El padrino de la burbuja, Miguel Blesa y la invasión de Irak se presenta como el nuevo salvador de España. No es la primera vez que lo hace, siempre con ese gesto adusto pero lánguido, ensayado porque funciona bien con las señoras mayores, y José María Aznar ya no cuenta con muchos registros más. Sólo le queda repetir su estilo político, el mismo por cierto que condujo al PP a la derrota electoral de 2004. Él no negocia, no transige, no hace propuestas. Marca el camino y deja que los demás agradezcan su sabiduría siguiéndole con la cabeza gacha.
La entrevista de cámara en la Corte de Antena 3 de la noche del martes será definida en los medios de comunicación como el mayor desafío sufrido por Rajoy y el prólogo de su regreso a la primera línea. Es cierto en el primer punto y no lo es -salvo sorpresa mayúscula- en el segundo. No es la primera vez que, ante las insistentes preguntas de la prensa conservadora sobre un posible regreso al Olimpo, Aznar responde con una frase similar a la pronunciada en televisión: «Cumpliré con mi responsabilidad, mi conciencia, mi partido y mi país».
Nótese en primer lugar el orden de las prioridades. Qué aparece en primer lugar y qué al final. Los dirigentes del PP habrán tomado buena nota. No es que él esté por delante del partido y del país, es que aparece por partida doble. En los dos grandes partidos españoles, la sumisión al líder se supone, pero siempre que esté ya en lo más alto de la pirámide. Antes de que se llegue a ese punto, se hacen los cálculos necesarios sobre las consecuencias que tendrá su ascenso para la supervivencia de cada uno.
El ego de Aznar también le perderá en cuanto a esas hipotéticas posibilidades de regreso. Sólo puede aceptar una vuelta por aclamación, como la que protagonizó Manuel Fraga. No va a enfangarse en la jungla política, aparecer como candidato a algo. Conspirar exige un esfuerzo que está por debajo de sus méritos. Otros tendrán que hacer el juego sucio por él. Y, como saben los que se tiraron a la piscina cuando Pedro J. y Esperanza Aguirre tocaron zafarrancho de combate tras la derrota de 2008, pueden encontrarse agua suficiente pero llena de tiburones. No habrá paz para los traidores, es decir, sitio en las listas electorales.
El análisis sería distinto si, no ahora sino dentro de un año, los dirigentes del PP saben con total seguridad que se encaminan hacia una rotunda derrota electoral. No es eso lo que dicen ahora los sondeos, que mantienen al PP como primera fuerza política aunque notablemente disminuida. Y una de las cosas más singulares de los políticos es que tienden a creerse su propia propaganda (es cierto que mucho menos en campaña electoral). Si repiten cien veces que ya se ha tocado fondo, no duden de que piensan que todo lo que vendrá a partir de ahora será mucho mejor.
La política es una profesión. Un ERE electoral se llevará por delante a muchos políticos que ocupan puestos bajos en las listas, los obreros del escaño, pero no a los directivos. Esos tienen blindado el contrato. Y sólo ellos pueden destronar al rey.
Los dirigentes del PP tienen que saber que la vuelta de Aznar sería una bendición para el PSOE. Los socialistas podrían hacer campaña mirando al pasado. No al futuro, que pinta negrísimo para ellos. Al pasado, a la invasión de Irak, a las mentiras del 11M, 12M y 13M, a la defensa a ultranza del nacionalismo español. Qué demonios, hasta el PSC podría rascar algunos escaños presentando al PSOE como la única fuerza que puede parar el regreso de Él.
La política es también un clan familiar. El político que ha preferido dar la cara por el millonario Blesa antes que por Rajoy no va a ser idolatrado por aquellos que se están desgastando ahora defendiendo al Gobierno en esas provincias alejadas del ruido madrileño, que son acosados en restaurantes y que ni siquiera son comprendidos por sus familiares.
Ellos se comen la mierda, con perdón, mientras Aznar, el tipo que nombró a Rajoy sabiendo cómo era, se desmarca y se presenta como una virgen inocente y pura. Y que después de provocar la tormenta, vuelve a su vida normal, en la que pasa «entre el 60% y el 70%» del tiempo fuera de España viajando en primera clase, alojándose en hoteles de lujo y ganando dinero, dinero de verdad, no como esos sueldos de diputado, alcalde y concejal, calderilla para el miembro del consejo de Administración de News Corporation.
¿Quién quiere ponerse un cinturón lleno de explosivos para propiciar con su sacrificio el regreso del Mahdi, el elegido por Dios para liberar al mundo de todo el mal acumulado?
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Para los interesados, la portada con Aznar y el perro es de abril de 2009. Mucho antes de que Rajoy llegara a La Moncloa.
Pues depende del escenario. Lo interesante de la crisis es que escenarios que en condiciones anteriores tenían ínfimas probabilidades de verse reales, ahora son tan equiprobables (si no más) que los habituales. Es muy posible, ya no digamos probable, que el electorado pepero quede tan estresado que haya que tocar a rebato sobre el núcleo duro, esos aproximadamente deben ser 5 millones de personas prácticamente ultraderechistas (en Francia ya se ve el jaleo que arman, y son bastantes más), suelen tener una disciplina que ya les gustaría a las organizaciones que se autodenominan comunistas, cualquiera de sus versiones Vida de Brianescas. Sin duda, para convocar a esos 5 millones de ciudadanos, el individuo éste es desde luego la mejor opción. Sí, claro, va a espantar a los otros 6 millones, y con total seguridad va a movilizar a mucha gente a voto útil en contra suya, pero es que es posible que la siguiente parada de la mafia pepera no sea mantener el poder omnímodo, sino simplemente sobrevivir, además de la forma habitual: política de perro del hortelano, crispación continuada (luego hablan de la kale borroka, los abertzales unos putos aficionados de mierda) y política okupa del bien común.
