quiere atacar a ISIS. Pero sus relaciones con los turcos ya están en una situación lo bastante complicada como para agravarla más por unos trozos de tela. «Llevar encima esas insignias del YPG no estaba autorizado y fue inapropiado», dijo después un portavoz militar norteamericano en Bagdad. «Se han tomado medidas para que no se repita y se han comunicado a nuestros aliados militares en la región».

Otra opción que tienen los soldados de las fuerzas especiales es quitarse las insignias cuando entren en una localidad, es decir, evitar ser fotografiados con ellas. Con eso, en Washington estarán más tranquilos. En Turquía, seguirán muy nerviosos.

El autor de las fotografías cuenta aquí cómo encontró, junto a un colega que grabó en vídeo, a los soldados norteamericanos.

Fatisah –la localidad donde se hicieron las fotos de los soldados– puede verse en la parte superior del mapa.

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