Rupert Murdoch no perdona

Hay portadas que se pagan con un precio muy alto. Esta por ejemplo y algunas más. Son las que han provocado la salida de James Harding de The Times. Bajo la dirección de Harding, el periódico propiedad del grupo de Murdoch alcanzó un extraordinario nivel de calidad, y a partir del estallido del escándalo del News of the World informó con valentía de una noticia que estaba abriendo en canal al grupo empresarial al que pertenece.

La portada es de abril cuando Murdoch compareció ante la comisión Leveson. Antes en plena tormenta y tras algunas inevitables dudas, informó de la invasión masiva de la privacidad cometida por el News of The World con intensidad y sin dejar fuera ninguna revelación por dolorosa que fuera para la compañía.

La primera noticia de ese escándalo la había sacado The Guardian. En principio, The Times contempló la historia con una cierta distancia, pero cuando quedó claro que la redacción del tabloide había sido el escenario de graves delitos el periódico reaccionó con agresividad, en algunos momentos casi con furia.

Murdoch no gozó de tratamiento VIP en las portadas del periódico que había comprado en 1981 para alcanzar la respetabilidad que necesitaba en Londres. The Times le atizó con esta portada, y también con esta otra en un ejemplar que incluía un editorial demoledor con los responsables de la corporación, en especial James Murdoch, el heredero: «La autoridad de las empresas privadas, asociaciones populares y personajes destacados a veces parece descansar únicamente sobre la riqueza, la fama o los amigos en los puestos importantes. De hecho, no es así. También descansa sobre la confianza de la gente y cuando una compañía burla esa confianza pierde su autoridad ante la gente».

¡Boom!

Es cierto que el director no consiguió reducir mucho las pérdidas anuales de un periódico que por otro lado tiene números rojos desde hace tiempo. Lo que sí hizo fue convertirlo probablemente en el mejor periódico del mundo anglosajón en los últimos años.

Harding ha dimitido sabiendo que la empresa había perdido la confianza en él y que ya tenía un sustituto (el actual director de The Sunday Times, un hombre de la plena confianza de Murdoch).

Según Andrew Neil, ex director del dominical y que ciertamente no guarda buenos recuerdos del magnate, Murdoch no le perdonó la cobertura del escándalo. También cuenta que ya intentó el año pasado deshacerse de él, pero que desistió en el último momento.

Hoy Harding se ha despedido de la redacción con estas palabras.

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