Rehenes del Brexit

Diez días después del referéndum del Brexit, eso que políticos y periodistas llaman de forma poco original «hoja de ruta» sigue estando en blanco. En realidad, nada se puede saber con seguridad hasta que los tories elijan un nuevo líder y éste forme su Gobierno. Incluso en ese caso el inicio del camino de salida de la UE estará aún por definir.

Sin embargo, las primarias tories tendrán que dar alguna pista, aunque sólo sea por las promesas de los candidatos y sus respuestas a las preguntas de los siempre exigentes periodistas. Este domingo, la considerada favorita –la ministra de Interior, Theresa May– ha dejado a muchos helados cuando le han preguntado por los ciudadanos de la UE que ahora viven en el Reino Unido.

«Aún somos miembros de la UE. No ha habido ningún cambio en nuestra posición actual. Pero desde luego dentro de las negociaciones tendremos que examinar la cuestión de la gente que ha venido al Reino Unido desde la UE. Quiero asegurarme de que podremos garantizar no sólo la situación de estas personas, sino también la de los ciudadanos británicos que viven en otros estados miembros».

Tomada en su conjunto, la declaración de May tiene su lógica. Londres deberá cuidar de los intereses de los británicos que viven ahora en España, Francia o Alemania. Pero plantear, aunque sólo sea como hipótesis, que las vidas de esos extranjeros en el Reino Unido podrán utilizarse como bazas negociadoras en los futuros contactos con Bruselas ha sido definido por muchos como «cruel» y otros apelativos peores, incluso por personas partidarias del Brexit.

La velada amenaza de May es además innecesaria porque ningún Gobierno europeo ha dicho que vaya a vengarse de los británicos que viven en su suelo. Sería una represalia absurda, y además probablemente ilegal, según las leyes nacionales. Esas personas que llevan residiendo aquí desde hace bastante tiempo en muchos casos tienen también derechos. Y en cuanto a promesas para el futuro, un miembro del Gobierno alemán incluso ha sugerido la emisión de pasaportes europeos para ellos.

Los tories han vuelto 15 años atrás al poner fin a la etapa de David Cameron, que llegó al poder en 2010 bajo la bandera del conservadurismo compasivo y su idea de «One Nation», uno de cuyos ejemplos fue la legalización del matrimonio homosexual. Vuelve el frío y despiadado encanto del thatcherismo, que se saltó a John Major y que caracterizó a dos de los líderes tories que malvivieron en la oposición, Howard y Duncan Smith.

En el duelo principal en que pueden convertirse estas primarias (Theresa May contra Andrea Leadsom), ambas van a disputarse el título de herederas de Thatcher. Leadsom se ha dado mucha prisa en presentar sus credenciales.

A su manera, los tories son rehenes del símbolo de Thatcher, un recuerdo muy selectivo porque, a pesar de todas sus amenazas, nunca planteó la salida de la UE, sino cambiar las condiciones de la pertenencia para hacerla más favorable económicamente para el Reino Unido. Pero no se puede pedir a los actuales conservadores buena memoria cuando no tienen problema en renegar de lo que dijeron hace pocos años. Ha aparecido una conferencia pronunciada por Leadsom en 2013 en la que la viceministra de Energía dijo que el Brexit sería «un desastre para nuestra economía y provocaría una década de incertidumbre económica y política».

Leadson tiene una muy escasa experiencia política –es diputada desde 2010 y ni siquiera ha sido ministra–, pero tiene opciones en las primarias por su intensa campaña en favor del Brexit en los últimos meses. En su ideario económico, un desastre puede pasar a ser una oportunidad maravillosa en sólo tres años. Si aspira a ser la nueva ‘Dama de Hierro’, se trata de un hierro muy maleable por el paso del tiempo.

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Partidarios de Leadsom han puesto en circulación esta imagen en homenaje al traidor oficial de estas primarias, Michael Gove. En una entrevista televisiva, han preguntado a Gove por ‘House of Cards’. Ha dicho que conoce la serie británica, pero no la de HBO. El periodista de BBC no se ha cortado: «Usted es nuestro Frank Underwood, dice mucha gente esta mañana». No parece que eso pueda pasar por un elogio.

Gove sí es fan de ‘Juego de tronos’, otra comparación recurrente estos días en la Guerra Civil Tory. Eso ha dado lugar a una de las amenazas más brutales que uno pueda imaginarse en política entre compañeros de partido. Un diputado tory seguidor del traicionado Boris Johnson ha comparado a Gove con Theon Greyjoy, y ya sabemos lo que eso significa para las partes íntimas del ministro.

Si Gove pierde las primarias pero conserva todos los elementos básicos de su anatomía, podemos deducir que habrá salido bien librado.

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