Él está ahí, y mata dos pájaros de un tiro. El mensaje no es (sólo) para el (mal catalogado de) pusilánime, el mensaje va mucho más allá.
Muchos de los escenarios factibles son totalmente inéditos, y ni siquiera sabemos qué gobierno podría salir de un bipardismo disminuido (PP+PSOE ~ 200 escaños, IU 30-40, UPD 20-25, y si existe un frente catalán independentista, algo así como el Bloc Quebecois pero para Catalunya, podría moverse perfectamente sobre 30 escaños).
Bastante de acuerdo con el Doc pero IU no saca 30 escaños (con la configuración actual de Congreso y LOREG) ni harta de vino.
Si el PP quiere suicidarse no tienen más que escoger como candidato para las próximas elecciones generales al hombrecillo insufrible, el hijo de puta integral que decidió que la mejor forma de eliminar el paro era cubrir España de cemento y dedicarse a hinchar la burbuja inmobiliaria, que ya vendría otro tonto a pagar la factura. El problema es que ese tonto se llama Mariano Rajoy Brey, la factura la estamos pagando los de siempre, y después de aguantar tralla durante años para sentar sus posaderas en la poltrona de Presidente del Gobierno ya se puede envolver Aznar en la rojigualda y cabalgar hacia la Moncloa en loor de multitudes, que de allí a Rajoy no lo sacan ni a tiros. Antes dinamita el PP y pone a la Botella de bedel en el ayuntamiento de Madrid, que Fraga también parecía tenerlos muy gordos cuando le cedió los trastos a ese jovenzuelo del bigotito que leía catalán en la intimidad, y luego acabó viendo crecer la hierba en su retiro gallego. Cría cuervos…
Yo creo que si se presenta sale elegido presidente igual que pasó con Menem en Argentina, todo el mundo sabía que era un druso mafioso y corrupto y le volvieron a votar. Aquí quién más quién menos sabe que Aznar es un reaccionario peligroso, mentiroso y muy probablemente corrupto como se está viendo. Pero dará igual porque la alternativa no convence.
Sí que puede sacar 30 escaños. Basta que obtenga la 3ª plaza con x votos, el segundo partido no tenga 2x, y el primero no tenga más de 3x. Es cierto que IU tiene un techo electoral y no puede estar muy por encima de los 3-3,5 millones de votos, pero es que bastaría que IU tuviese esos votos, el PSOE no superase los 6-7 y el PP menos de 9. Yo personalmente tampoco creo que lleguen siquiera a 3 millones, pero ya no es imposible como lo era en el pasado. En general IU, como todos los partidos de ámbito estatal, tiene unas contradicciones territoriales formidables, y dado que no creo que pasen a ser el partido del sistema (siempre han sido el PSOE B, como en el júrgol), cualquier tinglado que monten va a tener una inestabilidad brutal. De hecho siempre la han tenido.
De todos modos sospecho que los tiros van a ir por otro lado. Imagino que se buscará por unos y otros organizar algún tipo de mega-frente-seudo-popular, algo estilo el mamarracho italiano. Hay por ahora dos obstáculos serios: que el PSOE ni puede ni quiere y sería contraproducente para el invento (pero aún falta mucho tiempo), y que el tema catalán va a seguir avanzando obligando a posicionarse a todo el mundo, pero posicionarse de verdad. Y donde va a haber la división va a ser en Hispanistán, no en Catalunya. Incluyendo la derecha, naturalmente.
Este país tiene muy mal arreglo (yo personalmente creo que no lo tiene, son demasiados fracasos desde 1815 como para justificarlos en lo divino y lo humano), y el principal problema de parte de los partidos de ámbito estatal es la invisibilidad de su nacionalismo español. En el caso de IU tan sangrante como en cualquier otro, porque mantienen una esquizofrenia en nada diferente del PSOE o del PP.
Un (mal) expresidente http://histericapeninsula.blogspot.com.es/2013/05/un-mal-expresidente.html
El señor Aznar padece un caso grave de alzhéimer del ególatra. Solo deseo que no vuelva a la primera línea de la política http://deseducado.wordpress.com/2013/05/23/el-alzheimer-del-egolatra/
Aquí no aprendemos nunca. Si se presenta este señor, y discrepo de comentarios anteriores, ÉL sale elegido.
No hay memoria ( ni histórica).
La gente prefiere a un pequeño dictador, que a un capullo integral meapilas que se esconde bajo la mesa o detrás de una pantalla de plasma.
La gente quiere milagros ( por lo menos los creyentes) y verían en él un mesías que ha cruzado el desierto y ha vuelto a renacer( me apuesto a que hay muchos que lo verían así)
Pero queda mucho tiempo, demasiado. Antes esto revienta, e igual hay sorpresas.
Espero que el retorno de Aznar acabe como el de Napoleón: en Waterloo.