Derrota estratégica de Asad en el norte de Siria

asad idlib

El Ejército de Asad ha sufrido una derrota de la que se hablará mucho en los próximos días. Tres grupos insurgentes dirigidos por el Frente Al Nusra, ligado a Al Qaeda, se han hecho con el control de la ciudad de Idlib, en el noroeste de Siria (mapa). Varias imágenes conocidas en la tarde del sábado muestran a los vencedores en zonas céntricas de la ciudad, capital de la provincia del mismo nombre, incluidas algunas en las que se ve a los insurgentes destrozando el rostro de una estatua de Hafez el Asad, el anterior presidente del país.

Frente a las zonas del este del país por las que el Gobierno prefirió no combatir, la provincia de Idlib sí tenía un claro valor estratégico. Fronteriza con Turquía, no está muy lejos de la autopista que une Damasco con Alepo y se encuentra cerca de la provincia de Latakía, un baluarte de los partidarios de Asad. El golpe es tan importante que sería extraño que el Gobierno no intentara recuperarla.

Idlib es la segunda capital de provincia cuyo control pierde el Gobierno. La primera fue Raqqa, en la zona este, que controla ISIS.

A lo largo de 2014, los grupos islamistas lanzaron varias ofensivas en Idlib que no consiguieron su propósito. Por entonces, eran grupos a los que Washington etiqueta como «moderados» los que llevaban la iniciativa. Pronto se fueron superados por Al Nusra, que en octubre consiguió tomar posiciones muy cerca de la ciudad de Idlib, aunque más tarde el Ejército pudo recuperarlas.

Al mismo tiempo, los yihadistas se ocupaban de acabar con esos «moderados», dejándolos reducidos a la mínima expresión. Uno de sus líderes tuvo que huir a Turquía, sólo unos meses después de que aparecieran en la prensa norteamericana titulares elogiosos sobre su capacidad para luchar al mismo tiempo contra Asad y contra Al Qaeda.

Ahora Al Nusra ha obtenido una victoria que parecía fuera de sus posibilidades, sobre todo porque el Ejército sirio iba a ser un rival mucho más serio que los demás grupos insurgentes. Pero la última ofensiva ha acabado con la toma de la ciudad en sólo cinco días.

13.30

Un balance de la situación tras lo ocurrido en Idlib:

«El Gobierno continúa siendo más fuerte que cualquier grupo rebelde a nivel nacional, controlando quizá dos terceras partes de la población. El liderazgo de Asad y su control de una Fuerza Aérea completamente operativa le convierten en el actor más poderoso, pero su régimen sufre de carencias graves. Le faltan tropas de nivel suficientes para llevar a cabo múltiples ofensivas, además de controlar su territorio, y se ve obligado a asignar tareas básicas de seguridad a milicias locales y combatientes extranjeros chiíes [Hizbolá] apoyados por Irán».

Por otro lado, los insurgentes tampoco pueden cantar victoria de cara al futuro. Sus credenciales en las zonas que ya controlan son deplorables en términos de respetar a la gente que vive allí, ya que lo más habitual es que intenten imponerles su credo yihadista. Su capacidad para impedir que la vida económica de la ciudad no se hunda por completo es reducida y, aunque no se produzca un contraataque del Ejército, pueden contar con que Idlib sufra numerosos bombardeos aéreos en las próximas semanas. Un millar de civiles de la ciudad ya ha optado por abandonarla.

 

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